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«Ya no solamente puede usted cambiar de sexo por pasiones ocultas. Ahora, según la ley Trans, si se decide puede registrarse como mujer e ingresar en el modo femenino»

MADRID, 22/06/2020.- Una bandera ondea ante el Congreso de los Diputados mientras representantes de colectivos de personas trans y de familias de toda España se manifiestan – EFE/Luca Piergiovanni

La ley Trans de reciente aprobación (febrero 2023) es fácil de ejercer. Basta con la voluntad de que un hombre amanezca sintiéndose femenina para hacerse mujer. Tan fácil como presentarse en el Registro Civil, aun siendo menor de edad (desde los 16 años), y quedar registrado. Ahora un Pedro, sale llamándose Pedrita. Si a los seis meses se arrepiente, puede volver a ser Pedro. Para una tercera vez, tiene que someterse a un juzgado, donde se verá si el cambiante trans está jugando con la ley.

En otro ámbito donde ha cundido este cambio por sorpresa es en el castrense. Los mandos no se aclaran aun ante los soldados que, de repente, se sienten mujeres. No hay reglamentación interna al respecto en cuanto al cambio de uniformes, uso de baños, pruebas físicas y la burocracia aplicable a la hoja de servicios. Las ahora ‘soldadas’ tendrán que adoptar el vestuario militar femenino: gorro, falda, zapatos con tacón, medias, largo del pelo, pendientes, pulseras, maquillaje, bocas y uñas pintadas. Hasta ahora, los jefes de unidad aplican criterios propios, más o menos lógicos, a una situación inédita en la milicia.

Esta nueva ley Trans, impulsada a tientas por la logia feminista podemita exgobernante, ha disparado el cambio de sexo en 400% de 1.309 (2022) a 5.139 (2023). Un incremento de hombre a mujer en 61,5%. El censo estadístico tendrá que tomar en cuenta ese fabuloso aumento de la población femenina española, aunque no podrá ratificar el crecimiento de la natalidad en igual proporción. Un hombre no puede parir ni amamantar por más que sea mujer legalmente.

Otra vertiente de esta ocurrencia legal de la exministra Irene Montero es que los hombres se acogen a esta ley para eludir denuncias por violencia machista o para acceder con ventajas a pruebas físicas (policías, bomberos, ejército).

Si tiene dudas sobre su inclinación sexual déjelas atrás. También puede aparentar ser mujer para tener ventajas sociales o acceder a los reservados para damas. Aproveche la ley Trans posmoderna y progresista.

Artículo publicado en el diario La Razón de España

Carlos Pérez-Ariza es doctor en Periodismo por la Universidad de Málaga.

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