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Tonto menosprecio

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I

Las expectativas son los objetivos y suposiciones que una empresa tiene para sí misma en términos de crecimiento, rentabilidad, satisfacción del cliente y logro de una ventaja competitiva en el mercado. La realidad empresarial, por otro lado, es el resultado real que experimenta una empresa en función de las circunstancias, el entorno y los eventos que enfrenta en el mercado.

Ahora bien, en el mundo empresarial, las expectativas y la realidad a veces pueden ser muy diferentes debido a diversas razones, como cambios en las tendencias del mercado, competencia, crisis económicas, crisis políticas, perturbaciones inesperadas e incluso ingenuidad y cabildeo (lobbying).

II

Una forma habitual de cuantificar la información contenida en encuestas es el llamado «Índice de Difusión». En términos generales, los índices de difusión (ID) miden la proporción de los componentes que contribuyen positiva o negativamente al índice. En referencia a las encuestas de tendencia, un índice de difusión indica el grado en que el cambio indicado se difunde por toda la muestra. El ID se encuentra en el capítulo 8, titulado «Procesamiento de datos de encuestas de tendencias», del Manual de encuestas de tendencias económicas (Handbook on Economic Tendency Surveys), publicado por las Naciones Unidas en 2015 y fácilmente ubicable en la internet.

El índice que yo utilizo tiene la siguiente expresión: ID = (P – N +1)*50. Donde P (“Positivas”) es el porcentaje de empresas que señalaron una mejor situación o expectativas y N (“Negativas”) es el porcentaje de empresas que señalaron una peor situación o expectativas. Su escala va de 0 a 100 y el punto medio es 50: lo que está por encima de 50 es “bueno” y lo que está por debajo es “malo”.

Lo utilizo en dos circunstancias, a saber, en las respuestas a las dos preguntas que hace la Encuesta de Coyuntura Industrial de Conindustria. Una pregunta es la relacionada con la situación actual que viene formulada como: “Comparada con hace 12 meses ¿Cómo percibe usted que se encuentra la situación económica en este momento?”. La otra es la relacionada con las expectativas que viene formulada: “¿Cómo considera que será la situación económica dentro de 12 meses con respecto a la actual?”.

Cada una de esas dos preguntas tiene cinco posibilidades de respuestas que se totalizan en porcentajes: Mucho mejor, mejor, igual, peor y mucho peor. Yo interpreto como respuestas positivas las dos primeras y como negativas las tres últimas. También y dado que hay tres dominios: País, industria y empresa, el dominio que más conoce -y controla- el empresario es su empresa, pues es su día a día, luego el cálculo de los dos índices ID lo centro en el dominio empresa. Así, la distancia (la diferencia) entre el ID de expectativas y el ID de situación actual en el dominio empresa, me indica el grado de sobredimensionamiento de las expectativas.

III

Para el IV trimestre de 2023, según la Encuesta de Coyuntura Industrial de Conindustria y para el dominio empresa, el ID de expectativas fue de 81 puntos y el ID de situación actual fue de 20,5 puntos, es decir, el ID de expectativas fue cuatro veces mayor que el ID de situación actual, lo que revela sobredimensionamiento de expectativas para ese IV trimestre de 2023.

Las propias cifras preliminares de Conindustria revelan, desde la perspectiva mensual del Índice de Volumen de Producción,  que el mes de diciembre de 2023 fue el peor de ese IV trimestre (lámina 45 de 52, Encuesta de Coyuntura Industrial del IV trimestre de 2023).

Todos ya sabemos que la economía venezolana no creció en 2023. En cifras publicadas el pasado 3 de febrero de 2024 y según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), un ente independiente al margen del Banco Central e integrado por expertos económicos, la economía de Venezuela cayó un 1,2% en 2023 con respecto a 2022. Y lo mejor del punto es que Conindustria lo corrobora pues según sus propias cifras preliminares (lámina 42 de 52, Encuesta de Coyuntura Industrial del IV trimestre de 2023), su Índice de Volumen de Producción arrojó una variación negativa (-4,3%) en el año 2023.

V

Ahora bien, eso fue hace tres meses y claro, estamos por finalizar marzo de 2024. Entonces cabe la pregunta, ¿Hay razones para brincar de alegría y tener actualmente expectativas sobredimensionadas? A juzgar por todo lo que vemos y escuchamos en las informaciones nacionales a la fecha, la respuesta es no. También y yendo más allá y considerando la información que proporcionan los expertos, la respuesta sigue siendo no. Sin mencionar, por razones de espacio, el tema político y encuestas como la de Encovi 2023, veamos, tan solo, algunas opiniones de expertos que sustentan el punto.

Adentrados casi dos meses en 2024, es decir, el 22 de febrero de 2024 en el foro Perspectivas Venamcham, la economista Tamara Herrera (Síntesis Financiera) dijo: «Con el panorama actual, si se mantienen las licencias, el crecimiento puede ser de 7,4%. Nosotros somos un poco más conservadores, hay gente muy entusiasta. No es que no se pueda dar (un crecimiento más grande), pero se necesita que todo funcione a la perfección». Y yo pregunto, ¿Funciona todo a perfección en Venezuela?

Más recientemente, el 13 de marzo de 2024, Ítalo Atencio, presidente de la Asociación Nacional de Automercados y Autoservicios (ANSA), advirtió que “las expectativas de consumo para principios de 2024 están muy por debajo de lo esperado”. Atencio explicó que enero de 2024 fue un mes de poco consumo, aunque registró un 2% más que enero de 2023. Sin embargo, fue un 22% menos que diciembre de 2023. “En febrero reportamos un crecimiento del 1% con respecto al mismo mes en 2023, pero muy por debajo de las expectativas que teníamos al comenzar el año”. Aquí dejo la referencia.

Por su parte, el Observatorio Venezolano de Finanzas, el pasado 14 de marzo, estimó en su consenso, un crecimiento económico de 3,6% para 2024. Aquí dejo la referencia

También y en opinión de Asdrúbal Oliveros, el pasado 19 de marzo de 2024, “Si la licencia 44 se extiende, aunque no lo creo, nuestra proyección de crecimiento es entre 8% y 10%, pero con el cambio en la licencia, nuestra previsión se mueve más hacia 4% y 5%”. Aquí dejo la referencia.

Hay que aclarar que, lamentablemente y con relación a las sanciones, el panorama no pinta bien, pues además de acercarnos al 18 de abril, fecha clave para la Licencia General 44, ya sabemos que el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el pasado 21 de marzo, con los votos de legisladores republicanos y demócratas, un proyecto de ley para imponer nuevamente sanciones al Gobierno de Venezuela, que ahora debe seguir el trámite parlamentario regular y que puede tener importantes efectos no solo en el sector petrolero sino en el sector metalúrgico. Ustedes ya saben que la compañía india Jindal Steel & Power tomó control de las operaciones de CVG Ferrominera Orinoco. Aquí dejo la referencia.

Finalmente, el pasado jueves 21 de marzo conocimos el valor de la canasta alimentaria del Cendas-FVM para el mes de febrero de 2024. La misma monta a 549 dólares que, a modo de contraste, se ubica tres veces por encima de la remuneración del personal obrero de Conindustria, misma igual a 196 dólares mensuales (lámina 20 de 52, Encuesta de Coyuntura Industrial del IV trimestre de 2023). Tal relación, valor mensual de la canasta y sueldo mensual habla -o mejor dicho grita- sobre la precariedad del consumo en Venezuela.

Con todo lo ya explicado y documentado, el sobredimensionamiento de expectativas de Conindustria si bien no se explica –si se entiende- con hechos como aquel ocurrido hace poquito. En el marco de la inauguración en la Expo Metal Hierro, Acero y Aluminio 2024, el pasado 13 de marzo, Nicolás Maduro afirmó que, con sanciones o sin sanciones, creceríamos 8% a lo que Luigi Pisella, presidente de Conindustria, estando allí presente, respondió: «Yo tengo una diferencia con usted Presidente; usted habla de un crecimiento (para final de este año) de 8%, pero a nosotros nos da 10%». Aquí dejo la referencia.

Tengo la conjetura de que lo de Conindustria es un sesgo cognitivo llamado «apelación a la la esperanza» (en inglés: wishful thinking). En cualquier caso y si la realidad se comporta como lo anticipan los expertos, Conindustria se verá obligada, más temprano que tarde, a revisar su modelo.

Lo dijo Quintus Horatius Flaccus (65 a.C.-8 a.C.), hace un poco más de 2.030 años, en una de sus célebres Epístolas, la décima: «Naturam expellas furca, tamen usque recurretet mala perrumpet furtim fastidia victrix«: Puedes ahuyentar a la naturaleza con un palo, pero ella volverá enseguida y te estallara triunfante en la cara, a pesar de tu tonto menosprecio.

 

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