La madrugada del lunes varios agentes de policía allanaron una mansión en Miami y otra en Los Ángeles. Obedecían una orden de registro tras las denuncias recibidas por el cantante antes conocido como Puff Daddy. Un turbio asunto que está en los titulares desde hace meses, pero en el que nadie imaginaba iba a salir a relucir un nombre en particular. Para sorpresa de muchos, el príncipe Harry se vio salpicado por el escándalo sexual del rapero Sean «Diddy» Combs.
La exnovia de Diddy, conocida como Cassie, lo acusa de violarla y agredirla físicamente repetidas veces. Asimismo, de obligarla a tener relaciones sexuales con prostitutos delante de él. Otra mujer, por su parte, lo acusa de drogarla y violarla, grabando la secuencia y distribuyendo después las imágenes.
Finalmente, enfrenta otra demanda de agresión sexual: lo acusan a él y a Harve Pierre, expresidente del sello Bad Boy, de violar en grupo a una menor de 17 años y traficar sexualmente con ella.
Sin embargo, hay un detalle en el caso que no tardó en llamar la atención de los medios, especialmente los británicos. El príncipe Harry es nombrado en una de las demandas contra el multipremiado artista, concretamente en la página 63 de la documentación, según reseñan medios especializados.
Harry sale a colación
«Entre los beneficios financieros que los acusados recibieron por participar y facilitar la empresa de tráfico sexual de Combs fueron la afiliación y el acceso a la popularidad del Sr. Combs. Él fue conocido por organizar las ‘mejores’ fiestas, y le otorgaron legitimidad y acceso a celebridades como atletas famosos, figuras políticas, artistas, músicos y dignatarios internacionales como el príncipe Harry», reza textualmente la documentación del caso que salió a la luz esta semana.
A Harry no se le acusa de estar implicado en el escándalo sexual. Pero el hecho de que aparezca su nombre ya plantea muchas preguntas. Especialmente acerca de si se conocían, la naturaleza de su relación y de qué forma el rapero antes llamado Puff Daddy tenía acceso al duque de Sussex.
El asunto quizá tendría mucha menos importancia si no estuviera fresco aún el caso Epstein, una red de tráfico sexual en la que estuvo involucrado el príncipe Andrés y por la que tuvo que renunciar a su papel institucional, llegando a ser casi un repudiado para la familia real. Y es que muchos ya están comparando los dos casos y la forma en que funcionaban uno y otro.
Sobre Diddy
Ya antes de conocerse los registros en sus casas, la letanía de denuncias que tenía a sus espaldas el músico era larga. Acusaciones de acoso y agresión, soborno, tiroteos, alguna que otra detención… Antecedentes que no son los más idóneos para verse relacionados con el príncipe Harry, del que se espera que dé explicaciones en algún momento.
Por su parte, el rapero no ha dudado en defenderse de estas denuncias a través de sus redes sociales. «Ya es suficiente. Durante las últimas dos semanas, me he sentado en silencio y he visto a la gente intentar asesinar mi carácter, destruir mi reputación y mi legado. Personas que buscan un día de pago rápido han hecho acusaciones repugnantes en mi contra. Permítanme ser absolutamente claro: no hice ninguna de las cosas horribles que se alegan. Lucharé por mi nombre, mi familia y por la verdad», dijo.
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