La Asamblea Nacional de Cuba sesiona este miércoles para elegir al nuevo presidente de la isla, cuyo nombre se conocerá el jueves, en una transición histórica tras seis décadas de poder de los hermanos Castro.
A sus 86 años de edad, Raúl Castro, sucesor de su hermano Fidel en el poder, será relevado en la presidencia de Cuba por un representante de una nueva generación. Se presume que el primer vicepresidente Miguel Díaz-Canel será el elegido.
Raúl ingresó al Palacio de las Convenciones de La Habana pasadas las 09H00 locales flanqueado por Díaz-Canel, en medio de una ovación. Detrás de ellos se encontraban Ramón Machado Ventura y Ramiro Valdés, dos históricos de la revolución y también vicepresidentes de Cuba.
El encuentro se realiza a puerta cerrada y es transmitido en vivo por la señal oficial de televisión. La ceremonia inició con la lectura, uno a uno, de los nombres de los 605 diputados elegidos el 11 de marzo. Todos ellos juramentaron en el cargo. Luego elegirán a su mesa directiva.
Después de ese procedimiento, una comisión de candidaturas presentará a los diputados la propuesta de nombres para los 31 miembros del Consejo de Estado, incluidos el presidente -sucesor de Raúl Castro-, vicepresidente primero y cinco vicepresidentes.
Según informó la prensa oficial, la votación será hoy pero el nombre del nuevo presidente será dado a conocer en la sesión del jueves 19 de abril por la mañana.
La fecha es simbólica: corresponde al 57º aniversario de la victoria en Bahía de Cochinos (Playa Girón), cuando fueron derrotadas las tropas anticastristas, preparadas y financiadas por Estados Unidos en 1961.
Tras el triunfo de la revolución en 1959 y la elección de Fidel Castro como presidente en 1976, Cuba solo ha tenido una transición real, cuando en 2006 enfermó y le pasó el mando a su hermano menor.
Fidel Castro murió a fines de 2016 y ahora es Raúl, de 86 años de edad, quien cederá su asiento a un representante de la nueva generación.
De no mediar sorpresas, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, un civil de 57 años de edad y número dos del gobierno desde 2013, asumirá la responsabilidad.
Durante varios años, Díaz-Canel, nacido después de la revolución, ha representado regularmente al gobierno en el extranjero y sus apariciones en los medios han sido cada vez más frecuentes.
Si es elegido, el ingeniero electrónico tendrá que hacer valer su autoridad y actualizar el modelo económico de la isla, de corte soviético.
Tarea difícil
Se trata de una tarea difícil para este militante de las canteras del Partido Comunista de Cuba, de cabello cano y con un parecido al actor estadounidense Richard Gere.
«Un factor a considerar es si (Díaz-Canel) puede resistir la presión de este cargo», consideró Paul Webster Hare, profesor de Relaciones Internacionales en Boston, Estados Unidos, y ex embajador británico en Cuba.
Consideró que Fidel y Raúl nunca tuvieron que justificar su posición pues ganaron la revolución y nadie cuestionó su derecho a ser líderes.
«Pero no crearon un modelo democrático que impulse un cambio. Esa es la razón principal por la que Díaz-Canel se enfrenta a una tarea difícil», agregó.
Por primera vez en décadas, el presidente no será un miembro histórico de la revolución de 1959, no vestirá el uniforme verde olivo ni será el líder del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC), único autorizado a existir en la isla.
Pero podrá suplir su déficit de legitimidad histórica con el apoyo de Raúl Castro, quien mantendrá el liderazgo del PCC hasta 2021. En ese puesto, tendrá que movilizar a la vieja guardia, percibida en su mayoría como reacia a los cambios más ambiciosos.
El nivel de responsabilidad y el margen de maniobra que se le conceda como líder del nuevo Consejo de Estado será una señal de la voluntad de reforma que habrá en esta nueva era.
Para actuar deberá tener en cuenta los lineamientos aprobados por el PCC y el Parlamento, que trazan las orientaciones políticas y económicas hasta 2030.
«El gobierno que estamos eligiendo se va a deber al pueblo, el pueblo va a participar en las decisiones», dijo Díaz-Canel luego de votar en las últimas elecciones legislativas en su ciudad, Villa Clara (centro).
Según expertos, el futuro presidente deberá aplicar reformas para reactivar una economía que creció 1,6% en 2017, altamente dependiente de las importaciones y de la ayuda de su hoy debilitada aliada Venezuela.
La tarea más urgente es la unificación de las dos monedas nacionales que circulan en el mercado, además de la eliminación de tasas de cambio preferenciales para empresas estatales -que son la mayoría en la isla- una situación que genera distorsiones en la economía.
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