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En 2023 volvió a retroceder la producción de conocimiento en Venezuela: igualó a la de 1997

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“La ciencia es muy frágil. Requiere libertad para pensar, recursos para experimentar y tiempo para pensar y trabajar”. Con este pensamiento del físico estadounidense Gordon Kane, el doctor Ismardo Bonalde, Individuo de Número (Sillón XXX) de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela (Acfiman), dio inicio al Foro Esfuerzos por la generación de conocimiento científico en Venezuela, en el que se anunció que la producción de conocimiento siguió mermando en 2023 y no parece tener signos de recuperación en lo que va de 2024.

“La tendencia es a la baja en todas las áreas del saber. En 2023, la producción de conocimiento fue igual a la del año 1997, algo más de mil publicaciones”, aseguró.

El académico presentó una actualización de las estadísticas del año pasado publicadas en el boletín de la Acfiman en el artículo Producción de conocimiento en Venezuela 1970-2022. Dicho estudio cuantitativo lo escribió a dos manos junto con Barbara Montañes, licenciada en Física de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y Profesional Asociada a la Investigación (PAI) del Centro de Física del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC).

Menos financiamiento y más diáspora

Son varias las razones que explican este escenario. En primer lugar, “las malas políticas” que afectan el financiamiento. “Se supone que la Locti (Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación) iba a recaudar el 2,6% del producto interno bruto (PIB) para financiamiento, pero no fue así; nunca pasó del 0,4% del PIB, que se sumaba a lo que el Estado debía invertir”.

Otro factor que ha incidido en la caída de la producción de conocimiento, evidenciada desde 2009, es la diáspora, tanto de profesores como de estudiantes. “Los posgrados en ciencias de las siete universidades estudiadas están casi vacíos. Los estudiantes son la fuerza intelectual y de trabajo, además de ser la generación de relevo”, afirmó el también jefe del Laboratorio de Temperaturas Bajas del IVIC.

Sobre este punto, la doctora Gloria Buendía, decana de Investigación y Desarrollo de la Universidad Simón Bolívar (USB), reconoció que “hemos perdido casi la mitad de nuestra planta profesoral a dedicación exclusiva”.

¿Y los sueldos?

En su opinión, los sueldos juegan un papel determinante en la escasa producción de conocimiento dentro del sector universitario. “No podemos resolver el problema de la investigación si no resolvemos el problema de los sueldos. La investigación no se hace sola. Los investigadores se están yendo fuera del país o a universidades privadas o se están jubilando inmediatamente después de cumplir 25 años de carrera”, aseguró la doctora Buendía.

En la USB, un profesor con cuarenta años de servicio tiene un ingreso mensual inferior a 200 dólares, incluyendo todos los bonos. En cambio, en países como Colombia y Chile, un profesor titular con las mismas credenciales puede ganar hasta 6 mil dólares al mes.

“Tampoco hay personal de relevo”, recordó la decana de Investigación y Desarrollo de la USB. “El Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología tiene programas positivos para incorporar a los niños y jóvenes a la ciencia. Pero falta la visión de futuro. Cuando esos niños y jóvenes lleguen a la universidad, ¿quién los va a formar?”, reflexionó la doctora Buendía.

Confianza y soberanía

La infraestructura institucional (tanto las instalaciones como los equipos) “también está muy deteriorada. Lo que producimos se ve reflejado en la sociedad y en nuestra economía. No son los militares los que le dan soberanía a un país: es el conocimiento. Si no tenemos conocimiento, nunca seremos un pueblo soberano”, dijo el doctor Bonalde.

Adicionalmente, la doctora Buendía cree que “hay desconfianza hacia las universidades, aunque la mayor parte del conocimiento se genere en las universidades. Las universidades están saliendo muy perjudicadas”.

En mínimos históricos

Caso ULA. Para el doctor Alejandro Gutiérrez, coordinador del Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico, Tecnológico y de las Artes de la Universidad de Los Andes de Mérida (Cdchta-ULA), el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación “vive el peor de sus momentos”.

En el foro de la Acfiman informó que el número más alto de proyectos de investigación financiados por el Cdchta-ULA se obtuvo en 2006: un total de 651 proyectos. “En 2022 y 2023 son unos pocos. La investigación en ciencias básicas se mantiene en el mínimo”, dijo.

En 2023, 972 investigadores de la ULA fueron acreditados en el Programa de Estímulo a la Innovación e Investigación (PEII). Sin embargo, “en 2011 teníamos 1.314, es decir, una pérdida del 26%”, precisó el doctor Gutiérrez. “Lo que podemos hacer en el corto plazo depende mucho de nuestra voluntad y de nuestra capacidad de resistencia”.

Caso UCV. El panorama en la UCV no es más alentador. Según el doctor Alexis García Piñero, director del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico (CDCH-UCV), en 2013 se hizo el último llamado a proyectos “porque no tenemos suficiente financiamiento ni presupuesto”.

Durante el decenio 2014-2024 se han financiado treinta proyectos con fondos procedentes de empresas privadas o internacionales. De esa cantidad, 23 corresponden a la Facultad de Ciencias de la UCV y 7 a la Facultad de Medicina.

El doctor García también indicó que, actualmente, se está levantando un censo en todas las facultades de la UCV para saber cuántos investigadores están activos.

Ideas para salir del atolladero

Cambios administrativos. En 2009, Venezuela pasó a ser el único país (de los 14 con mayor producción) con tasa negativa de generación de conocimiento en América Latina y el Caribe. Para el análisis, Bonalde y Montañes compararon a Venezuela con Brasil, México, Argentina, Chile, Colombia, Perú, Ecuador, Cuba, Uruguay, Costa Rica, Panamá, Paraguay y Bolivia. Específicamente tomaron como referencia el número de publicaciones (artículos regulares, resúmenes arbitrados, artículos de revisión, notas y reportes técnicos, reportes de casos médicos, libros y capítulos de libros).

¿Qué hacer para superar esta preocupante realidad? La doctora Liliana López, presidente de la Acfiman y organizadora del foro, propuso mejorar o reemplazar el esquema administrativo del CDCH-UCV “que hemos venido utilizando desde hace cuarenta años. Se necesitan ideas para cambiar ese formato y ofrecer nuestros proyectos al sistema productivo nacional de manera directa. Tenemos que vender lo que estamos haciendo, porque sí estamos haciendo”.

Internacionalizar los posgrados. Entretanto, el doctor Gutiérrez, coordinador del Cdchta-ULA, planteó la necesidad de consolidar alianzas estratégicas con empresas privadas venezolanas y extranjeras, además de “internacionalizar nuestros posgrados; todavía nos quedan muchos conocimientos sin recursos que podemos vender”, dijo. La ULA ofrece más de doscientos posgrados conducentes a grado académico. “Hay esfuerzos interesantes para internacionalizar posgrados y poder sobrevivir en medio de la crisis”, comentó.

Fondos propios. “La situación es cada vez más lastimosa”, sostuvo el doctor Claudio Bifano, Individuo de Número (Sillón IV) y primer vicepresidente de la Acfiman. “Lo sabemos, pero pareciera que quienes dirigen las instituciones no lo quieren aceptar”. El académico está convencido de que las universidades y los institutos de investigación no deben esperar un presupuesto justo porque “no existe un presupuesto justo, eso está condicionado. Hay que generar dinero. El reto es muy grande”.

Lucha diaria. Para finalizar, Montañes, coautora del artículo que dio pie a este foro, habló de las dificultades que enfrenta en su cotidianidad profesional. “Todos dicen que no hay tanta generación de relevo, pero ¿qué oportunidades nos dejaron a nosotros? No puedes trabajar en un laboratorio experimental porque no tienes recursos, entonces debes hacer en paralelo teoría, pero no hay hojas, ni lapiceros. Quieres ir a una biblioteca, pero no consigues libros o no hay trabajadores”. Como egresada de la UCV, admitió que “no sólo nos enseñan la parte académica, también nos enseñan a tener pasión por lo que hacemos, por las instituciones”. De allí su perseverancia y amor por la ciencia.

El doctor Ernesto Fuenmayor Di Prisco, decano de la Facultad de Ciencias de la UCV, aplaudió la realización del foro de la Acfiman en el Auditorio Dr. Tobias Lasser. “Estos actos de revisión, de historia, de lo que ha pasado en los últimos años, son vitales para reconstruir lo que teníamos en cuanto a la generación de conocimiento en el país”.

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