Nadie podría saberlo, solo Arca. Pero es posible que el último recuerdo que tenga Alejandra Ghersi de Venezuela, el país que tanto ama y cuyo orgullo exhibe a través de su música y presentaciones, no sea el mejor.
En medio de una agridulce despedida, dejando atrás a su familia y amigos, sola y con el reconocimiento internacional llegando a su vida, tuvo que hacerle frente a la mofa y la discriminación. Algo que, quienes la conocen, aseguran jamás había vivido, al menos no así.
Lo que debía ser un protocolo sencillo de revisión y escáner de maletas, se convirtió en un freak show donde ella era la protagonista y la ignorancia, su némesis. Burlas, bufidos, miradas inquisitorias e incultura, mucha, porque sus maletas estaban repletas de tacones y plataformas, pusieron al descubierto que esa era una de las razones por las que tenía, mejor dicho, debía, irse de Venezuela. Si aquella fue la respuesta de la Guardia Nacional y la seguridad de un aeropuerto, que en teoría le deben respeto a la ciudadanía, ¿qué podría esperarse del común?
El país no estaba preparado –aún no lo está– para ella. De aquel día han pasado 8 años de evolución, reconocimiento y fama mundial. También de hacer las paces con el pasado, porque este 16 de marzo de 2024, Alejandra está de regreso y concederá un único concierto donde rendirá tributo a lo que hoy es: «madre», «la doña», «la reina», Arca.
Siempre Alejandra
Es difícil encontrar quien hable de su pasado, de sus inicios. Disquera, managers, mejores amigos, familia, e incluso quienes no fueron tan cercanos a ella en su niñez y adolescencia, se niegan a comentar sobre su vida. La quieren. La respetan.
Nació el 14 de octubre de 1989 como Alejandro, pero nunca lo fue. Siempre se sintió Alejandra.
Se crió en el seno de una familia pudiente. Su padre se dedicó a la banca y las inversiones, lo que le dio automáticamente una posición privilegiada en la vida: estudiar en los mejores colegios privados de Caracas, el San Ignacio de Loyola y el Jefferson; tener lecciones privadas de piano, viajar mucho y vivir en otros países. A los 3 años, se trasladó junto con su familia de Caracas a Estados Unidos, a Darien, un suburbio de Connecticut. Regresarían 6 años después.
Era tímida, recuerdan vagamente algunos consultados, pero con un aura de prodigio que no se la logró quitar nadie y cuyos frutos se vieron reflejados a través del arte y la música.
Con 15 años, presentó su primer proyecto experimental, Nuuro, que comenzó tras dedicarle casi todo su tiempo a hacer IDM (Intelligent dance music) en un programa muy popular entre aficionados de la movida underground electrónica en Caracas, llamado Fruity Loops.
Sus primeras canciones, según cuenta Max Manzano, editor en jefe de Cúsica, contaban con la influencia glitch y letras rosa que Alejandra cantaba en español. De eso han pasado ya 20 años.
La mayoría de estos temas llegaron a ser publicados en blogs de música en Internet. Plataformas como MySpace, LimeWire y KaZaA, es decir, lo posterior a Napster, circulaban su música como pan caliente. Así, el proyecto ganó popularidad en el país. Pero no sería sino hasta que se vio instalado en la Escuela de Artes y Ciencias de la Universidad de Nueva York, a los 17 años, y de una pequeña estancia en Londres, que su sonido se tornaría interesante, hasta convertirse en lo que ahora es: una amalgama de ritmos oscilantes y voluptuosos, música «de otro planeta», según expertos.
«Para mí, consiste en halar los sonidos de sus bordes hasta tornarlos elásticos», manifestó en una ocasión Alejandra, ya Arca. «Se supone que (la música) debe ser alienante, pero no debería aburrirte. Tiene que tener sentido del humor, tiene que haber alegría, o de lo contrario no es divertido, y si no lo es entonces ¿por qué le interesaría a alguien?».
Arca y las grandes ligas anglosajonas
Rubén Albarrán, vocalista de la legendaria banda Café Tacvba, descubrió la música de Arca siendo Nuuro. Allí captó la atención internacional al formar parte de un compilado realizado por la revista Plátano verde, donde sus melodías pasteladas, sonido dream pop, estilo soñador y lado más aspiracional de Alejandra fueron catalogados como «más avanzados que la media».
Iván Loscher y David Rondón rotaban su música en la radio sin cesar, tanto o más que el mismo Iván Mata; se presentaba siendo menor de edad en locales, teatros o plazas caraqueñas acompañando a agrupaciones como Viniloversus y Famasloop; aparecía en álbumes, como Nuestra de La Vida Bohème como invitada especial y los Amigos Invisibles le pidieron crear la intro de «Plastic woman». Tenía el mundo en sus manos: la fenómeno avanzaba más que el resto y tanto la industria como quienes giraban en torno a ella, eran testigos.
En pleno éxito local, y poniendo un pie en las grandes ligas anglosajonas, Nuuro desaparece dándole la bienvenida a Arca, personaje que muchos consideran un planeta en sí mismo; su lado más caótico y ruidoso.
Max Manzano la cataloga como ese gremlin-alien que conquistó a Madonna, Kanye West, Beyoncé o Bjork. «Por eso, la importancia de su venida a Venezuela, pues más allá de ser una figura en la electrónica, que se está codeando con los más grandes, es un Arca que también aterrizará en el país como un hito histórico musical y social».
Activista
En su momento, hasta James Cameron hubiese querido tener a Arca en Terminator o algo por el estilo. «Ella va hacia allá, a hacer música para películas y series distópicas, del universo de los mutantes que tanto recrea. Es 100% disruptiva, transgresora, va más allá de todo», asegura Manzano, quien también recalca que Arca debe su éxito a las transformaciones milagrosas como cambios constantes y graduales en su música, en ella misma. Algo que se arraigó en 2018 cuando comenzó a usar los pronombres elles -o they- y, finalmente, al hacer pública su transición en 2019. Impredecible como siempre, hoy, con 34 años, su proceso fue y es arte.
Es considerada una de las figuras LGBTIQ+ más influyentes de Latinoamérica en la industria musical, y una de las pioneras de la nueva generación de artistas transgénero dentro de la industria musical angloparlante.
De hecho, todo esto se reitera el 24 de abril de 2023, cuando se lanzó un video musical para su canción «Ritual», dirigido por Albert Moya, audiovisual que Arca dijo era en un newsletter para la prensa. «Para los monstruos, para los marginados, para los desposeídos, para los bichos raros, para los migrantes, para los rechazados, los burlados, los ridiculizados, los incomprendidos, los otros». Esta pieza artística es una dedicatoria a todas las personas diferentes.
Rara, única… Arca
Une explosiones industriales, mantos de ruido de fallas y oleadas repentinas de pop brillante en canciones que mutan a cada segundo. Los fragmentos de sonido que utiliza son a menudo incongruentes y alarmantes, divergentes, hasta el punto de que cada cambio es como un inesperado chorro de agua fría en la cara. «Es digno de estudiarse, pero más de apreciarse, agrega el editor de Cúsica.
El poder de su trabajo es su inventiva. Por eso, fue reclutada por Kanye West para contribuir en la producción de Yeezus en 2013, y su nombre ha aparecido en los créditos de los álbumes de Björk, Kanye West, Rosalía, Kelela, FKA Twigs, Frank Ocean, Lady Gaga, Shygirl, Sia, Sophie, Tainy y Lil Uzi Vert.
Su proyecto cultural propone nuevos modos de expresión y comunicación. Lucha contra la opresión y la desigualdad, desafía los límites del género y lo tradicional. Crea un portal hacia un futuro artístico inexplorado. Sus melodías, entonces, son rebeliones contra las convenciones tanto en la música como en la vida. Arca encontró una manera de comprometerse únicamente con profundizar aún más en su alucinante ser.
Una línea de tiempo
Arca va desde la simple electrónica, hasta la música experimental, el hip hop, ambient, industrial, rap, reguetón alternativo, neoperreo, trip hop, club deconstruido, art pop, noise, techno y más.
All Clear como Nuuro, en septiembre de 2006, fue su primer álbum. Le siguió, en 2009, The Reddest Ruby, que dio pie a su nueva etapa como Arca con la llegada de su mixtape experimental &&&&& a través de la plataforma de SoundCloud. Los géneros urbano y electrónico, también catalogado como electro-pop, se unieron en un concepto artístico para emerger como lo más destacado del momento.
La euforia por este nuevo concepto artístico que trascendió las barreras musicales fue complementado por su primer álbum de estudio bajo el sello de Mute Records, cuando en 2014 lanzó Xen. Luego sacó un nuevo álbum de estudio, asentando así su nuevo proyecto bajo el nombre de Mutant. Para 2017 llegó su mayor éxito con su tercera producción homónima, que fue catalogado por el portal especializado Pitchfork como parte de la lista de los mejores álbumes del año.
Su cuarta producción de estudio, lanzada en junio de 2020, presentó el inicio de una serie titulada Kick i, una serie de tres partes que conforman además tres distintos álbumes, una composición artística de la mano del artista Frederik Heyman.
Serie Kick
Kick ii y Kick iii salieron en diciembre de 2021. El quinto y sexto álbum de estudio de la venezolana buscó marcar la pauta de un nuevo concepto artístico en donde la novedad trascendiera fronteras nunca antes vistas. Celebrar la psicosexualidad, establecer modos no-binarios y las libertades a través de la música latina se hacen presentes en canciones como «Prada/Rakata», «Incendio» o «Born yesterday», con la cantante australiana Sia.
Si Kick i es un autorretrato multidimensional que contenía muchas identidades de Arca, en Kick ii le hace reverencia al reguetón que influenció su juventud en Venezuela, asegura la misma Alejandra, equilibrando la estructura y el caos para crear su trabajo más accesible sin sacrificar la experimentación. Kick iii la trae de vuelta a las noches de discoteca que influenciaron sus primeros años de adultez en Caracas, donde nació Arca: la Dj surrealista con estructuras de música dance torcidas para encajar con su visión singular.
En 2021 fue nominada a su primer premio Grammy en la categoría Mejor Álbum Dance o Electrónico, por su cuarto álbum de estudio y primero de la serie de cinco álbumes Kick i. Se convirtió en la primera artista venezolana y latinoamericana en competir en esta categoría de los premios. También ha sido nominada a dos premios Grammy Latinos en el apartado Mejor Álbum de Música Alternativa en 2021 y 2022, Kick i y Kick ii, respectivamente.
Gamer e ícono de la moda
Es fanática de los videojuegos y del anime. Y también es conocida por su estilo excéntrico, describiendo la moda como «una forma personal de expresarse».
Ha sido definida por críticos como «algo verdaderamente inquietante, que a menudo mezcla el cuerpo humano y el body horror, con la estética del anime y el cyborg, difuminando la línea entre la actuación y la vida». Y sí, así es Arca.
La moda se convirtió entonces en un medio para que expresara su identidad de género y se aceptara a sí misma. «La moda me ha ayudado mucho a desarrollarme y lograr la autoaceptación. Empecé a usar tacones altos mucho antes de atreverme, o incluso permitirme pedir hormonas», señaló alguna vez en entrevista.
Sus íconos de estilo incluyen a Æon-Flux (protagonista de la serie animada de televisión y película del mismo nombre), Trinity (de la serie de películas Matrix), Lulu (del videojuego Final Fantasy X, franquicia de videojuegos de rol japoneses que marco a la artista en su infancia y adolescencia) y María Lionza (la diosa venezolana).
Trata, dice, de ser una muñeca, arte en sí misma, y tiene gran fascinación con el arquetipo de la «diva experimental» o el «exoesqueleto brillante que protege a una mujer famosa».
Ha colaborado con diversas marcas y empresas de moda, participando como modelo o músico en sus desfiles. Además, ha posado para shootings, portadas de revista y en películas promocionales. Como modelo ha realizado campañas internacionales con numerosas marcas como: Calvin Klein, Bottega Veneta, Reebok, Mugler, Loewe y Proenza Schouler. Además, ha sido portada de revistas como: Vogue México y Latinoamérica, Paper Magazine y The Fader, The Wire, Dazed, i-D Magazine, Pop Magazine, entre otras.
Gracias a lo vivido en su corta vida entiende que también es una «bruja porque, así como las bestias salvajes, son parte de mí y también del inconsciente colectivo. No las creé, pero busco lidiar con ellas y aportar mi cosmovisión en la vitalidad que esas imágenes tienen y continúan teniendo”.
«Cuando era niña, fue un sueño usar el tipo de prendas que llevo ahora, y ser parte de este mundo. Todavía me pellizco para creerlo»… Y ahora es que le queda tiempo para seguir trabajando y evolucionando.
No se sabe mucho sobre cómo será el concierto, el único que hará en su país natal. Sólo que será el 16 de marzo en la Concha Acústica de Bello Monte, espacio que abrirá sus puertas a las 4:30 pm. Viene con un equipo de 12 personas y, seguramente, aprovechará su regreso al país para pasar unos días con su familia. La última vez que estuvo en Venezuela fue en 2017.
Su presentación está pautada para las 7:00 pm y promete sorpresas, según los organizadores.
Para información sobre la venta de entradas, ingresar a las plataformas de la empresa organizadora, Cúsica.
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