La guerra entre Israel y Hamás en la franja de Gaza, que ha causado decenas de miles de muertos, cumplió el jueves cinco meses sin que los mediadores internacionales lograran una tregua en este territorio palestino, bombardeado y al borde de la hambruna.
Estados Unidos, Catar y Egipto, reunidos en El Cairo desde el domingo, esperaban lograr un acuerdo sobre una pausa en los combates antes del ramadán, el mes sagrado de ayuno para los musulmanes, que empieza la próxima semana.
Pero la delegación del movimiento islamista, que participaba en las reuniones, abandonó Egipto, anunció el jueves un alto cargo del grupo.
«Las respuestas iniciales» de Israel «no responden a las exigencias mínimas» formuladas por el grupo islamista, en especial sobre un alto el fuego definitivo y una retirada de las tropas israelíes, dijo el dirigente, que requirió el anonimato.
Israel sigue bombardeando el territorio palestino y según el gobierno de Hamás 83 personas fallecieron en las últimas 24 horas.
La guerra estalló el 7 de octubre tras el ataque sin precedentes del movimiento islamista palestino en suelo israelí, en el que murieron unas 1.160 personas, la mayoría civiles, según recuento de la AFP a partir de datos oficiales israelíes.
Israel prometió «aniquilar» a Hamás, en el poder en Gaza desde 2007, y lanzó una campaña militar que por el momento ha causado 30.800 muertos, sobre todo mujeres y menores de edad, según el último balance del ministerio de Salud del territorio.
«Vergüenza para la civilización»
En este exiguo territorio, completamente asediado por Israel, unos 2,2 millones de personas, según la ONU, la inmensa mayoría de la población, están al borde de la hambruna. La situación es muy grave en el norte, donde los combates y los saqueos hacen casi imposible que llegue la ayuda humanitaria.
China calificó el jueves la situación en este territorio de «tragedia para la humanidad y vergüenza para la civilización».
«La comunidad internacional tiene que actuar urgentemente y hacer que sea una prioridad absoluta un alto el fuego inmediato y el cese de las hostilidades», dijo ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi.
La ayuda humanitaria, sometida a la autorización de Israel, entra con cuentagotas en el enclave desde Egipto. Estados Unidos, principal aliado de Israel, aumentó la presión para llegar a un acuerdo de tregua.
Las negociaciones iniciadas el domingo en El Cairo, con representantes de Estados Unidos, Egipto y Catar, buscaban llegar a un cese de los combates de seis semanas, en un acuerdo que incluiría la liberación de rehenes a cambio de la excarcelación de palestinos detenidos en Israel, así como la entrada de mucha más ayuda humanitaria.
Según Israel, 130 rehenes siguen cautivos en Gaza, de los que 31 habrían fallecido, de las cerca de 250 personas secuestradas el día de los ataques.
Pero Hamás reclama, antes que nada, un alto el fuego definitivo, la retirada de las tropas israelíes de Gaza, la reconstrucción del territorio y el regreso de cientos de miles de civiles desplazados.
Campo de ruinas
En el terreno, los combates persisten en el norte, en Zeitun, un sector de la ciudad de Gaza, y en el sur, en Shuka, un pueblo cerca de Rafah, y en Jan Yunis, según testigos.
Las autoridades de Hamás reportaron que los tanques israelíes abandonaron esta semana el centro de Jan Yunis, dejando tras de sí un campo de ruinas.
Más de 1.500 casas y edificios quedaron «destruidas o muy dañadas», declaró la Defensa Civil. Los soldados también asolaron «todas las redes de agua, alcantarillas, electricidad, comunicaciones y carreteras», añadió.
El ejército israelí bombardeó más de 30 veces Rafah y el sector de Hamad de Jan Yunis, y también el centro y norte del territorio, informó el servicio de prensa de Hamás.
Israel anunció que su ejército «proseguía sus operaciones contra infraestructuras terroristas en Jan Yunis y en el centro de la franja de Gaza».
Para conseguir una «victoria total», Israel dijo que prepara una ofensiva terrestre en Rafah, ciudad en el extremo sur de Gaza, junto a la frontera cerrada de Egipto. En ella se hacinan, según la ONU, casi 1,5 millones de palestinos, en condiciones terribles.
«Muertes silenciosas»
Al menos 20 civiles, la mayoría niños, han muerto por malnutrición y deshidratación, según el gobierno de Hamás.
«Creemos que decenas de personas mueren en silencio de hambre sin haber llegado a los hospitales», declaró un portavoz del Ministerio de Salud.
«Nosotros podemos sobrevivir sin comida durante varias horas, pero los niños no», dijo a la AFP un voluntario, Bassam al Hou, en un reparto de comida para desplazados en Jabaliya, en el norte de Gaza.
«Se mueren y se desmayan en las calles debido al hambre», agrega.
Ante las dificultades para entregar ayuda humanitaria por tierra, varios países, entre ellos Estados Unidos, Jordania y Francia, empezaron a lanzar alimentos desde aviones en el norte del territorio, una solución considerada insuficiente y peligrosa por las ONG.
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