Los regímenes despóticos suelen caracterizarse por buscar apoyo y auxilio externo sin importar las condiciones de la entrega, a países de sus mismas características, en las actuales circunstancias Cuba, Irán, Rusia, Nicaragua y todo aquel que atente contra la democracia.
El caso venezolano es especial. El tirano principal es extranjero. Poco le importa el reparto del país y la entrega de funciones delicadas del Estado, reservada solo a los nacionales.
Para acentuar el drama es un personaje con trastornos de personalidad paranoica, lo cual es perfectamente aprovechado por el psiquiatra del mal, que acentúa la afección mental, los trastornos psicóticos y delirantes, acusando incansablemente a otros de conductas propias. De supuestos ataques, todos falsos, novelescos, como aquello del “brazalete blanco” y la obra de teatro de los drones.
El delito de traición a la patria en nuestro país está tipificado en el Código Penal, en los artículos 128, 129, 130, 131 y 132. Igual el artículo 464 del Código de Justicia Militar.
La base doctrinaria la explica el doctor Jorge Sosa Chacín, entre otros… El problema actual ofrece varias aristas. Importante señalarlas:
El tirano principal no es venezolano. Su delito de origen es usurpar el cargo de presidente de la República, siendo de nacionalidad colombiana, por lo tanto, es un extranjero invasor, que, además, propicia el saqueo del país, entregando a otros nuestras riquezas, conformando una poderosa estructura de delincuencia organizada, quienes se llevan lo que es propiedad del Estado venezolano y fortaleciendo esta base criminal, mediante actos inconstitucionales e ilegales, con falsas acusaciones. No es traición a la patria ser opositor a una tiranía, denunciar el robo por extranjeros y bandas nacionales que se han repartido el país.
Comprobada como está la nacionalidad del tirano, también Colombia tendrá que despertar su tradición libertaria y aplicar el artículo 97 de su Constitución política, donde destaca: el colombiano que actúe contra su país prestando ayuda a sus enemigos -léase ELN, FARC, narcotráfico- será juzgado y penado como traidor.
Poco importa a un extranjero, formado en las bases doctrinarias y criminales del castrismo, atentar contra la independencia de la república, revelar secretos de seguridad nacional, confabular con grupos insurgentes foráneos, entregar recursos a bandas de asaltantes, para utilizarlos en perjuicio de las instituciones constitucionales.
Deberá responder, ante otras naciones, por asociarse a grupos delictivos para destruir la democracia. Por ejemplo, en Argentina, ante el subsidio de bandas con falsos emblemas políticos, violando la Constitución en su artículo 119. El nuevo gobierno trabajará al respecto. En Bolivia, originan perturbaciones violando los artículos 28, 111, 124 y 359.
Chile merece comentario aparte. Un teniente venezolano secuestrado y asesinado es la expresión más evidente de cómo ese país está amenazado por la “brisa bolivariana” y sus crímenes y manifestaciones de odio, contra una sociedad amante de la paz y la libertad. La “brisa” son acciones indeseables y pronto se activará el artículo 48 de su carta magna. Son solo ejemplos, en México, el artículo 108 CN. En República Dominicana el artículo 23 y otros.
Israel debe considerar el apoyo venezolano a Hamás y otros grupos terroristas. La última masacre fue financiada por la chequera de Miraflores. En Estados Unidos, han demostrado los tribunales de justicia, la participación de la estructura usurpadora, en la exportación de sustancias controladas, perturbadoras de la paz social, en violación de la sección 960, del título 21, del código de Estados Unidos. Constan allí los envíos marítimos desde el norte de la costa de Venezuela, y los aéreos de centros de aterrizajes clandestinos, en estados fronterizos y desde la pista presidencial del Aeropuerto Internacional de Maiquetía.
Es un usurpador del mundo, junto a la camarilla acompañante en todas las instituciones estatales. Son delitos de trascendencia transnacional.
Todos los países les garantizaran el debido proceso.
En la historia universal no se conoce una estructura criminal de estas características.
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