En el turbulento escenario político de Venezuela hay una figura que resalta por su verbo incendiario y su capacidad para generar controversia, Henry Ramos Allup, secretario general de Acción Democrática y reelecto por unanimidad como vicepresidente de la Internacional Socialista.
Es un protagonista indiscutible en la lucha por la democracia en Venezuela. Este experimentado político deja una huella imborrable en la escena nacional e internacional. A lo largo de su extensa trayectoria política, sin duda, Henry Ramos ha sido una figura polarizadora y controvertida, con partidarios que elogian su elocuencia y firmeza, mientras que otros lo critican por su estilo confrontativo y su participación en la política venezolana. En cualquier caso, su nombre es reconocido en la esfera política venezolana desde hace varias décadas, siendo una figura influyente en el país.
Su reciente visita a Madrid, España, podría decirse que fue con suerte, ya que el gobierno venezolano le había retenido por años su pasaporte. Retener o anular pasaportes es una práctica muy común del gobierno. Ramos Alup finalmente pudo viajar y, una vez en suelo español, en su condición de vicepresidente para participar en el Congreso de la Internacional Socialista, su presencia no pasó desapercibida. En el evento hizo oír su voz y transmitió su posición y la de los partidos que lo acompañan, destacando el apoyo unánime recibido para un acuerdo presentado por Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo. Este pacto, respaldado por ambas organizaciones, aboga por elecciones presidenciales libres en 2024, sin la presencia de candidatos inhabilitados ni la intervención judicial en los partidos políticos.
«También quiero decirles que consigné un documento muy bien pensado y elaborado. Yo redacté esa propuesta muy hábilmente para evitar precisamente que las ratas en las cañerías de ciertas redes sociales me incriminaran por algo que yo no dije», dijo Allup.
En cuenta de X, Ramos Allup publicó una foto junto al «compañero Pedro Sánchez, presidente de la Internacional Socialista y también de España”, anunciando que se votó unánimemente el acuerdo presentado por AD y UNT en pro de elecciones presidenciales libres en 2024, sin candidatos inhabilitados ni partidos intervenidos judicialmente.
Al concluir el congreso, con muy poco tiempo ya que retornaba a Caracas, El Nacional fue invitado a un encuentro con Ramos Allup. Este acto, inicialmente concebido como una reunión exclusiva para militantes, pronto atrajo a un público diverso y numeroso en el corazón de Madrid. Un nutrido grupo de venezolanos se congregó para saludar y escuchar atentamente a Henry Ramos Allup. Con la elocuencia que lo caracteriza, comenzó a hablar luego del saludo general.
«Esto se trata de una asamblea informativa para expresarles cómo estamos viendo las cosas, cómo percibimos el desarrollo de los acontecimientos en Venezuela».
En su intervención no tardó en abordar el tema central: la necesidad urgente de elecciones libres y justas en Venezuela.
Con claridad, delineó los esfuerzos de la oposición para lograr este objetivo en medio de la agitación política y la incertidumbre en Venezuela. «La situación venezolana es completamente atípica. Necesitamos sentarnos, dialogar y buscar soluciones democráticas».
El experimentado político es una voz que aboga por el diálogo y la negociación como vías hacia la democracia. Sus palabras resuenan con una mezcla de urgencia y determinación mientras aborda los desafíos y las críticas que enfrenta la Plataforma Unitaria en su búsqueda de elecciones democráticas.
«Desde hace tiempo, como saben, hemos tenido reuniones con el gobierno desde la plataforma, que somos los principales partidos políticos de la oposición. Para algunos, estas conversaciones son un paso necesario hacia una solución política, pero para otros, son vistas como que, si sentarse a conversar con el gobierno fuese un acto de traición, una traición a la causa de la democracia».
Sin embargo, Ramos Allup desafía estas críticas con una pregunta provocativa: «¿Con quién más podríamos conversar para resolver el problema venezolano, si estás buscando soluciones al problema venezolano?, ¿cómo puedes esperar lograrlo sin dialogar con todas las partes involucradas?».
Henry Ramos Allup plantea esta pregunta con una claridad incisiva, destacando la necesidad de involucrar a todas las partes en la búsqueda de una solución duradera. Al usar la metáfora del espejo, recuerda que el problema venezolano no tiene una sola cara, sino dos vertientes que deben ser abordadas con igual atención y respeto.
«Nosotros que nos sentamos a dialogar con el gobierno debemos partir de un reconocimiento fundamental: la necesidad de reconocer la existencia de un gobierno de carne y hueso, independientemente de las críticas a su legitimidad y sus procedimientos».
Reconoce que el diálogo con el gobierno puede ser difícil y polémico, pero argumenta que es esencial para avanzar hacia un proceso electoral democrático. Después de todo, los principales interesados en la celebración de elecciones libres en Venezuela son los propios venezolanos.
«Hemos explorado todas las vías posibles. Desde manifestaciones en las calles, huelgas… No han faltado quienes intenten aventuras hablando con militares. En los procesos políticos no rige el principio de causalidad. A veces, frente a las mismas circunstancias, hay consecuencias o resultados distintos. Hablo de todos, porque cada intento ha sido una expresión de nuestra urgencia y determinación por encontrar una salida a esta crisis. Es crucial comprender que nuestra participación en procesos políticos no sigue un patrón predecible».
«Pero vamos a participar en el proceso electoral porque creemos que debemos participar para resolver la crisis, que es un proceso difícil, dificilísimo. Por favor, que hay peligros de que se trate de un proceso a la nicaragüense. Sí, yo mismo lo dije en la Asamblea en mi intervención. Saben qué, lo dije también en el Congreso de la Internacional Socialista, explicando un poco el término, porque tú llegas a un sitio donde te dicen que Nicolás Maduro es un Hitler. No te dicen que es una dictadura y, por supuesto, no vas a decir que es una democracia, porque no lo es. Ese tipo de régimen, perdónenme la digresión que es explicativa, son regímenes híbridos. Es lo que en la politología moderna se llama democradura o democracias liberales o democracias sin derechos. En casos extremos, me suena a Rusia en lugar de Turquía. Orbán en Hungría. Regímenes autoritarios competitivos y sabemos lo que tenemos. Por lo tanto, nosotros no necesitamos biografíar al régimen venezolano para que se conozca su anatomía y su fisiología. Revisemos porque nosotros aspiramos a que haya una transición, a que salgamos de esto democráticamente, la historia de las transiciones leyendo el libro Transiciones democráticas por los autores Sergio Bitar y Abraham Lowenthal, estudiaron las dos principales transiciones del mundo, Mandela en Suráfrica y Pinochet en Chile».
Además, el político destacó que «las principales transiciones fueron investigadas. Cuando ves como se elaboran las transiciones, te asombras. Y cuando ves algunas concesiones que se hacen en las transiciones, fíjate cómo se les ocurre. Sí, porque la transición no supone, es que tienes que hacer concesiones. No porque tú seas cobarde ni porque tengas que bajarte los pantalones, sino porque si no hay concesiones, no hay transición. Agarrémonos de los pantalones, es decir, leyes y leyes de punto final como en Argentina. O visiones de la vida. Reparación debida a las víctimas y lo que se denomina justicia transicional, que es la coexistencia con los que se denominan claves autoritarias, que son las instituciones de fuerza del antiguo régimen. Que te las calas cuando tú vas a las elecciones para lograr tu propia estabilidad».
«Por ejemplo, nos hemos parado, nos hemos detenido a pensar que cuando ganemos las elecciones, lo qué vamos a hacer es el decreto Carmona, pues no. Lo que vamos a tener ahí enfrente es al Tribunal Supremo de Justicia, esa Fiscalía, esa Contraloría, esa Asamblea Nacional, esas Fuerzas Armadas. Por supuesto, al que viene hay que tener la suficiente inteligencia para manejar y darle tiempo al tiempo y después ir sustituyendo democráticamente en los enclaves autoritarios», agregó.
En ese sentido, el secretario de Acción Democrática señaló que «Mandela en Suráfrica, para lograr la transición democrática, se ganó nada más y nada menos que al representante del régimen de los Kafires, que lo mantuvo preso durante 27 años».
Henry Ramos Allup también hizo referencia a los eventos políticos en Chile durante la transición democrática después del régimen de Pinochet.
El dirigente adeco reconoció que la candidata María Corina Machado ganó con absoluta mayoría, por lo tanto, es la candidata de todos y «debemos apoyarla». «No estamos propiciando invasiones extranjeras ni magnicidios. Queremos un proceso electoral con garantías para ganar».
«Lo he dicho en el congreso de la Internacional Socialista, ahora lo repito acá en esta asamblea, seguimos solicitando la presencia de los noruegos, quienes han demostrado ser facilitadores equilibrados. Continuaremos abogando por la intervención de todas las democracias occidentales consolidadas. La Unión Europea, el Parlamento Europeo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la OEA, a pesar de haberse retirado, están respaldando la lucha y los planteamientos de la oposición para lograr elecciones libres. Incluso estamos recibiendo apoyo de regímenes que mantienen entendimientos económicos con el gobierno de Maduro, lo cual no podemos ignorar. Es evidente que no hay un organismo internacional que no respalde los esfuerzos de la oposición por alcanzar la democracia en Venezuela».
Añadió que «es crucial destacar los peligros de que el proceso electoral en Venezuela siga el mismo rumbo que en Nicaragua. Durante la Asamblea de la Internacional Socialista expresé claramente las solicitudes que hacemos para garantizar elecciones verdaderamente democráticas. No queremos que haya candidatos inhabilitados ni partidos políticos judicializados. Rechazamos rotundamente la idea de elecciones a dedo y exigimos la presencia de observadores internacionales para garantizar la transparencia del proceso. Además, es fundamental establecer una fecha precisa para las elecciones y evitar cualquier tipo de manipulación o interferencia externa».
«No hay un organismo internacional que no esté respaldando la lucha y los planteamientos que está haciendo la oposición para lograr elecciones libres».
El secretario general de AD resaltó la gestión del jefe de la delegación de la oposición en la mesa de negociación con el gobierno, Gerardo Blyde. Sostuvo que es una persona con una carrera destacable.
«A mí me preocupa mucho que maltraten a un tipo como Gerardo Blyde. Es fundamental abordar la preocupación por el trato injusto hacia personas de la talla de Blyde. Nos encontramos ante un individuo con una destacada capacidad intelectual, una cabeza bien amoblada, como se dice, con habilidades profesionales sobresalientes. Un buen negociador, con una notable serenidad en su actuar. Puede llegar el momento en el que se aburra y se vaya a su casa o a ejercer su profesión. Me preocupa profundamente cuando se maltrata a alguien de su calibre, un individuo con una mente aguda, excelentes habilidades profesionales y una serenidad encomiable. Es lamentable ver cómo se desestima el talento y la contribución de personas como Gerardo».
En su coloquio, Ramos Allup aseguró que comprende el sufrimiento de aquellos que han debido abandonar el país por razones económicas y otros muchos por motivos políticos. Ofreció palabras a los exiliados venezolanos, expresando su profundo entendimiento y empatía con la difícil situación que viven.
Además, dijo, comprende la magnitud de las injusticias que enfrentan los exiliados, desde la confiscación o robo de propiedades hasta la violación de sus derechos fundamentales. Reconoce que no sabe si estas atrocidades son líneas del Estado, pero sí perpetradas por funcionarios encargados de este tipo de humillaciones y crímenes que no pueden ser ignoradas. Enfatizó que la historia se encargará.
Resaltó que no cree que al régimen le convengan unas elecciones en las condiciones actuales. «No queremos partidos coartados. ¿Cómo voy a querer yo que mi partido, el partido histórico, lo hayan dejado como está? En manos de una gente en la que todos los asambleístas van es a no a proponer nada. Van a la Asamblea a aplaudir al gobierno. Por cierto, nos enteramos hace poco, entre las medidas que se habían dictado, un señor que es el primer vicepresidente de la Asamblea, que se llama Pedro Infante, preside una comisión de investigación. El otro día nos dijo que podía llegar hasta 400 personas donde nos acusó antes de investigar y ahí mete a todos los parlamentarios de la Asamblea 2015. Si a mí me llega a mandar un interrogatorio directo, yo no tengo que declarar, entre otras cosas, porque el artículo 190 de la Constitución garantiza la inmunidad de todos los parlamentarios».
Dedicó otro tiempo a hablar nuevamente de la transición. Indicó que la transición requiere transacciones. «Es un acuerdo por el bien común, no por debilidad».
«Lo que digo es que creo que vamos a ganar las elecciones. Lo creo firmemente. Y que cuando ganemos las elecciones, tenemos que actuar con mucha inteligencia. Si tú dices de una vez: ‘Yo, al ganar las elecciones, vamos a llamar la avenida Bolívar de Caracas en la avenida de los ahorcados y capos, y te vamos a quitar la chapita. No te entregan, no te entregan».
«Entonces tú tienes que convencer a la contraparte que sabemos quién es y que no necesita hacerlo explícito en su anatomía y en su fisiología, porque la conocemos de sobra. Tienes que entender lo que tenemos aquí. Como he dicho, la transición requiere de transacciones, repito. La transición requiere de transacciones. No la ejecución de una transacción. El término no es un contrato, sino un acuerdo por el Código Civil Venezolano y es una definición abstracta. La transacción es un contrato por el cual las partes, mediante recíprocas concesiones, ponen fin a un litigio pendiente o preparan un litigio eventual. Cierto, tengo más de 80 años y esto lo aprendí en primer año de Derecho. Todavía no tengo la gracia. Pero bueno, sí, debemos tener los pies sobre la tierra, porque además la situación venezolana es completamente atípica. Sí tenemos que sentarnos, tenemos que conversar. Pero yo no le envidio la ganancia a los compañeros de la Plataforma Unitaria que tienen que conversar en el acuerdo, porque otra cosa que voy a decir a riesgo de que me masacren, es que de la otra parte los representantes del oficialismo no son ningunos oligofrénicos sino personas que defienden su interés político y personal».
Finalmente, Ramos Allup concluyó el encuentro con esa manera tan coloquial que le caracteriza. Insistió en su apoyo a María Corina Machado y en la posibilidad de lograr un cambio político en Venezuela. Eso sí, sarcásticamente aseguró que rezaba para que al llegar a Caracas el gobierno no le quitara el pasaporte.
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