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Lecciones políticas de la guerra de Ucrania

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Al cumplirse 2 años de la esta guerra en Ucrania, que en la Federación Rusa han denominado “operación militar especial” y que el gobierno chino denomina “crisis de Ucrania” (véase : https://news.un.org/zh/story/2022/03/1100282), se pueden observar una serie de importantes lecciones políticas, que deben ser consideradas por los políticos actuales a la hora de tomar decisiones importantes en materia internacional, de las cuales expreso lo siguiente:

NO SE PUEDE IR A LA GUERRA SIN UN ESTUDIO ADECUADO DE LA RESPUESTA DE LOS ALIADOS DEL ADVERSARIO

En el caso de la “Operación Militar Especial” de Putin en Ucrania, es obvio que sus planificadores vieron las debilidades estructurales de Ucrania y no midieron adecuadamente, el papel de una intervención foránea en materiales, equipos bélicos, mercenarios y expertos militares bajo la figura de voluntarios, financiamiento económico e información de inteligencia. Por esta razón, la denominada guerra de tres días que anunciaban sus operadores de propaganda, se estrelló por completo en la actual guerra que dura 2 años.

En este sentido los equipos de comunicación satelital de la empresa satelital Interlink de Elon Musk, cubrió la destrucción de casi toda la infraestructura comunicacional ucraniana y los sistemas de vigilancia y reconocimiento electrónicos de las agencias estadounidenses de inteligencia (CIA y NSA), le permitió a Ucrania monitorear a las fuerzas rusas con una capacidad que obviamente no se esperaban.

De igual manera, la capacidad de Ucrania de sostener una administración pública funcionando, en un estado de guerra, solo posible por el apoyo financiero occidental, es evidentemente otro grave error de cálculo político,

Esto es importante para aquellos países que piensan acometer acciones militares contra vecinos absolutamente más débiles, con unas fuerzas armadas, cuasi simbólicas, que después deben sufrir la ira de sus enemigos, como ocurrió con Irak en 1990 que no obtuvo casi resistencia en ocupar Kuwait, bajo el argumento de “territorio en reclamación”, para sufrir en unos meses una invasión aérea y terrestre, que destruyó sus fuerzas armadas y sembró el camino para todas las desgracias posteriores que ha sufrido dicha nación. No hay que tener 4 dedos de frente, para entender a cual casos me refiero.

NO SE PUEDE IR A LA GUERRA SIN ENTENDER LOS CAMBIOS TECNOLÓGICOS ACTUALES

De manera muy sorpresiva, la inmensa superioridad material y técnica de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa, en cuanto a vehículos blindados, barcos de guerra, misiles, aviones, artillería, helicópteros y muchos otros ítems, no se ha podido aprovechar para ganar de manera rápida el conflicto, debido a la utilización de armas de alta tecnología estadounidense como los lanzacohetes HIMARS (protagonistas de esta guerra), así como la aparición de los DRONES, que son sistemas de bajo costo de adquirir o fabricar, que han demostrado su capacidad destructiva, a través de numerosos videos, donde destruyen tanques, cañones, barcos, lanzamisiles, depósitos de munición y combustibles, de manera efectiva, siendo armas muy baratas que pueden llegar a destruir armas muy caras y complejas de fabricar.

En este sentido, los gobiernos de Turkiye (suministrador a Ucrania) y la República Islámica de Irán (suministradora a la Federación Rusa), son los 2 grandes ganadores de este conflicto, pues sus industrias militares demostraron tener los productos necesarios a bajo coste, fiabilidad en el campo de batalla, suministro continuo de grandes cantidades, para asegurarse en los tiempos por venir un alud de compras de todas las fuerzas militares del mundo.

Este caso, recuerda el impacto de los misiles antiaéreos y antitanques soviéticos en la Guerra de Yom Kippur en 1973, que fue enorme para las Fuerzas de Defensa de Israel y solo sobrevivieron al conflicto, por la capacidad de suministro militar estadounidense, que por vía aérea, logro reponer las pérdidas de equipos y materiales.

Esto suena muy duro para algunos países que han gastado enormes recursos financieros en armas convencionales, anteriores a la Guerra de Ucrania, que ahora pueden ser enfrentadas en parte con armas mucho más baratas y con otro nivel tecnológico.

Los ministros de Defensa de muchos países,  utilizando los informes técnicos de sus respectivos Estados Mayores, tienen el desafío político de hacer entender a sus gobiernos sobre la necesidad de reequipar sus Fuerzas Armadas con nuevos equipamientos e inclusive nuevas formas organizativas, como ocurriese con la aparición de las unidades de guerra cibernéticas y espaciales, que han aparecido en muchos países en los últimos años y que ahora, se sintetizan un nuevo tipo de guerrero del siglo XXI, como es el operador de drones, que está llamado a ser un componente fundamental de los ejércitos terrestres en todas las guerras actuales y futuras.

NO SE PUEDE IR A LA GUERRA SIN UN PLAN DE CONTINGENCIA ECONÓMICO A CORTO Y LARGO PLAZO

Uno de los aspectos más importantes de estudio para los políticos y académicos, es la extraordinaria gestión financiera y económica del gobierno de la Federación Rusa, durante estos 2 primeros años de guerra, ya que soportó una gran cantidad de sanciones financieras y comerciales, sin tener que pasar de manera abrupta a un esquema de Economía de Guerra Total y Movilizacion General, lo que hubiera implicado una paralización económica de la economía civil y el natural descontento político, que generan estas situaciones.

Tal vez el mayor error estratégico del gobierno ruso fue no haber retirado gran parte de los 200.000 millones de dólares depositados en el extranjero, así como no haber coordinado con sus empresarios (los denominados oligarcas), una política preventiva de venta de sus bienes muebles e inmuebles para trasladar dichos capitales a países aliados, donde no hubiesen sido congelados.

Sin embargo, han logrado de manera hábil armar un Plan Efectivo de Sustitución de Importaciones Vitales para su industria militar y economía en general, donde siguen adquiriendo insumos importados de países occidentales de todo tipo, a través de empresas de terceros países, especialmente empresas asiáticas, cuyas sanciones serían muy complicadas por sus relaciones comerciales con muchos países del G-20.

Igualmente, es digna de estudio la creación de una “Flota Fantasma” de buques petroleros y de otro tipo, que siguen moviendo las exportaciones e importaciones rusas a nivel global.

La guerra de sanciones, que ha devastado a países como Cuba y Venezuela, como admiten sus propios gobiernos, no parece hacer mayor daño a la economía rusa, hasta el punto de obligarle a suspender sus gastos militares en Ucrania, lo cual ha obligado a nuevas y mayores rondas de sanciones, que hasta el momento de escribir este artículo siguen sin parar la industria militar rusa, ni las exportaciones energéticas, ni han disparado el desempleo, las protestas populares o la emigración masiva de su juventud.

NO SE PUEDE IR A LA GUERRA SIN UN EQUIPO DE PROPAGANDA GLOBAL

Una de las situaciones más complejas para los observadores políticos actuales, es la percepción de la Guerra de Ucrania, dentro de la comunidad internacional, púes a pesar de la expulsión de empresas mediáticas rusas como RT y Sputnik de algunos países, es un éxito propagandístico ruso, haber colocado su narrativa en la opinión pública de muchos países, donde partidos políticos y figuras mediáticas, llaman a detener la guerra, abandonando a Ucrania a su suerte, generando situaciones como el bloqueo de los agricultores polacos al grano ucraniano, el ataque de partidos políticos extremistas a la OTAN como ente generador del conflicto, así como el inmovilismo de los denominados “pacifistas”, que no ven ninguno de los crímenes de guerra, de los cuales se le acusan a las tropas y funcionarios rusos, como si observan toda la tragedia que sufre la población civil de la Franja de Gaza, en la actual Guerra Hamás contra Israel.

Esto es una lección muy importante para muchos gobiernos democráticos, que aún no entienden la importancia de la propaganda política, como sí lo entienden los gobiernos del desaparecido Bloque Soviético.

NO SE PUEDE IR A LA GUERRA SIN UN SISTEMA GLOBAL DE ALIANZAS MILITARES, ECONÓMICAS Y COMERCIALES QUE DERIVEN EN FORMAS DIPLOMÁTICAS

Cuando se revisa la lista oficial del gobierno de la Federación Rusa sobre los gobiernos extranjeros (https://tass.com/politics/1418197ç) que le son hostiles, y han sido objeto de sanciones por parte del gobierno de Vladimir Putin, obtenemos la siguiente información:

“Las sanciones afectan técnicamente a la totalidad del continente europeo, a excepción de su aliado Bielorrusia, Bosnia-Herzegovina, Moldavia y a Serbia; en Asia sólo afecta a Japón, Corea del Sur, Taiwán; en Oceanía únicamente a Micronesia, Australia y Nueva Zelanda, mientras que en las Américas sólo se menciona a las Bahamas, Canadá y a Estados Unidos. Por ende, África es el único continente donde ningún estado es mencionado en la lista”.

En otras palabras, solo 54 de los 195 países del sistema de Naciones Unidas, se han enfrentado de manera resuelta a la invasión de Ucrania y el resto de los países, se han limitado a una actitud neutral, que muchas veces ha rayado en la complicidad, lo que explica que en América Latina, África y casi toda Asia, han asumido posiciones de apoyo al gobierno de Putin al negarse a establecer sanciones contra dicho gobierno o sus empresarios, permitiendo la triangulación de exportaciones e importaciones rusas, asi como el bloqueo de las denuncias ucranianas de violaciones al Derecho Internacional Humanitario, en sus medios de comunicación nacionales, como lo han demostrado los presidentes de Latinoamérica cada vez que bloquean los mensajes del Presidente Zelensky en sus foros regionales, bajo cualquier excusa imaginable.

En este sentido, la Guerra de Ucrania ha sido útil para identificar claramente a los enemigos de Occidente, que corren un enorme riesgo político y económico, de escalar este conflicto, púes una derrota política y militar de la Federación Rusa, traería aparejado una serie de represalias globales contra los gobiernos de dichos países, que con muy pocas excepciones como la República Popular China, India, Arabia Saudita y unos pocos más, tienen la fuerza para aguantar la IRA de los países occidentales que enfrentan al gobierno de la federación Rusa.

NO SE PUEDE IR A LA GUERRA SIN UN SISTEMA OPERATIVO DE RESERVAS HUMANAS Y MATERIALES

Esta afirmación, que parece innecesaria, es muy importante de entender, ya que la asignación de los recursos financieros y materiales para la defensa militar es una decisión política de los gobiernos y no de los generales de las Fuerzas Armadas.

Por ello, se han hecho evidentes muchas situaciones militares incomodas dentro de la OTAN, donde se está tratando de corregir décadas de decisiones políticas basadas en la falsa creencia, de que las guerras, eran un fenómeno del pasado, lo cual va desde la reconstrucción casi total de las Fuerzas Armadas de Alemania, hasta la vuelta del servicio militar obligatorio en varios países de Europa, así como la ampliación del gasto militar y de seguridad  en la totalidad de los 54 gobiernos de los países que enfrentan a la Federación Rusa.

Ucrania estaba en una guerra no declarada con la Federación Rusa desde 2014, que debió obligarle a formar, dada su elevada población, a millones de reservistas en los 8 años que antecedieron a la invasión total, pero que de manera negligente, no lo hicieron y ahora están sobre la marcha, formando unidades militares entrenadas en Europa Occidental, a toda marcha (10-12 semanas), para ir directamente al frente de combate.

En el caso ruso, el reclutamiento de prisioneros comunes, miembros de minorías étnicas con muchos problemas económicos y mercenarios de países aliados o neutrales como Cuba o Nepal, han sido formas de gestionar las necesidades de recursos humanos, para evitar llamar a una movilización general.

Países como Israel, Finlandia y Singapur, han demostrado como se pueden tener ejércitos profesionales combinados con centenares de miles de reservistas entrenados en caso de guerra, lo que evidentemente no ha ocurrido en Ucrania, por lo cual es un ejemplo de estudio para los decisores políticos de otros países.

Igualmente, ocurre con los recursos materiales, donde se ha hecho evidente la falta de previsión en el almacenamiento de insumos militares como municiones, que hoy día, tienen a la industria militar europea en crisis, mientras que en el caso ruso, la llegada de municiones y equipos militares de Irán y Corea del Norte, han marcado diferencia en el campo de batalla, lo cual permite criticar a los planificadores políticos de la OTAN que debieron tener previsto una guerra mundial con sus respectivas previsiones logísticas.

CONCLUSIONES

La guerra se gana o se pierde con mucha anticipación en las oficinas de planeación de los gobiernos, según el tenor de sus decisiones políticas, muchas de las cuales son muy impopulares en la opinión pública, pero necesarias para la salvaguardia de los países, siendo estos conflictos no solamente los convencionales, que conocemos por la vía militar, sino también los asimétricos, pues un país que decida enfrentarse al mundo desarrollado, sin una cuidadosa planificación, puede quedar devastado, sin disparar un tiro, con millones de sus ciudadanos huyendo a otros países y con una perdida de su producto interno bruto (PIB), peor que si hubiesen ido a una guerra o les hubiesen caído las 7 plagas de Egipto

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