Solo entre 40% y 50% de los jóvenes en el país tiene interés en estudiar una carrera universitaria larga, lo cual indica que se ha reducido a la mitad la aspiración por estudiar los cuatro o cinco años que requieren las licenciaturas.
El descenso en el sector público y privado de estudiantes en carreras tradicionales va a depender de la región donde se encuentre y su condición socioeconómica, señaló el psicólogo Gabriel Wald, director del Observatorio de Empleabilidad y procesos formativos de la UCAB.
Wald indicó que el interés por estudiar una carrera larga se mantuvo hasta hace unos ocho-nueve años en casi 80% de los jóvenes que egresaban de bachillerato. Sin embargo, esto cambió por la situación económica del país.
«Se ha reducido a la mitad la aspiración para realizar una carrera larga. Sin embargo, ha aumentado el interés por estudiar ofertas cortas: cursos, diplomados, porque los jóvenes se van dando cuenta de que pueden hacer su camino profesional armando como una especie de lego y que pueden insertarse, cada vez con más velocidad, al entorno laboral», dijo durante una entrevista con Unión Radio.
El especialista aclaró que no se trata de que los jóvenes no quieren estudiar, pues afortunadamente el estudio sigue siendo un valor en la familia venezolana, sino de un cambio en la forma de pensar.
«Lo que sí ha cambiado es que para ser alguien en la vida hay que tener un título. Los jóvenes se van dando cuenta, sobre todo después de la pandemia, de que no necesariamente eso es cierto, y que mucho más importante que el título es lo que el joven esté en capacidad de hacer», sostuvo.
Explicó que los obstáculos a los que se enfrentan los jóvenes venezolanos son dos. El primero es el tiempo, pero no porque les dé flojera estudiar cuatro-cinco años, sino porque hay una urgencia económica en la familia; y el segundo, porque el enfoque tradicional de las carrera en el mundo en alguna medida se ha quedado atrás para las demandas del sector privado y de la empresa en general.
«De hecho, cada vez más las empresas tienen que invertir en capacitar a su personal en una serie de habilidades y técnicas que no necesariamente se las dan en la carrera tradicional», sostuvo.
Señaló que esa combinación de factores hace que se vuelva más atractivo estudiar un año, y en ese tiempo estar capacitado para producir en el área que al joven le gusta.
«El joven empieza a percibir que no necesita estudiar un par de años matemática y física para programar un software, por ejemplo, y se va dando cuenta de que hay una cantidad de ofertas en línea para aprender programación. Claro, eso tiene otra cara de la moneda, pues hay una serie de conocimientos básicos y formas de ver el mundo profesional que aquel que se gradúa en un año no tiene, no recibe; a diferencia de un universitario que tardó cuatro-cinco años en aprender una cantidad de formas de hacer las cosas y de relacionarse profesionalmente, que el chico de un solo año de estudios no tiene. Entonces sí hay la sensación de que necesito hacerme de tips y herramientas prácticas muy rápido para generar ingresos rápido», dijo.
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