Este 19 de febrero se confirmó, en sede de casación, la condena de 6 años y 8 meses contra María Gilma Gómez Sánchez, exdirectora de la Unidad de Mantenimiento Vial (UMV) y quien trabajó con el hoy presidente Gustavo Petro cuando este fue alcalde de Bogotá.
La decisión la tomó la sala penal de la Corte Suprema de Justicia, que estudió un recurso de casación que la exfuncionaria de Petro interpuso contra una condena por el delito de contrato sin cumplimiento de requisitos legales, por su rol en el caso de la máquina ‘tapahuecos’ con la cual la administración del entonces alcalde Petro prometió reparar 220.000 huecos de las vías de la capital.
«La Corte Suprema de Justicia deja claro por qué no había justificación alguna para seleccionar directamente al contratista debido a que no se trataba de una prestación de transferencia tecnológica», se lee en un comunicado de la corporación.
“Pensar que la mera utilización -sin más- de cualquier método, proceso o adelanto tecnológico en el marco de otro objeto contractual -llámese obra, adquisición de bienes o prestación de servicios- implica transferencia de tecnología, conduciría a un efecto absurdo, del todo discordante con los principios de transparencia y selección objetiva, que apuntan a la garantía de objetividad e imparcialidad en la selección del contratista. Ello trastocaría la regla de la licitación o el concurso público, pues la tecnología puede ser un factor que ponderar en el mayor o menor rendimiento de cualquier prestación”, señala la providencia.
La historia de la máquina ‘tapahuecos’, que en realidad fueron cuatro máquinas, se remonta a la firma, por más de 11.000 millones de pesos, del contrato N.° 638 del 27 de diciembre de 2013, que tuvo un otrosí el 14 de febrero de 2014. Según expuso en su momento la Fiscalía, ese contrato se “camufló” como si fuera de ciencia y tecnología, “cuando su objeto real era de obra para el mantenimiento de la malla vial”.
Según la investigación, ese negocio jurídico fue adjudicado por Gómez Sánchez sin que se cumplieran los requisitos de ley que la obligaban a realizar una licitación pública.
Por los hechos la mujer fue condenada por el Juzgado Octavo Penal del Circuito de Conocimiento de Bogotá el 25 de septiembre de 2018, sentencia que confirmó el 26 de febrero de 2020 el Tribunal Superior de Bogotá.
Aunque la Corte dejó en firme la condena contra la ingeniera Gómez Sánchez, revocó la inhabilidad intemporal que le había sido impuesta, «porque dicha sanción no es aplicable ante el solo delito de inobservancia de requisitos legales en la contratación, al no haberse causado una afectación al patrimonio público, que es lo que da lugar a ese tipo de castigo penal».
La polémica por la máquina tapahuecos
La polémica por las máquinas tapahuecos también estuvo ligada a averías que se presentaron en los hundimientos reparados.
Es de recordar que el primer hueco que se tapó usando esa remalladora fue en la calle 134 con carrera 11, con la presencia del entonces alcalde Gustavo Petro, pero a los pocos días nuevamente había averías en el mismo sitio, lo que obligó al contratista a rehacer la mezcla asfáltica para que cumpliera con las condiciones necesarias.
Sobre ese asunto, en junio del 2014 Antonio Fernández, gerente de la empresa Green Patcher quien tenía a cargo el contrato le dijo a EL TIEMPO: “No estoy preocupado por el tema de los atrasos porque sé lo que estoy haciendo y ya tengo experiencia en otras ciudades. Por mucho, nos pasaremos un mes».
Pero para el 9 de diciembre de 2015, un día antes de que terminara el contrato, el entonces director de la Unidad de Mantenimiento Vial, Juan Carlos Abreo, le manifestó a este diario que solo se cumplió el 80% de la meta establecid de metros cúbicos de asfalto a inyectar: «Hoy (9 de diciembre del 2015) llevamos inyectados cerca de 12.000 metros cúbicos de 15.684 proyectados, lo que significa el 80% de la meta”, indicó entonces Abreo.
Sumado a esto, en 2015 Abreo manifestó a este diario que un poco más de 700 huecos que fueron tapados con la remalladora en el 2014 no fueron pagados porque que no cumplían con la calidad requerida por el distrito.
Además, para septiembre de 2018, cuando se produjo la condena en primera instancia contra Gómez, EL TIEMPO consultó a voceros de la UMV sobre el cumplimiento de esas metas y voceros de la entidad manifestaron que las máquinas tapahuecos solo arreglaron 39.600 hundimientos en tres años en Bogotá, pese a que el compromiso había sido de 220.000.
“No servía bien porque esculpía asfalto frío que es prácticamente como pintar un hueco. A pesar de eso menos de 10% de los huecos que se intervinieron con esa tecnología remalladora se tuvieron que volver a intervenir. El 90% quedaron bien”, concluyeron.
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