Hombres y mujeres jóvenes acudieron a una pagoda en el centro de Hanói este miércoles, Día de San Valentín, para pedir a Buda que los ayude a encontrar pareja, una prioridad para muchos vietnamitas.
El empleado de oficina Nguyen Thi Ly respetuosamente colocó una bandeja con dulces, agua, rosas y dinero -billetes falsos de dong (moneda local) y de dólares estadounidenses- en el altar de la Pagoda Ha.
«Buda, por favor ayúdame. Quiero tener una novia este año para dejar de ser soltero», murmuró ante el altar, ya lleno de docenas de otras bandejas similares.
Vietnam es un estado comunista, pero las tradiciones budistas y confucianas siguen siendo fuertes.
Muchas personas van a orar en el primer, medio y último día del mes lunar por la paz, la suerte y la prosperidad.
Si bien el Día de San Valentín proviene del cristianismo, los vietnamitas marcan cada vez más la ocasión en los últimos años, buscando la intervención divina en sus vidas amorosas.
«Es un procedimiento espiritual, pero pone en evidencia que los jóvenes ahora se han vuelto inseguros sobre cómo encontrar a su media naranja», afirma el experto en psicología educativa Tran Thanh Nam.
Presión social y familiar
Muy centrado en su trabajo como médico, Nguyen Van Duong es soltero a los 30 años. Su estado civil preocupa tanto a sus padres como a él.
«Mis padres envejecen día a día. Solo quieren que me case y tenga hijos», detalla Duong.
El matrimonio y la familia son tradicionalmente importantes en la sociedad vietnamita, lo que aumenta la presión sobre los jóvenes para casarse y tener hijos.
La edad legal para contraer matrimonio es de 18 años para las mujeres y 20 para los hombres, pero como en muchas sociedades cada vez más urbanas y educadas, pocos vietnamitas se establecen tan temprano.
En 2022 la edad promedio de matrimonio era de poco menos de 30 años, según datos oficiales reportados por medios estatales.
El trabajo y las distracciones habituales del siglo XXI -teléfonos inteligentes, internet y redes sociales- erosionaron las habilidades sociales de los jóvenes, según el experto en psicología Nam.
«Se convirtió en robots», comenta a la AFP.
Esto puede explicar en parte el atractivo de la ayuda sobrenatural.
«Recé en esta pagoda cinco veces pidiendo una pareja», detalla Nguyen Thi Trinh, de 26 años. «Creo que seré bendecido con una novia este año. Así mi familia dejará de preguntar ‘¿Cuándo te vas a casar?'», resume.
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