Francia anunció su intención de derogar en su departamento de Mayotte, en el océano Índico, el derecho de suelo, que rige la posibilidad de obtener la nacionalidad a una persona nacida en el país independientemente del origen de sus padres.
«Ya no será posible ser francés si no se es hijo de padres franceses», dijo el domingo el ministro del Interior, Gérald Darmanin, durante una visita a este territorio que vive una grave crisis migratoria y una situación social explosiva.
Esta media, que Darmanin calificó de «radical», busca frenar «el atractivo» de este archipiélago situado cerca de las islas Comoras y se plasmará en la práctica en una reforma de la Constitución.
Los partidos de izquierda y las asociaciones antirracistas y de ayuda a migrantes criticaron una violación del «principio de igualdad». La derecha y la ultraderecha aplaudieron en cambio la medida del gobierno del presidente Emmanuel Macron.
«Se ha perdido mucho tiempo en llegar a la conclusión de que abolir el derecho de suelo, no sólo en Mayotte sino en toda Francia, no sólo es necesario, sino posible», lamentó el diputado ultraderechista Sébastien Chenu.
Mayotte es el departamento más pobre de Francia y cuenta con 310.000 habitantes, entre ellos 48% de migrantes de Comoras u otros países de África. La mayoría llegan a bordo de barcas de pesca y muchos viven en villas miseria.
Desde el 22 de enero, «colectivos ciudadanos» paralizan este territorio con bloqueos y barricadas en las carreteras para protestar contra la inseguridad y, a su juicio, una migración incontrolada.
En 2022, según el ministerio de Interior, 44% de los niños nacidos en Mayotte tenían dos padres extranjeros y 38% contaba al menos con un progenitor con nacionalidad francesa.
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