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1999-2024: cómo han cambiado nuestras vidas (1/12)

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Blanca Strepponi

Noticias

Escucho entrecortada la voz de mi amiga a 5098 km de distancia

Dice que está bien que la vida continúa

con interrupciones imprevistas

Que a veces encuentra lo que necesita y muchas veces no

Dice que desplazarse no siempre es posible

Hay que tomarlo con calma

Dice que la niebla todo lo cubre

**

Hago una reverencia para agradecer el que pueda encontrarme a mí mismo en silencio

Allí, donde el cielo es más hermoso y la luz más pura, las montañas más verdes y las noches son perfectas y el aire es más liviano, ahora hay guerra.

Veo en la pantalla los rostros de quienes me han acompañado durante más de treinta años, sé sus nombres, el nombre de sus hijos, dónde viven, conozco sus voces, guardo de cada quien un particular recuerdo, detalles, momentos de la vida.

Veo sus rostros extenuados y dignos. Así es la guerra.

Suena el teléfono, es mi amigo del alma, el gran poeta que ha creado un Annapurna digital donde refugiarse.

Me cuenta que le han robado todo. Le quedan sus libros y cuadernos.

Le digo que estoy al tanto de lo que sucede pues escucho algún programa de alguna radio de las que quedan para dar las malas noticias. Las partes de la pequeña guerra, de baja intensidad hay quienes la llaman, provienen de tantos lugares, muchos impensables por poco conocidos.

Me dice mi amigo que se siente solo y dolido. Ya no tiene edad para combatir y el Annapurna se le ha hecho tan lejano.

Le digo que respire hondo, que sienta el aire en su cuerpo.

Le digo que mire las copas de los árboles cuyas hojas resisten la miseria.

**

Hago una reverencia para entender que todas las vidas están conectadas

 

En la pantalla aparece la imagen de su madre

el rostro bondadoso y una sonrisa tímida

Así se despide la hija casi sin palabras

comparte con nosotros que estamos tan lejos

un discreto y triste adiós

Le digo que estará en mis oraciones

escribo su nombre en una pequeña tira de papel para que el sonido de este modesto cuenco tibetano acompañe su viaje

**

Hago una reverencia para entender que la vida es objeto de amor y añoranza

La profesora anciana habla con humor y energía de sus proyectos literarios

su cabello gris es abundante y sus ojos miran atentos

lleva con natural elegancia un hermoso collar de perlas.

Cuántas satisfacciones ha recibido en estos, sus últimos años,

tantos lectores que la aprecian, tantas invitaciones, ¡más de las que puede aceptar!

Atesora recuerdos de un país que ama y ahora es destruido. Sin embargo, sonríe serena.

Disfruta de esta visita a una ciudad lejana acompañando a su hijo discapacitado

un hombre ya maduro.

Me dice en voz baja: los hombres son como niños

**

Hago una reverencia para liberarme del odio hacia los demás

Los hombres que estuvieron presos injustamente

han sido liberados y están ahora reunidos en un bello jardín.

Envueltos por el aire amable de una noche templada se muestran educados y mundanos

no han perdido su encanto

pero la luz de sus ojos se ha apagado.

 **

Hago una reverencia para estar siempre preparado, 

pero no esperar que las cosas sean fáciles

En mi otra patria

mis amigos los vencidos envejecen

y de a ratos sus bellos corazones se vuelven agrios

Los funcionarios de camisas rojas lucen grandes torsos imponentes

Gritan a toda hora sus victorias amenazadas por tantos enemigos

Agitan sus brazos de manos adornadas y ríen unos con otros, unos de otros

No hay paz para estos elegidos:

la revolución es vulnerable y exigente alerta la mirada opaca, inflama el rostro

¡Tantos de ellos han muerto!

Han padecido enfermedades fulminantes

han sido arrastrados por aguas enfurecidas

han muerto en explosiones

han sido asesinados sin compasión

Cómo gritan sus victorias

para que el ruido de sus voces cubra el silencio de la verdad

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