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Mis razones para ausentarme de las asambleas de ciudadanos en la calle donde resido (soy un didáctico cuadrado mágico)

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1.- Fui uno de los primeros habitantes «no invasores» de la Urbanización «Manuel Isidro Molina» (oficialmente «El Arenal» y conocida como «Los Periodistas»).

2.- A partir de la ilegal construcción de un portón de acceso en la calle 07 y otras, se develaron irreversibles odios entre vecinos: algunos de los cuales mostraron –de modo explícito- comportamientos que estigmatizan a sociópatas: complot, confabulación, asociación para delinquir, actos abusivos, concierto para hostigar y simular hechos punibles con la intención de perjudicar interesadamente a quienes no favorecen la concupiscencia  o lucro extorsivo (que, sucesivas veces, vaticiné o advertí).

3.- La fachada de mi casa fue progresiva e ininterrumpidamente destruida desde hace casi dos décadas mediante distintos actos vandálicos protagonizado por vecinos, empero exigía, sin miedos, que no prosiguieran, pero mostraban una arrogancia y alevosía finalmente frenada por mi afortunado y profundo acercamiento a nuestro competente Ministerio Público. He procedido a repararla con lentitud.

4.- Personas que no procede identificar en estos momentos de tácita tregua, urdieron someterme al «escarnio público», con falsos argumentos, lo cual constituyó un grave delito contra una persona de mi edad (más de 70 años, soy un anciano) e impecable reputación intelectual en Venezuela y exterior. Fundé «Prensa» y «Publicaciones» de la Universidad de los Andes, década de los años setenta, siglo XX. Soy un escritor internacional, autor de más de cincuenta libros. No olvido ni perdono fortuitas canalladas en mi contra.

5.- Quiero vivir mis años de retiro universitario en paz, contiendo para socavar o extinguir la maledicencia e ignorancia cuando me provocan. No me inmiscuyo en los asuntos íntimos de ningún vecino y exijo idéntica correspondencia de ellos.

6.- Ningún «propietario» o ciudadano «alojado por paga» en alguna de las viviendas está forzosa y legalmente compelido a aportar ni un dólar (divisa de circulación nacional que lesiona los salarios de los venezolanos impuesta por la «guerra económica» que sí existe) so pretexto de mejorar un portón que bloqueó mi visibilidad hacia la avenida.

7.- Aporté, coaccionado por las circunstancias, la puerta metálica peatonal y un valioso candado (para el paso vehicular) que desapareció. Invité a los canallescos a preguntar en ferreterías cuánto cuesta, ya hecha, esa reja.

8.- No estoy de acuerdo con exigencias de dólares a los residentes porque ello afecta el presupuesto de las familias. Todos tenemos prioridades: alimentarnos, comprar costosísimas medicinas, reparar nuestras viviendas afectadas por las lluvias y corrosión.

9.- Juzgo ilegítimo que alguno entre nosotros, habitantes de la calle 07, administre ajenos recursos en dólares, por la tentativa de especular con ellos. Si alguna vez se registrara en alguna notaría la legalización del «condominio», el manejo de los recursos tendría que hacerlo una empresa privada-especializada. Pero, jamás las autoridades permitirán la privatización de una calle en una urbanización que no fue construida como proyecto habitacional privado. Nuestro sector es suburbio.

10.- Desde hace muchos años, estoy medicado por causa de dos padecimientos: «depresión» e «insomnio». Ello me convierte en una persona en extremo vulnerable y concedo que [científicamente] mis afecciones psíquicas son irreversibles, cual aseveraron notables especialistas en psiquiatría que redactaron informes sobre mí al respecto. Afecta mi salud interactuar con hipócritas, hostiles y obcecados. Suscita zozobra la música a elevadísimos decibeles que la convierte en instrumento de tortura. Abomino el https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/entrega3_bullying.pdf contra discapacitados, ancianos y pobres. Deploro y enfrento legalmente las conducta cerril (de arrabal), la conspiración abierta o subrepticia contra la legitimidad de un gobierno instaurado conforme al ordenamiento jurídico y constitución.

11.- Al cabo de varios años, solicité el auxilio del Ministerio Público de Venezuela y lo recibí expedita y admirablemente. Mi agradecimiento será eterno por cuanto reafirmé que el Estado de Derecho y Justicia funciona en mi país.

Sostengo que la lucidez extrema no se confiere, se cultiva e intentaré acrecentar la mía durante el tiempo de vida que me resta en la impenitencia. Ella me ha consagrado hombre de cultura y vidente. Mi vida es un «cuadrado mágico» (https://ejerciciosescrituraleshome.files.wordpress.com/2021/03/jimenez-ure-un-hombre-de-cultura-por-r.gil-otaiza-junio-2016.pdf).

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