Las Fuerzas Armadas y la Policía de Ecuador ejecutaron 90 operaciones conjuntas antiterroristas en los últimos 20 días, al amparo de un «estado de excepción» y «conflicto armado interno» decretados por el gobierno para frenar la espiral de violencia generada por bandas del crimen a escala nacional.
Las operaciones antiterroristas se incluyen en un total de 51.206 misiones llevadas adelante por las fuerzas de seguridad en todo el país, y en las cuales se han detenido a 4.181 personas, 237 del ellas bajo cargos de terrorismo.
Esas cifras fueron difundidas este domingo por el denominado Eje de Seguridad, integrado por mandos policiales y militares, organizado por iniciativa del gobierno en el marco del llamado «Plan Fénix» contra el crimen organizado.
En esas operaciones, ejecutadas tanto en las cárceles como en las calles del país, fallecieron dos agentes de la Policía y no se registraron bajas en las filas castrenses.
Según el último informe, hasta el momento se han decomisado 5.285 explosivos, 1.424 armas de fuego, 1.782 armas blancas, 73.457 municiones y 966 alimentadoras (cargadores de balas).
Los agentes también incautaron 836 vehículos, 528 motocicletas y 28 embarcaciones; además de 88.718 dólares, 37,4 toneladas de drogas y 30.081 galones de combustible (unos 113.862 litros).
También lograron recapturar a 34 reos de los cerca de 90 que se fugaron de las cárceles donde, a comienzos de año, ocurrieron motines por parte de los reclusos.
Las operaciones conjuntas entre policías y militares obedecen a la aplicación del «estado de excepción» y «conflicto armado interno», decretados por el gobierno del presidente Daniel Noboa para atajar la espiral de violencia desatada por grupos de delincuencia organizada, que sacudió al país a comienzos de año.
Al declarar el «conflicto armado interno», el gobierno identificó a al menos 22 grupos del crimen organizado transnacional y los ubicó «como organizaciones terroristas» y «actores no estatales beligerantes».
Según expertos, ubicar a estos grupos como beligerantes abrió una puerta legal para que las Fuerzas Armadas junto con la Policía actúen con todos sus recursos para neutralizarlos.
La espiral de violencia se desató justo después de que el presidente Noboa anunciara su decisión de poner en marcha su Plan Fénix, con el objetivo de recuperar el control de las prisiones, muchas de ellas dominadas internamente por grupos de delincuentes, cuyas rivalidades han dejado más de 450 presos asesinados desde 2020 en una serie de masacres carcelarias.
Esa extrema violencia también se trasladó el año pasado a las calles hasta convertir a Ecuador en uno de los países más violentos, con 45 homicidios intencionales por cada 100.000 habitantes en 2023.
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