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El lujo y el misterio de la alta costura invaden las plataformas televisivas

Por EFE
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Los aficionados a la historia de la moda tienen dos citas televisivas importantes en las próximas semanas: la serie española Balenciaga, que se estrena este viernes en Disney+, y la estadounidense The New Look, sobre Christian Dior, a partir del 14 de febrero en Apple TV.

Disney+ planea también anunciar en breve la difusión de The Kaiser, sobre el modisto alemán Karl Lagerfeld, que está en su etapa final de realización.

Balenciaga (seis episodios) y The New Look (diez) ofrecen una rara oportunidad de comparar dos visiones televisivas distintas en torno a una misma época que convulsionó la historia europea, justo antes y después de la II Guerra Mundial.

París era la capital cultural del mundo, y en particular de la moda. Y por sus salones se paseaban e imponían su estilo toda una generación deslumbrante de costureros: Coco Chanel, Jeanne Lanvin, Elsa Schiapparelli… y el español Cristóbal Balenciaga, que llegó a la capital francesa proveniente de San Sebastián (País Vasco).

Balenciaga se desfiló por primera vez en París en 1937. Hijo de un pescador y de una costurera, era ya una celebridad en su país de origen, donde a la edad de doce años cosió un vestido para la marquesa de Casa Torres. Décadas después, en 1960, diseñó el vestido de boda de su nieta, la reina Fabiola de Bélgica.

«Cristóbal era el único auténtico costurero de todos nosotros. El resto no eran más que diseñadores», llegó a declarar Chanel de su nuevo competidor, al que le unía una admiración y rivalidad mutuas.

Balenciaga fue una leyenda de la alta costura, pero no solo por su dominio de la aguja, sino por su secretismo. Apenas hay fotografías de él, nunca saludaba al cierre de sus desfiles y apenas concedió un par de entrevistas periodísticas en su vida.

Una de ellas, a la periodista Prudence Glyn (Gemma Whelan) del diario The Times, supone el inicio de la serie de Disney+.

El actor español Alberto de Juan interpreta a este personaje complejo, que vivió de acuerdo a sus propias reglas, ocultando siempre su homosexualidad, obsesionado por el control de su obra, y sin comprometerse políticamente.

«Tuvo que navegar entre aguas y mantenerse a flote», explica en videoconferencia Lourdes Iglesias, creadora de la serie.

Los nazis le cerraron durante tres meses su taller, oficialmente por «incitación a la rebelión mediante sombreros provocativos». En realidad porque viajaba a España para lograr telas con que mantener vivo su negocio.

Pero no le importó diseño para las esposas y amantes de los jerarcas alemanes.

«No cerró porque a él le importaban más los trabajadores, no quería dejarles sin comer» explica Lourdes Iglesias.

Balenciaga rompió moldes con sus cuellos extraamplios, sus mangas cortadas a la altura del codo, sus osados ​​modelos de los años 1950, como el tonel.

Adaptarse al prêt-à-porter

Más joven y con el instinto para adaptarse al prêt-à-porter, Christian Dior provocó una sensación tras la guerra en 1947 con su línea «New Look», que supuso toda una renovación del mundo de la moda tras la terrible guerra.

La serie de Apple TV, rodada en inglés, aborda no solamente la figura de Dior (Ben Mendelsohn), sino la terrible suerte de su hermana Catherine (Maisie Williams, de Game of Thrones), detenida y deportada a un campo de concentración. por los nazis por colaborar con la Resistencia.

Y Coco Chanel, de nuevo, interpretada por Juliette Binoche. Un personaje que «merece una serie aparte», confiesa Lourdes Iglesias, que en Balenciaga dio el papel de la controvertida diseñadora a la actriz francesa Anouk Grinberg.

Coco Chanel mantuvo un romance con un espía alemán, y llegó a colaborar con los nazis para una descabellada intentona de firmar un acuerdo de paz con el primer ministro británico Winston Churchill, mientras París ardía a su alrededor.

«Es uno de los personajes más fascinantes que hay, aunque ¡solamente le gustaba hablar de hombres!» explica con una sonrisa Iglesias.

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