En Colombia, de acuerdo con registros oficiales, más de 100.000 personas desaparecieron con ocasión y en el contexto del conflicto armado. Tras la firma del acuerdo de paz de 2016, las labores para su ubicación quedaron en cabeza de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), hoy liderada por Luz Janeth Forero, quien habló con EL TIEMPO sobre los avances, como la recuperación de más de 1.200 cuerpos, y también se refirió a las prioridades y retos para 2024.
Este año iniciará en Venezuela la recuperación de restos de desaparecidos del conflicto colombiano, esto por cuenta de las declaraciones que han dado en la JEP y previamente en Justicia y Paz excombatientes de las Farc y de las Autodefensas como Salvatore Mancuso.
—¿Cuáles son los avances hasta ahora, tras varios años de trabajo?
En el marco de la búsqueda podemos decir que ya tenemos 1.251 cuerpos recuperados que hemos entregado a Medicina Legal para el proceso de identificación y luego de entrega digna a las familias; también tuvimos reencuentros, ya llevamos más de 20 reencuentros de personas con vida y sus familias; y en cuanto a solicitudes de búsqueda que hacen las familias, ya estamos bordeando las 30.000.
El año pasado adelantamos trabajos en materia de articulación con otras instituciones del Estado, firmamos convenios para ampliar nuestras búsquedas a través de distintas bases de datos con las que cuenta el país, y ampliamos nuestra presencia territorial.
—¿En 2024 cuáles son las prioridades?
La Unidad ha definido su gestión para 2024 con un enfoque de gestión por resultados en el territorio, y de participación activa de las víctimas. Es prioritario poner en operación el Sistema Nacional de Búsqueda de Desaparecidos, posicionar la búsqueda de los desaparecidos en las nuevas mesas de diálogos de paz que se están estableciendo con otros actores armados, y aprender de la experiencia del acuerdo con las Farc.
También lograr el fortalecimiento territorial para la búsqueda desde la investigación y desde lo forense, así como todo lo que tiene que ver con la participación de las víctimas. Trabajaremos en seguir consolidando la información, que es el insumo fundamental para la búsqueda, a través de más bases de datos que están en el país, ya tenemos conversaciones con el Dane y el Ministerio de Salud; el inicio de la etapa forense de la búsqueda transfronteriza, eso tiene que ser una realidad indiscutible este año; y el trabajo con aportantes de información.
—¿Qué es lo primero para poner en marcha el Sistema Nacional de Búsqueda?
La creación de este Sistema es nuestra oportunidad histórica para materializar la coordinación y la articulación entre el sector público, el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil.
Durante el año pasado trabajamos muy armónicamente con el Ministerio de Justicia y organizaciones sociales para que se reglamentara y se definieran los objetivos, estructura, componentes y demás; arrancamos con esa construcción del decreto reglamentario.
—¿Qué se busca lograr con este sistema nacional?
En primer lugar, que se formule una política pública e integral de manera participativa para la búsqueda de los desaparecidos en Colombia, no solo los desaparecidos en el contexto del conflicto armado, sino otros hechos de desaparición que siguen ocurriendo en el país; y segundo, ese Sistema da impulso al Plan Nacional de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas en el contexto y con ocasión del conflicto que ya tiene la Unidad. En este primer semestre tenemos la clara meta de que inicie la implementación de ese sistema.
—¿Cómo avanza la búsqueda transfronteriza, por ejemplo en la frontera con Venezuela?
En 2024 arrancará la etapa forense, que implica la recuperación de cuerpos, pero la búsqueda ya comenzó, el año pasado hubo una declaración conjunta entre el gobierno colombiano y venezolano donde se dio toda la voluntad política, también se instaló un comité técnico binacional, con autoridades de ambos países para establecer los mecanismos para la intervención en sitios de interés forense.
Paralelo a esto, nosotros del lado colombiano hemos estado estructurando la información para definir con claridad los posibles sitios de interés forense que están al otro lado de la frontera. Este año estamos siendo convocados a una nueva reunión binacional para establecer los momentos de inicio concreto de esas intervenciones; y nosotros hemos trabajado en establecer protocolos de entrega de información para que tengamos todo listo para empezar nuestras intervenciones en el hermano país, siempre con un respeto absoluto de la normatividad venezolana.
—El acuerdo de paz estableció que las ex-Farc tienen que aportar a la búsqueda, ¿han cumplido con hacerlo?
Con las Farc una experiencia que ha sido muy valiosa para nosotros es la que tenemos con la corporación humanitaria Reencuentros, que se constituye en el marco del proceso de paz para contribuir a la búsqueda humanitaria y extrajudicial. Con esta organización tenemos una hoja de ruta muy clara, un proceso de acompañamiento, de capacidad técnica, y con Reencuentros ya inclusive hemos hecho varias entregas dignas que han sido producto de ese trabajo.
—En cuanto a la identificación, tras recuperar los cuerpos, ¿cuáles son las dificultades?
Hay que reiterar lo compleja que es la búsqueda, a veces es difícil entender todos estos procesos. La investigación arroja unos sitios de interés forense, a esos sitios vamos y recuperamos esos cuerpos, que luego entregamos al Instituto Nacional de Medicina Legal que hace la labor técnico científica de identificación. En la mayoría de los casos, por el tiempo transcurrido entre la desaparición y el hallazgo del cuerpo, la identificación es basada en pruebas genéticas que también tiene una complejidad importante.
—¿Cuánto tiempo toman hoy los procesos de identificación?
Los tiempos son muy variables porque la identificación es absolutamente interdisciplinaria, necesitamos médicos, antropólogos, odontólogos, dactiloscopistas, genetistas, en fin, una cantidad de especialidades técnicas que contribuyen a la investigación.
En promedio nosotros hablamos de aproximadamente un año, pero insisto en que es variable, hay muchos cuerpos que inclusive Medicina Legal nos cuenta que hay que practicar 30 o 40 veces el mismo procedimiento para tratar de extraer al menos un poco de material genético para hacer los cruces de referencia, pero también es importante señalar, que estamos desarrollando un trabajo colaborativo con el Instituto de Medicina Legal.
—¿Cómo están trabajando para mejorar estos procesos técnicos y científicos?
Construimos un proyecto que lo llamamos Impulso a la identificación para fortalecer la infraestructura de Medicina Legal para que cada día se acorte más el tiempo entre que llega el cuerpo al Instituto, se recupera el material genético y se hace la identificación de la persona para entregarla a las familias.
En el marco de este mismo proyecto también hay un gran trabajo a nivel territorial con equipos de trabajo mixtos para que el abordaje de los cuerpos sea más eficiente. También trabajamos con el instituto para fortalecer su sistema de información, el Sirdec; estamos buscando soluciones para la custodia y la conservación de los cuerpos exhumados; y para fortalecer el servicio de Genética Forense y la base de datos de perfiles genéticos.
—¿Cómo trabajarán con los nuevos mandatarios territoriales?
Hacemos un llamado a los nuevos mandatarios locales a que se comprometan y tengan voluntad política frente a la búsqueda. Para eso tenemos varias estrategias, una es que por órdenes de la JEP el Ministerio del Interior emitió una circular para que los en los procesos de empalme de las administraciones salientes y las entrantes se hable de la necesidad de incluir en los planes locales acciones específicas en materia de búsqueda.
También creamos una caja de herramientas para los nuevos mandatarios para que identifiquen lo que significa la búsqueda humanitaria extrajudicial y entiendan su capacidad propia de contribuir a la búsqueda en su territorio concreto porque no hay un solo territorio de Colombia, no hay un solo municipio o departamento, que haya sido ajeno a las dinámicas perversas de la desaparición en nuestro país.
—¿Qué obstáculos enfrentan en 2024?
Un reto sigue siendo la búsqueda en medio del conflicto en los territorios en medio de los riesgos que vemos que no cesan a pesar de los enormes esfuerzos que se hacen en este proceso de construcción de paz; hay territorios a los que tenemos que llegar a recuperar cuerpos pero que siguen bajo el control de ciertos actores y esto implica que nuestras acciones de prevención y de protección se fortalezcan. Otro reto es la magnitud de la desaparición y las diversas modalidades y dinámicas en las que ha ocurrido el fenómeno; también el hecho de tener una geografía compleja y diversa en la que debe hacerse la búsqueda.
—¿Hay suficientes recursos para la búsqueda?
Otro reto son los recursos, presupuestales y humanos; hacemos ejercicios muy fuertes de eficiencia administrativa y tenemos aliados muy importantes de cooperación internacional, y este año vamos a hacer una acción muy fuerte de incidencia con el sector privado porque creemos que a la búsqueda pueden contribuir todos y todas.
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