La próxima actuación de Peso Pluma en el Festival de Viña del Mar incomoda a Chile. Desde el gobierno y otros sectores se levantan voces en contra del espectáculo del popular artista mexicano que asocian con la narcocultura.
Alarmados por el avance del crimen organizado en el país, los chilenos prácticamente se están agrupando en un solo frente contra la presentación de Peso Pluma, quien el 1° de marzo cerrará el evento de música popular más importante de América Latina.
El artista de 24 años es el exponente más conocido de los corridos tumbados, versiones modernas —con influencias del rap y el reguetón— de los tradicionales corridos mexicanos, los cuales desde ya hace años vieron surgir al subgénero de «narcocorridos», que le cantan a los líderes del narcotráfico y la violencia de sus carteles.
«Pa’ chambear con don Iván/ Soy de la gente del Chapo Guzmán/ No me muevan que me puedo enojar/ Me les presente, soy El Gavilán», reza una de las letras interpretadas por Peso Pluma e inspiradas en ese gran capo narcotraficante mexicano, preso ahora en Estados Unidos.
En octubre, debió cancelar un show en la ciudad mexicana de Tijuana ante amenazas de muerte por parte del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que lo relaciona con sus enemigos del Cártel de Sinaloa.
El gobierno del izquierdista Gabriel Boric expresó su malestar por la presencia del artista en Chile.
«El gobierno no censura en lo más mínimo, pero ciertamente le preocupa y no le gusta que se promueva la cultura narco y hace todo lo posible por que ello no suceda», afirmó Carolina Tohá, ministra del Interior y Seguridad.
No obstante, la organización del Festival de Viña del Mar confirmó la noche del jueves el show del mexicano.
«Tras la polémica generada en referencia a la participación de Peso Pluma en la próxima edición del certamen, la organización afirma que no incurrirá en ningún tipo de censura ni discriminación», dijo un comunicado oficial.
«La música es universal y describe diferentes realidades», agrega la nota, que se explaya en los récord de oyentes del artista y los reconocimientos que obtuvo el año pasado.
Peso Pluma, nombre artístico del cantante Hassan Emilio Kabande Laija, se convirtió el año pasado en el primer mexicano en haber posicionado una decena de canciones entre las 100 más populares de Estados Unidos, según la revista Billboard.
También fue el quinto artista más escuchado en la plataforma Spotify a nivel global.
Voz del narco
La controversia saltó en medio de una sociedad chilena preocupada por el aumento de los homicidios y otros delitos relacionados con el crimen organizado.
Solo esta semana, tres cadáveres atados de manos y pies fueron encontrados por la policía en las afueras de Santiago.
De acuerdo con cifras oficiales, la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes saltó de 4,6 en 2021 a 6,7 en 2022.
«El 1° de marzo, en las pantallas del canal del Estado, escucharemos la voz del narco», planteó el sociólogo y académico Alberto Mayol, en una columna de prensa que encendió la polémica.
También criticó que nadie haya reparado sobre la letra de sus canciones. «No es que el artista haga narraciones objetivas de la vida cotidiana mexicana, contando entre otras historias alguna historia narco. No es eso. En las canciones se elogia épicamente la vida narco», describió.
Un concejal de la ciudad turística de Viña del Mar, cuyo municipio organiza el Festival, pidió el miércoles cancelar la presentación del mexicano.
«Como sociedad, no debemos romantizar figuras delictivas con su dramático historial de violencia y sangre», dijo el concejal René Lues.
Asimismo, el presidente de Televisión Nacional de Chile, Francisco Vidal, es partidario de suspender la actuación del cantante.
«No debería tener en su parrilla un festival a un cantante que promueva las bandas y el narcotráfico, así de simple», afirmó.
Memoriales narco
Desde su llegada al poder en marzo de 2022, el gobierno de Boric ha atacado la cultura asociada al crimen. El año pasado, al menos cinco obras callejeras en las que se rindió tributo a jóvenes asesinados en aparentes pugnas entre bandas fueron destruidas por orden estatal.
En el lugar de estos «memoriales narco», como los denominan, fueron construidas plazas de juegos para niños.
La «narcocultura» es un componente importante de las estrategias de expansión del mercado de las drogas, plantea Cristian Leporati, académico de comunicación política de la Universidad Diego Portales.
«El narcotráfico tiene una estrategia comunicacional o publicitaria, y esa estrategia es básicamente a través de ciertos rituales para promocionar la cultura narco. Y lo que hay que atacar como Estado y como política pública es también eso», explica Leporati a la AFP.
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