El 2024 no luce nada fácil para Venezuela. El panorama político es complejo cuando se tiene previsto elecciones presidenciales en el segundo semestre y se le suman dos acontecimientos: las posibles nuevas acciones de la Corte Penal Internacional sobre el Estado y las tensiones entre Caracas y Georgetown por el territorio Esequibo.
Hasta los momentos no hay ni fecha para esas elecciones y tampoco candidatos oficiales. Por el chavismo, se espera que sea Nicolás Maduro, para buscar su tercer mandato. Por el lado opositor, María Corina Machado. El primero no llega a 10 puntos en las encuestas y la segunda se encuentra inhabilitada por el oficialismo, es decir, sin posibilidad para postular a cargos públicos por orden de la Contraloría.
Maduro, quien logró avances al obtener la liberación de Alex Saab (acusado por Estados Unidos de ser su testaferro) y reforzar su interlocución con Washington, dijo antes de finalizar el año que era «prematuro» confirmar si buscará la reelección.
«Solo Dios sabe… No Diosdado, Dios», dijo en una entrevista al canal Telesur, haciendo referencia al nombre del primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello.
La candidatura de Maduro es la más débil
Y esto lo ha dicho porque Cabello ha insistido en que Maduro será el candidato del PSUV en 2024, año en que el chavismo cumple 25 años en el poder.
Aunque Maduro ha logrado superar progresivamente el aislamiento internacional al que estuvo sometido con la llegada en 2019 de Juan Guaidó, no cuenta con la popularidad necesaria para ganar las elecciones. Esto quedó demostrado con el referendo del 3 de diciembre por el territorio sobre el Esequibo, en el que el Consejo Electoral aseguró que hubo 10 millones de votos, pero la oposición insiste en que solo fueron 2,1 millones de sufragios
La candidatura de Maduro es, en términos netamente electorales, la más débil que podría existir en Venezuela. Así lo considera Wálter Molina, politólogo venezolano.
“No hay forma de ver a Nicolás Maduro ganando una elección medianamente limpia, ni contra Machado, con quien perdería de forma arrolladora, ni contra otro dirigente opositor que se enfrente a él en unidad”, dice Molina a EL TIEMPO.
Aunque es difícil la situación de Maduro, para algunos analistas, el comentario sobre su postulación «fue una travesura política de Maduro», así lo estimó en politólogo Ricardo Ríos en declaraciones a la agencia Afp.
Creer que no se postulará sería tomado como “evidencia de una crisis tremenda» dentro del chavismo y «si a María Corina Machado le permiten participar legalmente en las elecciones, no hay ninguna duda que arrasaría», dijo el politólogo Luis Salamanca, también a la Afp.
María Corina Machado
El problema es que el tema de Machado aún no se ha resuelto. El 15 de diciembre, tal como acordaron el chavismo y la oposición en sus últimas negociaciones, la opositora, que ganó las primarias con 2,3 millones de votos que se traduce en 90 por ciento, acudió al Tribunal Supremo de Justicia a solicitar que se le elimine la inhabilitación, pero hasta hoy no hay respuesta.
“No descarto que otros asuman para enfrentar a Maduro. Hace un par de meses era imposible creerlo porque Machado tiene una postura sumamente radical, tan radical como el régimen”, le explica a EL TIEMPO el politólogo Leandro Rodríguez Linares.
Y esta afirmación se basa en las recientes declaraciones de Machado, quien dijo que “si reprimen y tocan a uno, otro lo reforzará y se hará la tarea porque somos millones”, lo que muchos interpretaron como una posibilidad de que otro sustituya su candidatura.
Para Rodríguez Linares, esto sucede porque las conversaciones de la “política oculta” las que no se ventilan “están al rojo vivo” y esto tiene que ver porque la “comunidad internacional aparentemente está decidida a cambiar el panorama político interno y para ello hace algunas exigencias, como entre otras cosas el cese de los radicalismos”.
El sucesor de Machado
Ahora, lo que se debe tener en cuenta es quién podría ser el sucesor de Machado. Hay que tener claridad “tanto en la forma en la que elegirían a este sucesor, sabiendo que la gran electora deberá ser la propia Machado”, así lo cree el politólogo Walter Molina.
Otro punto que Molina considera importante son los tiempos del posible anuncio, pues “sería ilógico plantear un nombre con mucho tiempo de antelación, pues eso mostraría algo de debilidad sin todavía haber calentado a la gente electoralmente, y también le daría chance al gobierno para inhabilitar a esa persona”.
Por el lado de Maduro, se ha especulado sobre los posibles sustitutos, como su esposa Cilia Flores, la vicepresidenta Delcy Rodríguez, el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, el mismo Diosdado Cabello, o el controversial gobernador de Carabobo, Rafael Lacava”.
Incluso, sobre Machado, Cabello dijo este lunes que «a estas alturas el que está inhabilitado está inhabilitado no va, los demás que no vengan con mentiras. El objetivo principal de ellos es la violencia y montar una estructura para la violencia».
La recuperación de la economía
“Todos tienen sus méritos y posibilidades, el problema es que, o aglutinan al PSUV y no a la gente, o aglutinan a la gente y no al PSUV”, dijo una fuente del partido de gobierno a este diario, recordando además que en este momento el oficialismo no tiene la cantidad de votos que les dejó Hugo Chávez, por factores como los 8 millones de venezolanos en el exterior, el descontento de los militantes y la apatía, pero que hay una pieza clave a la que el chavismo le va a apostar: la recuperación de la economía.
“Si la economía sigue dando mejores pasos, aunque sea pequeños como los ha venido dando”, puede ser un factor determinante para tener de nuevo a Maduro para el período 2024- 2030.
*El Grupo de Diarios América (GDA), al cual pertenece El Nacional, es una red de medios líderes fundada en 1991, que promueve los valores democráticos, la prensa independiente y la libertad de expresión en América Latina a través del periodismo de calidad para nuestras audiencias.
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional