Antonio Costa, el exprimer ministro portugués que dimitió tras un extraño caso de corrupción, relacionado con la explotación de minas de litio, que afectó a su gobierno, estaba considerado un socialdemócrata modelo.
De él se alabó su falta de sectarismo, su pragmatismo y su política fiscal liberal que disparó la economía portuguesa.
En contraste del socialismo populista y de vicios autoritarios aplicado por Pedro Sánchez en España, Antonio Costa estaba considerado un «buen socialista» que pensaba antes en el bien común de los portugueses que en los intereses electoralistas del partido socialista portugués.
Sin embargo, la dimisión de Costa ha causado un terremoto en Portugal. La calamitosa crisis en el seno de los socialistas portugueses junto con unas encuestas que muestran un fuerte impulso de las derechas, los socialistas lusos han decidido dar un golpe de timón.
Han dejado de lado el socialista pragmático que representaba Costa y se han echado en brazos del socialismo burdo y populista que, a imagen de lo llevada a la práctica en España de la mano de Sánchez, propugna el radical Pedro Nuno Santos.
Elegido nuevo secretario general del Partido Socialista y candidato a las próximas elecciones a primer ministro del 10 de marzo, Nuno Santos, ministro de Infraestructuras con Costa, se sitúa a la izquierda de la izquierda y la prensa lusa se refiere a él como «un radical».
El nuevo líder de los socialistas portugueses, al igual que Sánchez, está obsesionado con la «ultraderecha» y en sus discursos es habitual emplear el miedo a la «ultraderecha» como arma política.
Según la CNN de Portugal, la radicalización del Partido Socialista por la izquierda llevará también a posturas más esencialistas por la derecha en el Partido Socialdemócrata (PSD), que en contra de lo que indica su nombre es el principal partido de centro-derecha de Portugal, similar al Partido Popular en España.
El movimiento del Partido Socialista de elegir a un esencialista de izquierdas como Nuno Santos para evitar la desmovilización de su votante más izquierdista corre el riesgo de desmovilizar al más moderado.
En ese sentido, Nuno Santos seguramente contará con Antonio Costa, una vez absuelto de toda responsabilidad en el caso de las minas de litio, en la campaña electoral para amarrar al votante socialista más de centro.
A lo largo de su carrera política, siempre de la mano de Costa, Nuno Santos ha dado muestras de su radicalismo populista, cercano en ocasiones a las tesis de los partidos similares a Podemos.
En 2011 llegó a amenazar a Alemania y a Francia con no pagar su deuda con los bancos alemanes y franceses.
Entre sus propuestas de cara a las próximas elecciones está un ambiguo refuerzo del Estado social –con un cierto aroma a medidas inflacionistas en forma de subvenciones y prestaciones–, mejora de los salarios, aumento de beneficios para los funcionarios o intervenir el mercado de la vivienda.
Sus intervenciones recuerdan, y mucho, a las de Pedro Sánchez en España, sobre todo en sus ataques a los partidos de derecha.
En ese sentido, acusó al PSD de competir «en lenguaje con la extrema derecha» y aseguró que «no se puede distinguir entre el discurso del líder del PSD y el del líder de Chega», un partido similar a Vox en España.
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