¿Gobierno y oposición conspiran contra María Corina Machado?

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La sociedad de la desconfianza y las traiciones

Ciertamente el nudo gordiano a comprender y desanudar es la relación a conveniencia por ambiciones y dependencia económica y de poder, entre sectores dominantes de los partidos de la oposición venezolana y el gobierno de Nicolás Maduro, expresándose así: Plataforma Unitaria + Alacranes + Maduro, teniendo la propiedad de actuar en conjunto cada vez que se presenta una amenaza real de desplazamiento, aspecto para nada novedoso, pero pertinente en virtud de tres eventos significativos en el contexto de la coyuntura actual. Ellos serían:

1. Elecciones primarias y el desplazamiento de María Corina al resto de los dirigentes partidistas

La experiencia de la vida colectiva, enrostrada en la horrenda crisis que nos ha tocado sufrir a los venezolanos, nos ubica por igual en una embarcación que requiere de esfuerzos en conjunto y sobre todo honestos para llegar a puerto seguro. El resultado de las elecciones primarias y la victoria contundente de MCM es sin duda el elemento primordial que debe estribar a la hora de respetar el reconocimiento y apoyo popular a su liderazgo en la cruzada por la conquista de la democracia en Venezuela.

No obstante, la desconfianza llevada al paroxismo y finalmente transformada en la obsesión de las élites partidistas, sobre todo en la demencial resistencia a perder el poder, es utilizada como un arma por el propio gobierno para diluir el liderazgo de la vencedora del proceso de primarias. Se debe decir con claridad que en Venezuela, factores opositores se han transformado en recursos del aparato del régimen para minimizar el factor de liderazgo que representa el cambio de sistema y la apertura a la democracia, teniendo la acción obligante MCM de sobreponerse como guardiana al desvío del poder de quienes en teoría deberían ser sus aliados, padeciendo en consecuencia el riesgo latente de ser apreciada como una opción de radicalismo extremo, por su determinación de frenar la desconfianza crónica que circula por mandato del propio gobierno dentro de todo el ecosistema opositor, que logra carcomer de forma invisible y progresiva a todos los elementos sociales que componen la fuerza democrática, afectando así cualitativa y cuantitativamente al país que reclama cambios, y aquí en un juego de emociones y desánimos es donde interviene el gobierno con la inteligencia y rigurosidad de un fino bisturí.

Teniendo la introspección nuevamente en aquello, para salir del gobierno también debemos salir vertiginosamente de una oposición mediocre y cómplice del régimen. Quemar las naves una y otra vez, y empezar de nuevo, parece ser lo correcto.

Un mandato social estremece a todos los sectores, el pueblo en toda su composición, incluyendo los que apoyaron a Hugo Chávez, no desean el retorno de la mal llamada quinta república, pero tampoco el retorno del entramado de la cuarta en sus distintas variantes, el país necesita empinarse en los errores, reconciliarse y perdonarse y experimentar la eclosión de un nuevo y mejor tiempo, acá la dilemática posición sería ¿con quién se cuenta verdaderamente?

2. La ruta para levantar las inhabilitaciones y el poder de los lobbies petroleros en el enfoque del levantamiento de las sanciones

La ruta para el levantamiento de las inhabilitaciones trazadas en un documento el 30 de noviembre, fecha que se había hecho insigne para proseguir con el esquema del levantamiento de sanciones económicas al régimen de Nicolás Maduro, no termina de convencer. De Barbados el único beneficio que se ha obtenido es la realización de las elecciones primarias sin la persecución del régimen, aunque a posteriori han utilizado al TSJ para declarar la nulidad de todo el proceso de primarias, y ahora pretenden que sea ese mismo TSJ quien tutele el derecho de los dirigentes venezolanos a participar en elecciones transparentes, teniendo la obligación de solicitar la revisión de inhabilitaciones ilegales establecidas por la Contraloría General de la República, como si no existieran suficientes antecedentes históricos y actuales del control del gobierno sobre los magistrados y el Tribunal Supremo de Justicia, que en dilatadas oportunidades ha inobservado grotescamente el texto constitucional.

Inefablemente la percepción que ocupa la acción de las negociaciones de Barbados y el acuerdo del 30 de noviembre va en la dirección de un favorecimiento al régimen de Maduro propiciado por el interés de los distintos lobbies petroleros, quienes han labrado la posibilidad de flexibilización de Estados Unidos con el régimen venezolano, en virtud de las necesidades energéticas existentes producto de la guerra Rusia-Ucrania, y también los movimientos geopolíticos del Medio Oriente con las acciones militares entre Israel y Palestina, teniendo a Irán en la cola del conflicto, que a su vez es un aliado del madurismo en América Latina.

Quizás esta visión sea abrumadora; sin embargo, en el campo de la política todas las visiones deben ser contempladas, y de ser cierta, alinear al madurismo a los intereses geopolíticos de Estados Unidos, parecieran tener grandes costos políticos que terminarán siendo cancelados con mucho sufrimiento por el pueblo venezolano, quienes tendrán que anclar sus opciones de libertad, a la reconducción de la política en la región con los nuevos liderazgos que se levantan en Argentina y Ecuador sumándose a El Salvador, reduciendo significativamente el control perverso del madurismo y sus aliados en América Latina, obligando así a Estados Unidos y a la Unión Europea a replantearse las posiciones para el venidero año 2024, que a la vista de todos han decidido ablandar y darle tiempo para robustecerse al deplorable gobierno de Nicolás Maduro.

3. El referéndum sobre el Esequibo y la táctica y estrategia que se desprende a efectos de la política interna

Probablemente detrás de la catástrofe de refrendo hubo la intencionalidad de provocar un harakiri, las rivalidades y control interno en las intimidades del régimen en toda su composición se manifiestan constantemente en diversas formas.

Si bien Diosdado Cabello ha logrado resurgir en el control político, pero sabe bastante bien que no posee presencia alguna en las negociaciones internacionales, solo Jorge Rodríguez, su hermana Delcy y Cilia Flores navegan estas aguas, creando un escenario controvertido y de desconfianza en la preservación del poder.

Siendo Jorge Rodríguez, la figura clave de la coyuntura, por el dominio, por lo acertado de los pasos internacionales en la consagración de la recuperación de las ventajas del manejo económico sin sanciones, tampoco debe resultar inverosímil que es el nombre que gravita internacionalmente a la hora de visualizar la posibilidad de una transición política en el país, representando así el quiebre y la caída del madurismo imperante.

Las negociaciones van a continuar con altos y bajos, y con un extraño entendimiento cómplice entre ambos líderes de los bloques negociadores, visto así entre Jorge Rodríguez y Gerardo Blyde se fragua otra dimensión de entendimientos, que suspira más allá de la luz y la oscuridad, del amor y la enemistad, se trata de los acuerdos por el poder.

Mientras se decantan en fórmulas mágicas, para mantenerse o alcanzar el poder, el régimen con todos sus recursos y los que le propicie la oposición blanda, va a arremeter brutalmente contra todo lo que represente María Corina Machado y Vente Venezuela, se va a experimentar un recrudecimiento de la persecución y la barbarie que ya han transitado en el pasado otros dirigentes políticos, deberá manifestarse una sólida unidad nacional sobre quien aviva la esperanza en la población y garantiza las oportunidades de la redemocratización del país.

Sin abandonar los reclamos internacionales, la tarea ciudadana debe centrarse en abanderar con diferentes estrategias el descontento con el gobierno y hacerle frente contundentemente para que no se diluya la lucha social en la persecución a los dirigentes políticos que respaldan a MCM o su organización política.

Solo así se mantendrá con fuerza la esperanza de un país libre y democrático.

En palabras del nuevo presidente de la Argentina, Javier Milei: “Viva la libertad, carajo”.