Este 2023 fue un año de notables avances para el emprendimiento social, que durante los últimos años viene creciendo rápidamente en cuanto a tamaño del mercado, alcance y apoyo por parte de inversores, organizaciones, entre otros actores que buscan impulsar esta vertical del emprendimiento.
Hemos visto un número sin precedentes de iniciativas y proyectos que están impulsando el emprendimiento social en combinación con herramientas de innovación y transformación digital para abordar problemas sociales como el medioambiente, la pobreza, e incluso brindar apoyo a niños y jóvenes sin oportunidades.
Ahora se ha demostrado que sí es posible emprender un negocio que genere buenos ingresos con lo social como base. Las demanda de los consumidores modernos como los millennials y Generación Z, así como los cambios en las políticas, los avances tecnológicos y los movimientos sociales han impulsado el crecimiento de los servicios éticos y sostenibles, lo que al final se traduce en más inversores y empresas dispuestas a brindar apoyo, financiación, asociaciones y otros incentivos a soluciones innovadoras.
Emprendimiento social
Otro de los “ingredientes” que suman a esta conversación es la tecnología y la innovación digital. Con un impacto directo en más de 50% de la población global en solo dos décadas de desarrollo, la tecnología está transformando las sociedades.
Esto es algo que saben muy bien organizaciones como Unicef, que ha creado un programa llamado Unicef Lab, el cual es desarrollado junto a Impact Accelerator para impulsar y apoyar proyectos sociales que se apalancan de la tecnología para abordar diversas problemáticas sociales que enfrenta la infancia y adolescencia.
Recientemente durante el evento FUTURIA, se dieron a conocer 4 proyectos innovadores que están destacándose en la sexta edición de Unicef Lab, incluyendo una empresa de Brasil/España llamada Jade Autism que desarrolla soluciones educativas para niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) u otras discapacidades de aprendizaje, ayudando a su desarrollo cognitivo y utilizando la tecnología para una educación inclusiva, junto a NeurekaLAB, Inrobics y Nixi for Children, que también están innovando con soluciones digitales para resolver algunos de los desafíos más urgentes en torno a los niños y jóvenes.
Para cerrar, es importante mencionar que Perú es el país con el mayor porcentaje de empresas sociales en fases iniciales, con 10,1%, lo que sin duda es una muestra más de que el emprendimiento social está ganando protagonismo como una vía de mucho potencial para abordar desafíos de nivel social en regiones como América Latina.
Por Sergio Ramos, editor en Social Geek, y contribuidor en Entrepreneur y Forbes en Español. Experto en temas de tecnología que disfruta aprendiendo sobre startups, emprendimiento e innovación.
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