El suelo es un recurso natural esencial para sostener la vida en el planeta. Es el origen de los alimentos, porque se calcula que 95% de los que mantienen en pie a la especie humana se producen directa o indirectamente en los suelos.
Esta es una razón más que de peso para velar por el buen estado de los suelos. Para obtener alimentos nutritivos es indispensable contar con suelos sanos. Si los suelos están desnutridos producirán alimentos carentes de vitaminas y minerales, que inevitablemente generarán deficiencias nutricionales en las personas.
En el marco del Día Mundial del Suelo, que se celebra cada 5 de diciembre, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), junto al Instituto Nacional de Desarrollo Rural, lanzaron en Venezuela su Programa Global Doctores Suelos, con el propósito de fomentar el cuidado y buena salud de los suelos.
Se trata de una iniciativa de formación de agricultor a agricultor, cuyo objetivo es desarrollar la capacidad de los agricultores en materia de manejo sostenible del suelo y al mismo tiempo, apoyar a los gobiernos nacionales y a las partes interesadas (ONG y sector privado, incluidos) a abordar las necesidades de sus comunidades rurales.
En la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollos Sostenibles, de las Naciones Unida, se incluye la necesidad de restaurar los suelos degradados y mejorar su salud. Existe un consenso generalizado en que debemos fomentar y aprovechar todo el potencial de los suelos para poder, no solo apoyar la producción de alimentos, sino también almacenar y suministrar más agua limpia, mantener la biodiversidad, y aumentar la resiliencia en un clima cambiante. Esta es una meta que requiere la implementación integral de la gestión sostenible del suelo.
Este año, la FAO definió el tema: El Suelo y el Agua, Fuente de Vida, para conmemorar el Día Mundial del Suelo, por la interrelación y dependencia que tiene un elemento del otro. El agua del suelo, vital para que las plantas absorban los nutrientes, une nuestros ecosistemas y consolida una relación simbiótica que es la base de nuestros sistemas agrícolas.
Y es más que pertinente asociar y/o unir al suelo y al agua. Aquí algunas razones:
- El suelo y el agua proporcionan la base para la producción de alimentos, los ecosistemas y el bienestar humano.
- Los sistemas agrícolas de regadío extraen 70% del agua dulce del mundo y representan 20% de las tierras de cultivo.
- Los suelos sanos, enriquecidos con materia orgánica, desempeñan un papel crucial en la regulación de la retención y disponibilidad de agua.
- Un mejor manejo del suelo y el agua mejora la capacidad de la tierra para resistir fenómenos climáticos extremos como sequías, inundaciones y tormentas de arena y polvo.
- Los suelos sanos actúan como sumideros de carbono, al secuestrar carbono de la atmósfera, contribuyendo así tanto a la adaptación al cambio climático como a los esfuerzos de mitigación.
Las prácticas sostenibles de gestión del suelo, como la labranza mínima, la rotación de cultivos, la adición de materia orgánica y los cultivos de cobertura, mejoran la salud del suelo, reducen la erosión y la contaminación y mejoran la infiltración y el almacenamiento del agua. Estas prácticas también preservan la biodiversidad del suelo, mejoran la fertilidad y contribuyen a la retención de carbono, desempeñando un papel crucial en la lucha contra el cambio climático.
Este año, en el Día Mundial del Suelo, es importante destacar la importancia y la relación entre el suelo y el agua para lograr sistemas agroalimentarios sostenibles y resilientes. Un suelo vivo y sano es un aliado crucial para la seguridad alimentaria y la nutrición.
Alexis Bonte es el representante de la FAO en Venezuela
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