Enemiga de las grandes tecnológicas para algunos y justiciera para otros, Margreth Vestager dice de sí misma que es simplemente una persona que «hace cumplir la ley».
Apodada como «la mujer de negocios más poderosa de Bruselas» fue primera ministra de Dinamarca y ocupa el cargo de comisaria europea de Competencia desde hace cuatro años.
Su función principal es la de regular la actividad comercial en toda la Unión Europea pero su labor alcanza también a los grandes de Silicon Valley que operan en territorio europeo.
A muchos les ha obligado a abonar miles de millones de dólares por pago de impuestos atrasados o en multas por abuso de posición dominante, prácticas ilícitas o por ayudas ilegales del Estado.
Apple, por ejemplo, está obligada a pagar 13 mil millones de dólares, Google 2,8 mil millones de dólares, Facebook 131 millones de dólares y Qualcomm 997 dólares.
Estos son algunos de los casos más llamativos de una larga lista que incluye también a Amazon e Intel y otras empresas fuera del sector tecnológico como Ikea, Fiat o Sturbucks.
Cook, director ejecutivo de Apple, viajó a Bruselas para reunirse con Vestager y poder llegar a un acuerdo sobre su controvertido pago de impuestos en Irlanda. Siete meses después, la comisaria dijo que los beneficios fiscales de los que se había beneficiado eran ilegales (Foto: Getty Images)
En Estados Unidos la critican desde Tim Cook, el director ejecutivo de Apple, hasta senadores republicanos, asesores de Trump y directores de otros negocios que dicen de ella que no tiene una actitud dialogante para los negocios.
Pero Vestager, de 50 años, lleva un tiempo insistiendo en que no solo la actividad comercial de las grandes tecnológicas es importante, también el monopolio que ejercen en cuanto a la información que poseen sobre nosotros.
Un nuevo frente: los datos
La comisaria viene lanzando advertencias sobre los efectos que las compañías de tecnología tienen en nuestros hábitos, nuestra vida cotidiana, nuestra privacidady hasta en la democracia.
«Debemos asegurarnos de que el uso que (las compañías tecnológicas) hacen de nuestros datos es responsable, de manera que se respete nuestro derecho fundamental a la privacidad», dijo durante una comparecencia en Bruselas.
La atención está puesta ahora mismo en la privacidad y en ver de qué manera puede regularse cómo las empresas comparten y se benefician de la información personal de los usuarios.
A Vestager le preocupa de qué manera las distintas plataformas, adquiridas a veces por una misma compañía, almacena y comparte nuestros datos (Foto: Getty Images)
«Estamos haciendo un esfuerzo para comprender las diferentes leyes de datos: cómo funcionan como activo, cómo influyen en el mercado», dijo en una conferencia de prensa en la que también reconoció el potencial de las nuevas formas de trabajar con datos pero solo si la gente confía en que se almacenan de forma «segura».
A finales de este mes de mayo, el día 25, la Unión Europea lanza su nuevo Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) que ha obligado a muchas empresas como Facebook a modificar su política de privacidad. Para la comisaria es el mejor momento de obtener y demandar garantías sobre nuestra privacidad.
A Vestager le queda solo un año en el cargo. Su intención es repetir pero no cuenta con el apoyo del gobierno de su país, de un partido distinto al suyo, para proponerla ante la Comisión.
El futuro, sin embargo, podría depararle mayores retos a ella y al resto de empresas que operan en territorio europeo. Está entre las candidatas con posibilidades de ocupar la presidencia de la Comisión Europea, el cargo con más poder de la Unión, una vez Jean-Claude Juncker acabe su mandato el próximo año.
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