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Orígenes de la palabra caimanera

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Por JAVIER GONZÁLEZ

El vocablo «Caimanera» forma parte del léxico coloquial del venezolano. Su origen no guarda ninguna relación con el poblado pesquero del mismo nombre que está en las adyacencias de Guantánamo, Cuba. Tampoco tiene nada que ver con el término que se utiliza en Chile para mencionar a una persona lerda.

En Venezuela la palabra «Caimanera» se relaciona con un juego de beisbol improvisado, en muchas ocasiones sin árbitros, en el que se escoge de forma espontánea a los jugadores para “parar una partida que, por lo general, se lleva a cabo en las calles, en los patios de los colegios o en algún terreno o campo deportivo. La mayoría de las veces, en las caimaneras se juega sin el número de peloteros reglamentarios (9) y con reglas adaptadas al terreno donde se vaya a realizar el encuentro.

El término se ha extendido a todas las disciplinas deportivas e incluso a áreas que nada tienen que ver con el deporte. Hoy día, para los venezolanos caimanera también es sinónimo de desorden.

Inicios de las caimaneras

En las primeras dos décadas del siglo XX, los cronistas deportivos de los diarios caraqueños denominaban “caimán” a los juegos de beisbol con muchas carreras y errores. Así como también a los peloteros que jugaban muy mal. En general, el término caimán era utilizado entonces para referirse a la mala calidad de una cosa. Su significado tiene mucha relación o similitud con la palabra “chimbo” que corrientemente se utiliza hoy día.

En la década de 1920, había entre los jóvenes caraqueños una gran pasión por el beisbol. Por lo general, se jugaban partidas de pelota en Catia, Sarría, San José, El Paraíso, El Valle, Prado de María y El Cementerio. También había un notable furor por crear equipos de beisbol. En esos años se fundaron centenares de clubes, la mayoría de vida efímera.

Para entonces, Domingo Betancourt, uno de los muchachos más entusiastas del juego de los bates, guantes y pelotas, tenía gran fama dentro del mundo beisbolístico de Catia. No precisamente por sus habilidades para jugar este difícil deporte, por lo que sus compañeros lo llamaban “Caimán”, en franca alusión a lo desastroso que era fildeando y bateando, es decir, jugando a la pelota. No obstante, su gran pasión por el beisbol lo llevó a fundar un equipo que, según el periodista Simón B. Rodríguez (Mr Fly), saltó a la palestra el primero de enero de 1925, bajo el nombre “La Caimanera”. Entre los organizadores de este club se encontraban, además, Jesús “Pollo Jabado” Peña y Manuel “Chivo” Capote, un joven guaireño que pocos años después se convirtió en el mánager de nuestra primera selección nacional que participó en un Mundial de Beisbol Amateur (1940). También fue el primer estratega campeón del Cervecería Caracas (1942). Igualmente, dirigió al Magallanes.

El club “La Caimanera” promovería durante muchos años unas partidas de pelota en los terrenos de El Yunque, en Catia, donde, además, por iniciativa del propio Betancourt, se hizo tradicional realizar un encuentro de beisbol, todos los 1° de enero, para darle la bienvenida al año nuevo. Este juego era animado por un conjunto musical y, al concluir el cotejo, peloteros y aficionados disfrutaban de un sancocho preparado por el propio “Caimán” Betancourt, quien para el oficio de cocinero sí contaba con una extraordinaria habilidad.

Con el tiempo, esas partidas fueron adquiriendo gran popularidad por la presencia de notables peloteros, entre los que destacaron Marianito Bordón, conocido como el “Ángel de los Bosques” por su gran pericia como fildeador en el jardín central, Manuel “Pollo” Malpica, brillante receptor y mánager, Balbino Inojosa, veloz lanzador que le dio mucha fama al Magallanes de finales de los años 20, y los cubanos Lázaro Quesada, Pelayo Chacón y Manuel “Cocaína” García, quienes contribuyeron notablemente a elevar el nivel de nuestro beisbol, entre muchos otros. Entonces la prensa se hacía eco anunciando el “Juego de Caimán” en el campo del Yunque en Los Flores de Catia.

El primero de enero de 1938, para celebrar los diez años de la primera “Caimanera”, “Caimán” Betancourt invitó a participar en el ya célebre juego de año nuevo a los famosos peloteros Alejandro “Patón” Carrasquel y Vidal López. Ese día, El Yunque estuvo abarrotado de aficionados como nunca.

Ya en la década de 1940, el término “Caimanera” era de uso común en el mundo del beisbol venezolano.

En esa época, el equipo La Caimanera jugó un papel de primer orden en los entrenamientos de la selección nacional que nos representaría en la IV Serie Mundial de Beisbol Amateur que se disputaría en La Habana, Cuba, entre septiembre y octubre de 1941. Entonces se reforzó con jugadores de la talla de Vidal López, Alejandro Carrasquel y Luis Aparicio padre, entre otros, y realizó varios encuentros de fogueo contra la novena criolla que, finalmente, se tituló campeona de este importantísimo evento internacional.

Desde esos años han sido numerosas las “Caimaneras” que se han jugado en Caracas y muchas otras partes del país. La “Caimanera” activa más antigua de la capital, y quizás del país, es la de los Profesores, que se juega todos los miércoles desde 1960 en el Estadio Universitario. En tanto que en la capital carabobeña se realiza, desde 1980, en el mes de diciembre, “La Caimanera de Ruyío”, que tuvo una gran popularidad.

Más recientemente, Ramón Corro instituyó durante muchos años en Caracas, en ese mismo mes de diciembre, una “Caimanera” a la que asistían muchos exjugadores profesionales, periodistas deportivos y distinguidas personalidades de la política, la televisión, industria, etc.

Entre los grandes jugadores de “caimaneras” se recuerda a Vidal López, “Chucho” Ramos, “Patón” Carrasquel, Nicolás Berbesía, Luis Meza, César Tovar, Teodoro Obregón, Vitico Davalillo, Freddy Rivero, Víctor Colina, Ulises Urrieta, Robert Marcano, Oswaldo Blanco, “Chiquitín” Ettedgui, Joe Bikini, Francisco Gorrín, Jesús “Chuchú” Padrón y muchísimos otros amantes de la pelota.

En Caracas, además de Catia y el Universitario, fueron célebres las “Caimaneras” del estadio San Agustín, La Rinconada, La Araña, el “Chato” Candela, MOP Zona10, San Pablo en San Martín, La Guairita y La Planta, entre otras.

Hoy día la palabra “Caimanera” tiene una connotación mucho más allá de un encuentro de beisbol o de alguna otra disciplina deportiva. Aunque para el venezolano el vocablo Caimanera continúa siendo sinónimo de una partida de pelota, su utilización ha trascendido el terreno de juego para convertirse también en una expresión popular que simboliza desorden o improvisación.

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