De las obras de Shakespeare, Hamlet ocupa un lugar especial en mis recuerdos literarios. La obra es una tragedia de venganza. El personaje principal es otra cosa. Es un hombre complejo, melancólico y contradictorio. Un fascinante y genial héroe cuya elocuencia desborda en un ingenioso talento. Intelectual bromista de exquisito humor, incuestionable figura en cuanto a su teatralidad.
De los personajes de Shakespeare, mi favorito es Yago. Manipulador impenitente, mentiroso consecuente, falso y envidioso ser. Yago, la antítesis de su amigo Otelo, ese firme y erguido hombre con formación prusiana, inocente y romántico enamorado. Yago tiene cualidades inversas, hábil desinformador, propagandista nato, cizañoso y habilidoso provocador en promover pruebas falsas. Arrogante y orgulloso. Figura clásica de quien no le importa la verdad, solo le importa su historia y su mentira. Quizás luce demasiado exquisita mi presentación. En mi mente siempre revive una frase universal atribuida a muchos. “…Quien no recuerda el pasado está condenado a repetirlo…”.
Imaginen esta obra teatral. Yago representado por Fidel, y Otelo como Hugo Chávez. Imaginen que Desdémona fuese nuestra patria Venezuela y que Casio representase a los gobiernos civiles.*Los dramas y la tragedia de Shakespeare cobraron vida en el presente. Cuánta ignorancia en nuestra tierra, en nuestros intelectuales, en nuestros políticos y catedráticos como para no imaginarse tan elocuente símil.*
La educación es indispensable para el futuro de un país, para construir una nación para todos, para tener ese sentido de pertenencia que solo Simón Bolívar lo tuvo -quizás por vanidad- no lo sé. Lo que sí sé, es que Jose Antonio Páez cultivó su nacionalismo a fuerza de luchar y ganar. *Recuerdo haber leído en alguna parte cuando cientos de soldados le preguntaron al lancero con respecto a la Gran Colombia. “.. Mi General, entonces nosotros peleamos por dejar de pagar impuestos a los españoles, para pagar a los colombianos…”* ¡Imaginen la cara arrechera del catire! Eso hace un líder. Defiende a su tierra y a su gente.
María Corina Machado es nuestra candidata unitaria. Algunos jefes de partido no la reconocen como líder de la oposición. En mi opinión: Sí lo es. Ella hasta el momento de ser electa indiscutible y mayoritariamente fue única y auténtica. Indoblegable, firme y constante en sus convicciones y actuaciones. Coherente en un discurso que conjugaba con su proceder. Debo agregar que hasta genial en su estrategia política de esperar para desplegar el apoyo mayoritario ciudadano hasta los últimos momentos. No podría quitarle ni un milímetro de méritos a quien obtuvo 92% de apoyo de la oposición participante. «Debo recordarles que todos tenemos una sola misión, salir del régimen».
«Ser candidata o líder. Ser estadista o presidente». Dilema de Shakespeare que refleja la importancia de una buena decisión ante un destino presente. MCM, al igual que Hamlet, enfrenta un épico dilema. ¿Cambiará la historia de su nación?
María Corina Machado fue electa en primaria como candidata a la Presidencia de Venezuela. Es la líder de la oposición aclamada por el voto popular por su coherencia y constancia. ¿Será candidata oficial? Ojalá. De no serlo, ¿se comportaría como una estadista? No lo sé, pero no espero menos de ella. ¿Buscará una alternativa para interpretar lo que todos los venezolanos queremos? Esa es mi gran interrogante.
“…Oscilar entre la aspiración a la unidad nacional y la obligación de ser jefe de una fracción enfrentada a otra. Sin dudar, solo lo hacen los hombres de Estado….” Charles de Gaulle.
Venezuela necesita un estadista. Primero la nación. Primero esta geografía. Pensar como candidata de la oposición no la hace líder. Pensar como líder de la oposición no la hace presidente. Pensar como presidente no la hace estadista. Pero pensar como estadista la haría una gran figura para la historia.
Recordar los dramas y las tragedias de Shakespeare al principio de este artículo, es la forma de expresarle a Maria Corina mi confianza. Todos confiamos en que ella y su equipo tomara la mejor decisión pensando solo en Venezuela, ya que al hacerlo nos devolvería este territorio entregado a los extranjeros por los felones que aún nos gobiernan. Nos devolvería nuestros valores morales, nuestra dignidad y el sentirnos los hermanos que siempre fuimos. Nos devolvería la familia, nuestros hijos, nuestro futuro y el orgullo de ser los hijos de la patria de Bolívar y Páez.
Maria Corina, el deseo de dejar esta pesadilla en el pasado es colectivo.
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