Por la falta de suministro de agua, energía eléctrica, insumos médicos y comida, los vecinos cerraron las calles en varias de las principales ciudades del país, mientras, según los manifestantes, el gobierno permanece indiferente ante la agudización de la crisis de todos los servicios. Los estados Miranda, Vargas, Cojedes y Mérida fueron los más agitados ayer.
En Miranda, vecinos de las urbanizaciones Santa Paula, Los Samanes y Santa Inés, del municipio Baruta, pidieron el restablecimiento de un transformador del servicio eléctrico que reventó el miércoles pasado. Personas de todas las edades exigieron la presencia de técnicos de Corpoelec para que solventaran lo más pronto posible la falla del aparato eléctrico. Indicaron que son más de 400 familias afectadas y llevan 5 días sin luz en sus residencias, y además como la bomba de agua funciona con electricidad, tampoco han tenido el servicio.
En Vargas, en la carretera principal de Carayaca, en el sector Esperanza 1, los habitantes también protestaron por la falta del suministro de agua que esperan desde hace ocho meses. Concentrados en la vía, exigieron a las autoridades de Hidrocapital que se respete su derecho al servicio.
En la ULA, estudiantes de Enfermería y Bioanálisis de la Facultad de Medicina, exigieron insumos y presupuesto para el ejercicio de sus cátedras, y recibieron clases magistrales en la plaza Bolívar de Mérida. En Cojedes, pacientes renales del Hospital San Carlos, tomaron las calles para protestar por la muerte de uno de sus compañeros por la falta del tratamiento renal.
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