Venezuela solamente ha celebrado dos veces el premio Novato del Año y no festeja el galardón desde 1985, cuando Oswaldo Guillén inició su estupenda carrera.
Únicamente Guillén y Luis Aparicio, quien fue galardonado en 1956, han recibido la distinción entre tantos reclutas criollos que han pasado por las Grandes Ligas. Es tanto el talento exportado, tanto el nivel de la expedición nacional, que no debería sorprender un nuevo galardón. Lo extraño es que no haya llegado ya, a pesar de los Miguel Cabrera, Bob Abreu, Francisco Rodríguez y Félix Hernández.
Freddy García quedó muy cerca. Fue segundo de Carlos Beltrán en 1999, en su estreno con los Marineros. También Elvis Andrus. El campocorto de los Rangers escoltó en la votación a Andrew Bailey en 2009.
He aquí que 2018 puede ser una temporada única. Luego de tan larga sequía, surge la posibilidad de que el reconocimiento regrese al país, con la feliz perspectiva de que no sólo hay un buen candidato, sino dos; uno en cada circuito.
El comienzo de Ronald Acuña Jr. ha sido explosivo. Aunque tiene 20 años de edad, ha dado los batazos más fuertes este año para los Bravos de Atlanta y comenzó la semana con una línea de .326/.367/.565 en 49 apariciones legales.
Gleyber Torres ha ido al plato en 56 ocasiones y tiene promedios de .327/.357/.500, con varios récords ya en los anales de los Yanquis. Por ejemplo, es el bateador más joven en la franquicia con un cuadrangular para dejar en el terreno a sus rivales y es el único pelotero en la historia de las Mayores que ha iniciado los primeros 15 encuentros de su carrera y ha celebrado 14 victorias en ese lapso.
¿Es posible una doble premiación para Venezuela?
Por supuesto que es factible. Depende de muchos factores, pero el más importante está allí, y es el potencial de ambos candidatos.
Se trata de prospectos legítimos, dos de los talentos emergentes más importantes de la MLB en esta zafra. Sus tablazos no son sorpresa. Lo más granado de las Menores se reúne cada año en la Arizona Fall League, en octubre, y los últimos jugadores más valiosos de ese circuito han sido, precisamente, Torres y Acuña, en 2016 y 2017.
La opción de ambos dependerá de su propia producción y de lo que hagan sus pares. Pero ahora mismo no parece haber rivales inexpugnables, a la espera de lo que suceda en los últimos cinco meses de acción.
Queda un largo trecho. Por ahora, los principales contrincantes son, en la Nacional, el mexicano Christian Villanueva (Padres, 9 jonrones, 20 empujadas y .943 de OPS) y el dominicano Franchy Cordero (también de San Diego, 6 cuadrangulares, 14 remolques y .870 de OPS), y en la Americana el quisqueyano Miguel Andújar (Yanquis, 3 vuelacercas, 13 impulsadas y .781 de OPS) y el fenómeno japonés Shohei Ohtani (Ángeles, 4 bambinazos y 1.108 de OPS, además de 3 victorias y 32 ponches en 26.1 innings como lanzador).
Esto no se decidirá en las próximas semanas. Es una carrera en la que queda casi todo el camino, prácticamente cinco sextas partes. Pero Torres y Acuña tienen algo a su favor. Esa madurez que les ha llevado a convertirse en tempraneros protagonistas no parece ser cosa de un día.
Falta mucho camino, pero hay razones para soñar con que este puede ser el año en que terminará la sequía de Venezuela en el Novato del Año.
@IgnacioSerrano
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