Corea del Norte afirmó este martes que logró poner en órbita un satélite militar de vigilancia, un desafío a resoluciones de la ONU que le prohíben utilizar tecnologías de misiles balísticos y que fue condenado firmemente por Estados Unidos y Japón.
El cohete, que despegó el martes por la noche, siguió la trayectoria prevista y «logró poner en órbita al satélite Malligyong-1», indicó la agencia oficial norcoreana KCNA.
Antes, el Ejército surcoreano anunció haber «detectado a las 13:43 GMT un supuesto satélite de vigilancia militar».
Japón dio cuenta del lanzamiento de un misil de Corea del Norte, que el primer ministro Fumio Kishida condenó con «la mayor firmeza posible».
«Incluso si llaman a eso un satélite, el lanzamiento de un objeto que utiliza la tecnología de los misiles balísticos es claramente una violación de las resoluciones de las Naciones Unidas», recalcó el primer ministro.
La portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, Adrienne Watson, afirmó en un comunicadoque Eell lanzamiento «eleva las tensiones y corre el riesgo de desestabilizar la situación de seguridad en la región y fuera de ella».
Ante el anuncio del lanzamiento, el gobierno japonés ordenó brevemente a los habitantes de la región de Okinawa, en el suroeste del archipiélago, ponerse a cubierto.
Corea del Norte informó con anterioridad a Japón de su intención de lanzar un satélite a partir del miércoles, según Tokio, en un tercer intento, tras dos fracasos en mayo y en agosto.
Récord de ensayos de misiles
Pyongyang designó en agosto tres áreas marítimas susceptibles de verse afectadas por el lanzamiento previsto en aquel momento: dos en el mar Amarillo, al oeste de la península coreana, y una tercera en las aguas situadas al este de Filipinas.
«Las zonas de peligro mencionadas por Corea del Norte esta vez corresponden a las anunciadas durante su proyecto de lanzamiento de satélite en agosto», comentó un responsable surcoreano citado por la agencia de prensa Yonhap.
Seúl llevaba semanas advirtiendo que Pyongyang estaba en las «últimas etapas» de la preparación de un nuevo lanzamiento de satélite espía.
El reciente acercamiento entre Corea del Norte y Rusia preocupa a Estados Unidos y sus aliados surcoreano y japonés.
Según Seúl, Pyongyang suministra armas a Rusia a cambio de tecnologías espaciales rusas.
A comienzos de noviembre, el secretario de Estado norteamericano Antony Blinken denunció los vínculos militares «crecientes y peligrosos» entre Corea del Norte y Rusia.
Corea del Norte procedió este año a un número récord de ensayos de misiles, pese a las sanciones internacionales y a las advertencias de Estados Unidos, Corea del Sur y de sus aliados.
El país calificó de «irreversible» su estatus de potencia nuclear.
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