Como ya habíamos anticipado, el referéndum sobre el Esequibo, convocado por el gobierno para el próximo 3 de diciembre, se ha convertido en una maniobra propagandística con objetivos electoreros, con el que pareciera que están proyectando otros candidatos en sustitución de nicolás maduro, quien resulta absolutamente insostenible en el poder, no le sirve ni a los americanos, ni a los chinos.
Emerge así, la disputa interna en el madurismo, que de manera soterrada ha venido desarrollándose y fracturando a la cúpula del gobierno, donde maduro tuvo que remover y esconder a su principal operador político-económico, Tareck el Aissami, luego del escándalo sin precedentes, del robo de 25.000 millones de dólares en cargamentos petroleros de Pdvsa. Su caída ha provocado el reacomodo de los factores internos del madurismo, enfrascados en una lucha por su propia supervivencia, ante la evidencia de que cualquier otra opción que tenga oportunidad de competir electoralmente los barrerá del mapa político y comenzará la carrera por proteger sus cabezas, cuando tengan que rendir cuentas de sus crímenes.
Con el tema del Esequibo, el gobierno hace gala –nuevamente– de su increíble irresponsabilidad y capacidad de banalizar los temas más importantes del país, para ponerlos al servicio de sus intereses grupales.
Mientras esto sucede, y el gobierno se desparrama en un patrioterismo estéril, Guyana avanza de manera precisa y efectiva en una estrategia geopolítica exitosa, que se ha aprovechado de la debilidad e inconsistencia del gobierno venezolano que, desde 2013, permitió la ocupación del Territorio Esequibo, por parte de las transnacionales petroleras norteamericanas y chinas.
En nuestro artículo del pasado 24 de septiembre, “No hace falta un referéndum para defender la patria”, planteamos –y explicábamos– por qué el referéndum es absolutamente inútil, en sus efectos concretos en la disputa con Guyana. No se puede consultar al país si reconocemos a Simón Bolívar como Libertador, al río Orinoco, al Salto Ángel o al pico Bolívar como nuestros; o que nos pregunten si debemos o no defenderlos. Obviamente que debemos defender el Esequibo y es responsabilidad del gobierno hacerlo, este siempre ha sido su deber y el de la Fuerza Armada Bolivariana, tal como lo establece la Constitución.
El gobierno con este referéndum pretende transferir al pueblo la responsabilidad de sus propias decisiones y omisiones, de su estrategia fallida, de callar y dejar hacer para buscar un acuerdo secreto con los norteamericanos y la Exxon-Mobil.
En mis artículos “La incapacidad del madurismo en conducir la defensa del Esequibo”,“A la Fuerza Armada Nacional: el Esequibo” del 13 de abril de 2023 y 17 de enero de 2021, respectivamente, denuncié y expliqué, que en 2013, todavía como ministro de Petróleo, le informé a nicolás maduro y al gobierno que Guyana había entregado los bloques de exploración petrolera “Stabroek” y “Roraima” a la Exxon Mobil, la Amerada Hess y la CNOCC de China, que ocupaban el Territorio Esequibo y cerraban el acceso a nuestra fachada Atlántica. nicolás maduro no hizo nada, no les importó.
Incluso, cuando el patrullero Yekuana de la Armada Venezolana, capturó en aguas del Esequibo el buque Teknik Perdana, que hacía exploración sísmica para las transnacionales, les informé que debían retener la data sísmica, fundamental para las actividades de perforación petrolera, pero no lo hicieron, ante la presión de Guyana, devolvieron el buque junto a la información sísmica y las transnacionales comenzaron a perforar.
En 2015, la Exxon Mobil anunció un hallazgo enorme de petróleo en el bloque “Stabroek” y que iniciaría su producción. En este punto, todavía el gobierno podía actuar, hacer una presencia efectiva, disuasiva, moverse políticamente en la ONU, pedir medidas cautelares, pero no hizo nada.
Cuando pregunté al entonces ministro de Petróleo, Nelson Martínez, quien luego moriría en una prisión del madurismo, por qué el gobierno no hacía nada, éste me respondió que maduro y su canciller Delcy Rodríguez buscaban un acuerdo secreto con la Administración de Donald Trump y la Exxon Mobil, es decir, entregar la soberanía a cambio de apoyo político (ver video). La entonces canciller pidió una reunión secreta con la Exxon Mobil para plantear este asunto, la transnacional le dio un portazo en las narices, los dejaron esperando.
Ahora, una vez que las transnacionales petroleras consiguieron 10.000 millones de barriles de petróleo e iniciaron la producción de petróleo (hoy día, Guyana produce 380.000 barriles día y proyectan producir 1,2 millones de barriles día de petróleo en 2027), llevaron al poder a David Granger, quien encabezó una agresiva campaña política, en la ONU y en el Caribe, a favor de los supuestos derechos de Guyana sobre el Esequibo.
Estando todavía en la ONU como embajador, le alerté e informé a maduro de lo que hacía Granger en el seno de la Asamblea General, maduro NO hizo nada. Por el contrario, la canciller de entonces informó en la ONU que el asunto del Esequibo se manejaría estrictamente desde Caracas, renunciando a este espacio.
Luego, el secretario general de la ONU, António Guterres, tuvo que dar por concluido el mecanismo del buen oficiante, establecido en el Acuerdo de Ginebra y recomendó acudir a la Corte Internacional de Justicia, para que este organismo decidiera sobre este asunto.
En 2018, Guyana introdujo una solicitud ante la CIJ para que se pronunciara sobre el asunto, ya estaban preparados para este escenario y conformaron un robusto equipo jurídico.
El gobierno de maduro, como ha carecido de una estrategia coherente en el tema del Esequibo, ha perdido toda iniciativa político-jurídica.
Cuando Guyana acude a la CIJ, Venezuela se opone y se ausenta de la primera audiencia sobre el asunto de la jurisdicción, es decir, donde se decidiría si la CIJ era competente o no para conocer y decidir sobre el fondo del asunto. Sólo Guyana presentó sus alegatos.
Luego, la antes canciller y ahora vicepresidente, Delcy Rodríguez, actuando a destiempo, encabeza una delegación de sus amigos “expertos” e introduce ante el CIJ un escrito donde otros “expertos” de su entorno presentan alegatos que fueron rebatidos de manera abrumadora por la Corte, que decide entonces que se pronunciará sobre el fondo del asunto.
La CIJ ha fijado como fecha para recibir los alegatos de las partes el próximo 8 de abril de 2024, donde ambos países deben presentar sus alegatos sobre el fondo de la disputa, para luego dar un dictamen.
El pasado 10 de noviembre, en un comunicado público el secretario general expresó su confianza de que ambas naciones actúen “de buena fe” y no realicen acciones que agraven la controversia, además dejó claro que el secretario general de la ONU no se pronuncia sobre asuntos que son objeto de juicios legales en curso.
Es decir, nuestro país está con el agua al cuello en este asunto del Esequibo. Y aquí es cuando el gobierno convoca a un referéndum.
El gobierno se ha concentrado a lo interno, ha desplegado la propaganda patriotera, el Alto Mando Militar, aparece trotando, pintando tanques y asegura a los 4 vientos, que están listos para defender el Esequibo, se supone que, con las armas. Mientras, los hermanos Rodríguez están en campaña electoral y maduro está cada vez más solo, y será el único responsable ante la historia, de la pérdida de nuestro territorio.
Lo que se decida o no en el referéndum es irrelevante en términos del proceso que está en marcha. Al contrario, Guyana lo ha utilizado muy hábilmente para victimizarse y seguir concitando apoyos en la región y neutralizando a Venezuela.
Mientras tanto, Guyana anuncia un acuerdo de patrullaje militar conjunto con los Estados Unidos, en aguas del Esequibo; la Chevron (socia predilecta del gobierno de maduro), adquirió por 53.000 millones de dólares, la participación de Amerada Hess, en el Bloque “Stabroek” y ahora, junto a la Exxon Mobil y la CNOOC de China, estarán produciendo petróleo en el Esequibo.
En todos los reportes internacionales del sector petrolero, incluyendo, los de la OPEP, Guyana es mencionada como la potencia petrolera ascendente del subcontinente, para 2027, producirá 1,2 millones de barriles día de petróleo, casi el doble de lo que hoy produce Venezuela con maduro en Miraflores.
Venezuela aquí también está aislada; ahora, no puede echarle la culpa a las “sanciones imperialistas”, lo está por su propia incapacidad, porque abandonó Petrocaribe, porque hemos perdido el apoyo del Caricom, porque nadie se pronuncia a favor de Venezuela, ni siquiera Cuba o los presidentes amigos del país en la región.
Nadie sabe quién está trabajando el tema jurídico, si se está o no preparando una fuerte defensa ante la CIJ. maduro ha dicho, incluso, antes del Referéndum, que no acudirá ante esta instancia. Entonces, perderemos por “forfeit”, es decir, por no presentarse en el terreno.
Cuando nosotros nacionalizamos los proyectos de la Faja Petrolífera del Orinoco, de las 33 empresas internacionales, solo 2 negaron ajustarse a nuestro marco legal: Exxon Mobil y Conocophillips, dos de las empresas norteamericanas más poderosas del mundo. Como en los contratos de la “apertura petrolera”, la IV República, renunció a la soberanía jurisdiccional, aceptando el arbitraje internacional de inversiones, las transnacionales nos llevaron ante tribunales internacionales de arbitraje, la ICC de París y el Ciadi en Washington.
Por supuesto que nosotros no estábamos de acuerdo con estas instancias, de hecho en ninguna de las Empresas Mixtas suscritas por nosotros se aceptó el arbitraje internacional; pero, no íbamos a permitir, que las transnacionales actuaran en ellas a sus anchas y nos condenaran a cualquier barbaridad (la Exxon pedía 30.000 millones de dólares y la Conoco Phillips, 16.000 millones de dólares), así es que debíamos acudir ante las mismas y defender los intereses del país.
Pero, para ello, nos preparamos, no solo en la manera en la que procedimos desde el Ministerio de Petróleo, estrictamente ajustada a la ley y a los contratos, sino que establecimos un poderoso equipo técnico jurídico, que condujo brillantemente nuestra defensa ante estos tribunales internacionales. Allí, ganamos. Era el gobierno de Chávez.
Habría que preguntarse, ¿qué harán el gobierno, el Alto Mando Militar, e incluso, el PSUV, luego del referéndum? ¿Conducirán al país a una guerra? ¿Seguirán haciendo lo que maduro diga? ¿Seguirán entregando la soberanía nacional, entregando el petróleo en los acuerdos secretos de la cúpula del madurismo?
El país no da para más. No podemos seguir esperando pasivamente y observando cómo todo el país se pierde o se entrega. El madurismo se desmorona y seguirá arrastrando a nuestro pueblo al abismo. No saben qué hacer, con la “papa caliente” de Guyana, ni con el petróleo, ni con nuestra soberanía. El problema de Venezuela está en Miraflores.
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