Daniel Ortega se ha superado a sí mismo. Aunque parezca imposible, así es. El dictador de 78 años lleva 27 años en el poder y ahora suma a su lista de delitos la migración ilegal y la trata de personas.
Ortega es un traficante de personas. Según Naciones Unidas la trata de personas incluye el reclutamiento, transporte, transferencia, albergue o recepción de personas, mediante uso de la fuerza, fraude, engaño o abuso de poder. Recibir pagos o beneficios de personas vulnerables con fines de explotación.
Un negocio jugoso. Un reporte del diario Confidencial destaca que el tirano de Nicaragua se habría embolsado 66 millones de dólares en tan solo 10 meses, multando y extorsionando a migrantes de Haití, Cuba, Venezuela y países de África.
Nadie se escapa del traficante comunista. Este año han ingresado 150.000 migrantes por tierra y otros 300.000 por el aeropuerto de Managua. Todos pagan. No hay excepciones. La cuota es de al menos 150 dólares por persona.
La avaricia del tirano. En octubre pasado se registraron hasta 36 vuelos chárter procedentes de Haití, en tan solo 3 días. Ortega les vende el sueño, una vía cercana y segura a Estados Unidos evitando la mortal selva del Darién.
El subsecretario de Estado, Brian Nichols, dijo que “nadie debería beneficiarse de la desesperación de los migrantes vulnerables, ni los contrabandistas, ni empresas privadas, ni funcionarios públicos, ni gobiernos. Estamos explorando toda la gama de posibles consecuencias para quienes facilitan esta forma de migración irregular”.
Ortega y su artimaña criminal. La dictadura de Nicaragua no sella los pasaportes, no entrega recibos y solo acepta dinero en efectivo de parte de los migrantes irregulares. La mafia le queda chiquita a la dictadura sandinista.
Más migrantes, más remesas. Los regímenes autoritarios han demostrado que la migración es un negocio de presente y futuro. Nicaragua en tan solo 5 años ha triplicado sus remesas y este año proyecta alcanzar 5.000 millones de dólares.
Un tirano muy pequeño para una operación tan grande. La propaganda en redes sociales en África y Haití para viajar a Estados Unidos vía Nicaragua es masiva. Lo que hace sospechar que Ortega no actúa solo.
En un año preelectoral como el que vive Estados Unidos, la hemorragia migratoria es un tema que enciende grandes pasiones y contiendas. Rusia y Nicaragua podrían querer usar la migración para interferir en estas elecciones.
Cuba, Nicaragua y Venezuela. Las dictaduras bananeras también hacen lo propio. Todos los días salen vuelos repletos de migrantes de La Habana a Managua. Cuba pone los migrantes, Venezuela la línea aérea (Conviasa) y Nicaragua el trampolín a Estados Unidos.
Resumiendo. La migración intencionada y organizada que fluye por Nicaragua no tiene precedentes. Se pone en riesgo la vida de miles de personas, los tiranos se enriquecen de forma ilícita y se utiliza como arma política contra Estados Unidos.
Ortega debería ser circulado internacionalmente como parte de una red internacional de traficantes de personas. Cumple todos los requisitos y le sobran todas las credenciales. Veremos.
*El autor es periodista exiliado, fue embajador de Nicaragua ante la OEA y exmiembro del Cuerpo de Paz de Noruega (FK).
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