El gobierno argentino insistió este viernes, mientras negocia líneas de crédito con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos multilaterales, que estas ayudas servirán para evitar «una crisis mayor» y que la economía del país y el empleo sigan creciendo mientras baja la pobreza.
En declaraciones a radio Mitre, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, reiteró la «tremenda convicción» de que la política económica del Ejecutivo, basada en las reformas graduales y en el acceso al crédito a través del FMI «es el único camino posible».
«Tenemos que prevenir antes de curar, usar todos los instrumentos que estén a nuestro alcance para que este sendero de crecimiento que se inició hace siete trimestres y la baja de desempleo y pobreza no se corte por un shock externo que afecta más a la Argentina que al resto de los países de la región», consideró Frigerio.
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en una reunión en Washington con la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, pidió este jueves formalmente un Acuerdo de Derecho de Giro, también conocido como «Stand-By” (SBA), para afrontar la crisis por la abrupta depreciación del peso ante el dólar de la última semana.
Aunque oficialmente no se ha desvelado el monto del préstamo, los analistas lo han cifrado en torno a 30.000 millones de dólares.
Según trascendió, el ministro ya retornó a Argentina y se encuentra reunido con el presidente, Mauricio Macri, para trasladarle los detalles del comienzo de la negociación.
«Está una parte importante del equipo económico negociando las condiciones del préstamo, que es un préstamo preventivo, para evitar una crisis mayor», remarcó Frigerio, convencido de que «tomar una línea de crédito» es una opción para todos los miembros socios del FMI, organismo del que Argentina «nunca dejó de ser socia».
El acercamiento del país suramericano al organismo generó una gran controversia por la tortuosa relación que ambas partes han tenido durante décadas, especialmente tras la grave crisis financiera del 2001.
El ministro de Interior reconoció que el país es «más vulnerable» que los estados vecinos porque es el que tiene el «déficit fiscal más grande».
«Y tenemos la obligación de ser muy persistentes y muy serios en este camino que iniciamos hace dos años hacia el equilibrio de las cuentas públicas», agregó.
Desde que anunció las negociaciones con el FMI, el ejecutivo está tratando de calmar las aguas, llamar a la tranquilidad y buscando apoyos en el espectro político.
Es por eso que ayer Macri se reunió con cinco gobernadores provinciales opositores, que como los funcionarios del resto de provincias ejercen una fuerte influencia política.
«La reunión con los gobernadores que empezamos ayer va en esa línea, demostrar que no solamente el presidente Mauricio Macri es el que entiende que la Argentina tiene que dejar de vivir de fiado como lo hicimos durante los últimos 70 años», subrayó Frigerio.
En este sentido, matizó que «hay una dirigencia política que entendió que esto hay que dejarlo de lado de una vez por todas e ir hacia el equilibrio fiscal».
«Nos llevamos la idea de que hay conciencia entre todos de que estamos todos en el mismo barco, de que a la Argentina le tiene que ir bien, que al presidente le tiene que ir bien para que a todos los argentinos nos vaya bien», concluyó.
El peso argentino cayó en lo que va de este viernes, 5,19 % frente al dólar tras más de una semana de gran volatilidad cambiaria, que ha generado una enorme incertidumbre económica.
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