Israel se enfrenta a una creciente «presión internacional» por el costo humano de su guerra contra el movimiento islamista Hamás en la Franja de Gaza, pero trabaja para ampliar su «ventana de legitimidad», declaró el lunes canciller israelí, Eli Cohen.
«Nos quedan dos o tres semanas hasta que la presión internacional aumente realmente, pero el Ministerio de Relaciones Exteriores está trabajando para ampliar la ventana de legitimidad, y la lucha continuará el tiempo que sea necesario», indicó el ministro, citado por su portavoz.
Más de cinco semanas después del inicio de la guerra, desencadenada por el ataque sin precedentes de Hamás en suelo israelí el 7 de octubre, las organizaciones humanitarias internacionales redoblan sus llamamientos para un alto el fuego en la Franja de Gaza, golpeada por Israel y donde escasean el agua potable y los medicamentos.
El Comisario Europeo de Ayuda Humanitaria, Janez Lenarcic, pidió el lunes a Israel que implemente pausas humanitarias «reales» en la guerra contra Hamás.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, insistió en la necesidad de que esas pausas humanitarias sean «inmediatas» para garantizar la entrega de ayuda esencial, en particular combustible para los hospitales.
Los aproximadamente 2,4 millones de habitantes de la Franja, de los cuales 1,6 millones han sido desplazados desde el inicio de la guerra, se encuentran sumidos en una situación catastrófica, según la ONU.
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