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Pionero del cinetismo cromático

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Por ERNESTO MUÑOZ

El arte cinético es una de las expresiones reflexibles de la abstracción geométrica, donde la inteligencia y sensibilidad del artista permiten transmitir en su obra una realidad emocional y visual única e irrepetible, usando técnicas basadas en el manejo del color, de la luz, de la policromía y los efectos visuales en condiciones inimaginables. Es de aquí de donde surge el artista Carlos Cruz-Diez. Nacido en Caracas se convirtió en ícono del arte cinético cromático, fundamentalmente por la valoración del color como elemento plástico principal, dejando una huella imborrable en la historia del arte latinoamericano e internacional. Desde temprana edad mostró interés innato por el arte con inteligencia y gran sentido sensible y creativo. Este interés lo lleva a inscribirse en la Escuela de Artes, Plásticas y aplicadas de Caracas y allí comienza a trabajar con la pintura siguiendo el  estilo característico de la época, el realismo social, caracterizado por representar de manera fiel y realista los elementos del entorno que lo rodeaba. En esa etapa su obra estaba conectada con la observación de la realidad y su capacidad para reinterpretarla a través de su propia perspectiva artística. Pero, simultáneamente, experimenta con diferentes medios y técnicas inventadas por él prácticamente influido por su trabajo gráfico, con la ilustración en periódicos y revistas, el diseño gráfico y el “descubrimiento” de la máquina fotográfica polaroid. El interés por el comportamiento del color y la luz, siempre bajo el sello de la experimentación, lo conduce a la obra que le hará conocer en la escena de las artes plásticas de Venezuela y fuera de sus fronteras.

Por supuesto que Carlos Cruz-Diez con su obra primordial encaja en la abstracción geométrica como forma artística y científica como lo que es: una manifestación única de la mente humana. Oscar Niemeyer, el legendario arquitecto brasileño, describió esta forma de arte como “dura, inflexible”, creada por el hombre, lo que invita a explorar su profundo significado y su papel en la historia de la humanidad. La mirada del ser humano hacia lo geometría ha sido motor fundamental de su evolución y desarrollo utilizando siempre  formas geométricas simples, en especial la línea recta para comprender y dominar el mundo. Esta apreciación de la geometría ha sido la base de numerosos logros, desde la creación de las matemáticas hasta la inteligencia artificial, y como expresión artística es una herramienta de comunicación desde la comprensión de la naturaleza hasta la representación simbólica de la libertad, que corresponde a nuestras culturas y a nuestra forma de entender el mundo junto a la celebración de la mente humana y su capacidad para transformarlo. La geometría proporciona una forma de comunicación universal a través de símbolos como el cuadrado, el triángulo y la circunferencia.

El arte cinético de Cruz-Diez es una expresión compleja de la abstracción geométrica. Siguiendo la lógica artística, la abstracción geométrica y el cinetismo corresponden a un enfoque artístico que se basa en la simplificación y la reducción de las “formas” a elementos esenciales. Esta manera de arte ofrece una ventana a un mundo donde la libertad creativa puede volver lo material en inmaterial y también a lo incomprensible en comprensible a través de imágenes universales e inmanentes que no se ven pero se perciben y emocionan. Así, a Carlos Cruz-Diez su inteligencia y sensibilidad le permitieron transmitir sensaciones armoniosas trabajando con sus propias técnicas adecuadas para el manejo de la luz y el color capaces de generar efectos visuales deslumbrantes e involucrar al espectador a través del movimiento y la percepción, con estas reflexiones y búsquedas desarrolló las “cromointerferencias, que permiten que luz y color interactúen ante los ojos del espectador cuando este se moviliza frente a ellas.

La obra de Cruz-Diez va más allá de la mera estética, se sumerge en el ámbito  científico del color. Para sus famosas Fisicromías, ha estudiado la cualidad física del color y como este se percibe en diferentes condiciones de tiempo, luz y movimiento. Cruzando las fronteras entre arte y ciencias físicas, a partir de estas investigaciones realiza experimentos y grandes obras que desafían las nociones tradicionales de la aplicación del color y su repercusión en la percepción del espectador Cruz-Diez transitó desde la figuración hasta la creación pura, liberándola de ataduras ideológicas para explorar la plenitud de la creación. Su trabajo impregnado de reflexión, pensamiento, conocimiento y creación hoy son legados valiosos que trascienden las barreras de la representación y enriquecen nuestra comprensión del arte y la visualidad artística de la sociedad contemporánea.

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