Hace cerca de un año, María Teresa se contagió con el virus que causa el covid-19. En ese momento ya se había vacunado con la dos dosis de la vacuna, aunque decidió no ponerse los refuerzos que su médico le recomendó. Hoy, a los 54 años de edad recién cumplidos, lamenta no haberle hecho caso.
“Ese virus me dio bien duro, la pasé muy mal, me hospitalizaron y hasta estuve entubada dos días. Luego fui mejorando poco a poco. Pero un par de semanas después comencé a sentirme mal, con mucho cansancio, una tos que no se me quitaba, además de que me faltaba el aire”, comenta la mujer, quien prefirió no ser identificada con su apellido.
María Teresa, quien es hipertensa y padece de diabetes, dice que ha estado de “la ceca a la meca”, de un médico a otro, tratando de conseguir un diagnóstico más certero sobre lo que le aqueja. Pero hace unas semanas un médico le explicó que podía tener secuelas del covid-19 y que sus síntomas eran cónsonos con lo que se conoce como “covid prolongado o persistente”, un diagnóstico que la tiene muy preocupada.
Según publican los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), algunas personas, especialmente las que se enfermaron gravemente a causa del covid-19, sufren efectos multiorgánicos o afecciones autoinmunitarias con síntomas que duran semanas o meses después de la infección.
“Los efectos multiorgánicos pueden afectar varios órganos, incluido el corazón, los pulmones, los riñones, la piel y el cerebro. Como resultado de estos efectos, las personas que tuvieron covid-19 pueden ser más propensas a tener nuevas afecciones, tales como diabetes, afecciones cardíacas, problemas de coagulación o afecciones neurológicas que las personas que no tuvieron la enfermedad”, señala la agencia federal.
“Es un virus nuevo para nosotros, muta mucho y todos los días hay algo nuevo. Ahora mismo hay una nueva cepa, Eris, y el virus sigue cambiando y afectando a las personas. Tenemos gente hospitalizada y todos los días hospitalizamos a una o dos pacientes, ya sea porque son mayores de 75 años con muchas comorbilidades (presencia de una o más enfermedad o condición) y eso hace que el virus las afecte más”, explica la doctora Mirelis Fabián Argueta, infectóloga del Hospital Federico Trilla, de la Universidad de Puerto Rico, en Carolina.
Las personas que viven con covid-19 prolongado, tras haber sido hospitalizadas, tienen más probabilidades de presentar algún daño en sus órganos principales, señala un nuevo estudio en Reino Unido, publicado en la revista médica Lancet Respiratory Medicine. Según la información, publicada por BBC Mundo, las resonancias magnéticas que se les hicieron a esos pacientes revelaron que tenían tres veces más probabilidades de presentar algunas anomalías en múltiples órganos, como los pulmones, el cerebro y los riñones.
“Los investigadores creen que existe un vínculo con la gravedad con que la enfermedad se desarrolló en esos pacientes. Se espera que este estudio ayude a conseguir avances en tratamientos más eficaces para el covid-19 prolongado”, indica la publicación.
Señala que el mayor impacto se observó en los pulmones, donde las pruebas tenían 14 veces más probabilidades de mostrar anomalías. “Las resonancias magnéticas también tenían tres veces más probabilidades de mostrar algunas anomalías en el cerebro (y el doble de probabilidades en los riñones) entre las personas que habían tenido covid-19 grave”.
Según lo define la Organización Mundial de la Salud, se considera que una persona sufre covid-19 persistente si después de tres meses de haberse contagiado padece síntomas de la enfermedad y estos se mantienen durante más de dos meses.
Atentos a los síntomas
Según la doctora Fabián Argueta, aunque algunas personas tienen síntomas solo durante una semana, hay otras que aun después de recuperarse de la enfermedad mantienen algunos de ellos, como cansancio extremo, dolor de pecho y falta de aire.
“Algunos pacientes me dicen que se levantan por las mañanas muy cansados. Y si eso persiste, a esos pacientes hay que mandarlos al neumólogo porque le tienen que hacer unas pruebas de función pulmonar”, explica la infectóloga y destaca que se están haciendo muchos estudios científicos sobre ese aspecto.
“No puedo decir que (esos síntomas persistentes) les pasa a todos los pacientes después que les da covid-19. Pero sí se ha visto que se pueden afectar órganos importantes como los pulmones y el corazón. Hay personas que les han dado eventos trombolíticos (coágulos en la sangre) y embolias pulmonares (cuando un coágulo de sangre se atasca en una arteria pulmonar y bloquea el flujo de sangre hacia una parte del pulmón). Hay otras a las que les ha dado trombos en las piernas (coágulo de sangre en una vena profunda)”, abunda la doctora Fabián Argueta.
A la especialista también le sorprende que muchos pacientes sufren de estrés postraumático o PTSD, por sus siglas en inglés. “Tienen ansiedad y muchos se deprimen. Es un trauma que persiste después del covid-19″, agrega, y resalta que también ha visto un aumento en las evaluaciones psiquiátricas. “O sea, no solo afecta a los órganos, también afecta mentalmente a los pacientes y estamos viendo más admisiones psiquiátricas”.
Según reportó recientemente la agencia de noticias Efe, un estudio publicado en la revista Nature Cardiovascular Research puede ayudar a explicar por qué ciertas personas que contraen covid-19 tienen más probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares o, si ya las padecen, tener más complicaciones. Según esa investigación, el virus puede infectar directamente las arterias del corazón y además provocar una inflamación en el interior de estas. No obstante, los investigadores advirtieron que el estudio se realizó con una pequeña cohorte de individuos de edad avanzada que padecían aterosclerosis y otras afecciones médicas, “por lo cual los resultados no pueden generalizarse a individuos más jóvenes y sanos”.
Lo que necesitas saber
Según los CDC, las afecciones persistentes relacionadas con el covid-19 pueden incluir una amplia variedad de problemas de salud y pueden durar semanas, meses o años. Aquí algunos datos que son importantes, según la agencia federal:
Las afecciones persistentes son más frecuentes en personas que se enfermaron gravemente a causa del covid-19, pero cualquier persona que se haya infectado por el virus puede experimentarlas.
Las personas que no están vacunadas contra el covid-19 y se infectan, también pueden correr mayor riesgo de tener covid persistente que las vacunadas.
Las personas pueden volver a infectarse por el virus que causa el covid-19, varias veces. Cada vez que una persona se infecta por el virus, corre el riesgo de desarrollar dolencias persistentes.
El papel de las vacunas
La doctora Fabián Argueta está de acuerdo en que en términos generales la población le ha perdido el miedo al virus que causa la infección y que muchos no se ponen los refuerzos de las vacunas porque creen que “comoquiera me voy a afectar”. Sin embargo, subraya que vacunarte contra el covid-19 y ponerte los refuerzos, sobre todo si estás en el grupo de personas más vulnerables, resulta en un riesgo menor de contraer otra infección por una variante similar durante al menos seis meses. Además, también se ha probado que si lo contraes los síntomas son más leves.
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