La mayor exposición del pintor estadounidense Mark Rothko de los últimos 25 años en París se abre el miércoles en la Fundación Louis Vuitton, con un total de 115 cuadros.
Gran figura del expresionismo abstracto, Rothko marcó la historia artística después de la Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos se volvió el centro de la creación pictórica.
La exposición sigue un recorrido cronológico, desde sus primeros años, con obras figurativistas, a los grandes formatos con cuadrados de colores densos y contornos difusos, que lo hicieron célebre, como una invitación a la meditación.
Es una experiencia «de alto voltaje, llena de colores», destaca para la AFP su hijo, Christopher Rothko, comisario de la exposición junto a Suzanne Pagé.
Rothko (1903-1970) aseguraba que se había convertido en pintor «para elevar la pintura al mismo nivel que la música y la poesía», recuerda su hijo.
«Mi padre falleció cuando yo tenía seis años, pero hablábamos de música, eso era lo nuestro. Él siempre escuchaba música mientras pintaba, casi siempre Mozart y un poco de Haydn. Se puede establecer un paralelo (entre esta música) y su pintura», asegura.
Marcus Rothkovitch nació en Dvinsk (en la actual Letonia), en el Imperio ruso en 1903, y emigró a Estados Unidos en 1913.
Alumno brillante, impregnado de valores adquiridos en la escuela talmúdica, ingresó en la universidad de Yale. La abandonó sin completar sus estudios y descubrió bastante tarde su vocación, en la década de 1930, recuerda la comisaria Pagé.
Sus primeras obras están dedicadas a «la figura humana, escenas de metro con personajes muy aislados y melancólicos» cuenta la especialista.
Rothko se da cuenta de que no puede pintar esa figura humana «sin mutilarla».
Tras la guerra y el Holocausto, Rothko y los expresionistas abstractos se preguntan cómo seguir pintando.
Se interesan por antiguas leyendas, que cruzan con la influencia de los surrealistas para inventar nuevos mitos fundadores: surgen entonces obras llenas de tótems y personajes mitad pájaros, mitad peces.
La transición hacia la abstracción se produce en los años 1946-48 con los Multiformes, donde campos de colores son gradualmente invadidos por formas orgánicas, tendiendo hacia composiciones cada vez más estructuradas.
Desde los años 50 hasta el final de su vida crea las telas más conocidas por el gran público, de las cuales se exhiben 70 en París.
«Rothko buscaba la luz a través del color, una luz bastante negro porque explicaba que ahí encerraba la violencia más absoluta», recuerda Pagé.
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