En los últimos días de septiembre de 1943 más de 8.000 soldados y oficiales italianos fueron asesinados por sus antiguos aliados alemanes en las islas griegas de Cefalonia y Corfú, ¡una de las mayores masacres de prisioneros de guerra de la Segunda Guerra Mundial! Los hechos en Cefalonia fueron relatados con un alto grado de ficción en la novela del francés Louis de Bernieres: La mandolina del capitán Corelli (1994), que posteriormente se adaptó al cine por John Madden en 2001 en el filme homónimo (tuvo como protagonistas a los actores Penélope Cruz, Nicolas Cage y John Hurt). La “Operación Eje”, no solo incluía el control de Italia por el Tercer Reich ante la salida de Benito Mussolini del poder (26 de julio de 1943) y el armisticio del nuevo gobierno con los Aliados (8 de septiembre), sino también la sustitución de 30 divisiones (500.000 soldados) del Regio Esercito Italiano en los Balcanes. Una vez más se repetiría la confusión en los mandos y algunos oficiales tomarían la iniciativa de resistir. La razón principal para luchar fue el hundimiento del acorazado Roma por la Luftwaffe (con una de sus armas secretas: una bomba guiada: Fritz X) cuando la flota huía a la isla de Malta, que generó el ahogamiento de 1.200 marinos; pero también las noticias de deportación como mano de obra esclava de los que se rendían. Muchos combatientes tenían la esperanza de ser apoyados por los británicos especialmente, los cuales aprovecharon para intentar el dominio de algunas islas cercanas a Turquía. En la película de ficción histórica: Los cañones de Navarone (John Lee Thompson, 1962) se puede ver dicha intervención, aunque con un final muy distinto a la realidad.
La mandolina del capitán Corelli (2001) es una historia romántica entre el oficial italiano (capitán Antonio Corelli-Nicolas Cage) y la joven griega (Pelagia-Penélope Cruz), en la isla de Cefalonia (Mar Jónico) desde el inicio de la invasión italiana al país (1940) hasta el año de 1947, pero haciendo mayor énfasis en el mes de septiembre de 1943. La misma permite mostrar el aislamiento de la guerra que algunas islas griegas le ofrecieron a los soldados ocupantes. También está el desarrollo de la resistencia, que en ciertas zonas de los Balcanes generó un infierno; y la relación de amor y odio entre los aliados del Eje, que desembocará en una creciente desconfianza que termina en guerra. La Wehrmacht era menos numerosa pero poseían mejores armas (movilidad y potencia de fuego), apoyo aéreo, determinación y un comando que no estaba confundido cómo el italiano. El capitán Corelli (personaje de ficción) pertenece a la 33ª división Acqui (que sí existió), y la cual anhelaba el retorno a la patria. El relato cinematográfico muestra las diversas respuestas que asumieron los oficiales y soldados ante el Armisticio de Italia con los Aliados; haciendo énfasis en la lucha bélica, la posterior derrota ante la superioridad alemana y el ajusticiamiento de los que asumieron la lucha. Dicha atrocidad no fue realizada por la SS sino por las Fuerzas Armadas profesionales. En Los cañones de Navarone se sigue el mito de mostrar “unos alemanes buenos” que eran los que formaban la Wehrmacht y “otros malos” que eran los de la SS. En Cefalonia se demostró que la propaganda nazi había permeado a ambos Ejércitos, y los alemanes no dudaron en asesinar a sus antiguos compañeros de lucha.
Del medio millón de combatientes italianos, una vez que cesó la lucha o la confusión; la mayoría (390.000) fueron enviados a Alemania a trabajar como esclavos, unos 30.000 se unieron a las fuerzas de Adolf Hitler, 20.000 se alistaron con los partisanos de la zona, 50.000 se escondieron y más de 10.000 murieron en combate o ajusticiados. Sus historias alimentaron la resistencia y la lucha en la península generando una guerra civil contra los fascistas que se incorporaron a la títere “República Social Italiana” (mejor conocida como “República de Saló)”, instalada y controlada por los alemanes desde el 23 de septiembre de 1943 una vez que el Duce fuera rescatado. Solo lograron formar 4 divisiones que combatirían a los partisanos. Del lado contrario se forman 2 ejércitos: uno de guerrilleros con múltiples grupos y otro formado por antiguos soldados capturados por los Aliados. Los primeros eran los partigianos en torno al Comité de Liberación Nacional (CLN) principalmente en el norte a lo interno de la zona ocupada por el Tercer Reich. Pertenecían a diversos partidos opuestos al fascismo, pero el principal era el Partido Comunista Italiano. Llegaron a los 300.000 combatientes. Una cantidad similar logró reunir el Esercito Cobelligerante Italiano o “Ejército del Sur”, que fue armado por los Aliados y dirigido por antiguos oficiales del cuerpo armado fascista a partir del 13 de octubre de 1943 cuando el “gobierno” del general Pietro Badoglio le declara la guerra a Alemania.
El primer ministro británico sir Winston Churchill vio en el Armisticio con Italia la oportunidad de recuperar importantes islas del Egeo en manos de los alemanes, y de esa forma animar a Turquía a abandonar su neutralidad a favor de los Aliados. Es el contexto de Los cañones de Navarone; al ocupar las islas fortalezas de Rodas (con un importante aeródromo, el cual permitiría el control de la zona), Leros (con un puerto de aguas profundas) y Cos (también con un aeródromo); entre otras. La historiografía la ha llamado “Campaña del Dodecaneso” (8 de septiembre al 22 de noviembre de 1943), en la que los soldados británicos desembarcaron pero sufrieron un contraataque alemán cuando Hitler decidió reforzar con paracaidistas, apoyo aéreo y naval a sus guarniciones. Churchill relata que solicitó ayuda a Estados Unidos pero el Presidente Franklin D. Roosevelt se negó a poner en peligro la campaña italiana que comenzaba a tener mayores reveses y la futura campaña en el norte de Francia. “Fue la divergencia más seria que tuve nunca con el general Eisenhower” dirá sir Winston (“Capítulo IV. Un punto muerto en el Mediterráneo” del “Libro IV. El Triunfo y la Tragedia. 1943-1945” en su obra: La Segunda Guerra Mundial; 1948-56). Las bajas de la Comonwealth fueron de 5.000 soldados, más de 100 aviones y 30 embarcaciones; y los italianos 55.000 con una nueva masacre de prisioneros. Mientras los alemanes poco más de 1.000, de modo que significó una de las últimas grandes victorias del Tercer Reich.
La historiografía en general sobre Italia en la Segunda Guerra Mundial en inglés u otro idioma que no sea el italiano, es escasa en comparación con otros frentes. Al revisar el tema en las obras generales, salvo las buenas enciclopedias que se publicaron desde los sesenta hasta los ochenta, encontramos pocas palabras con relación a su papel en los Balcanes. La revisión del tema en las redes ofrece el mismo resultado. Al menos los historiadores italianos no han dejado a sus antepasados en el abandono. Revisamos, gracias a tener la misma lengua madre, las obras de Elena Aga Rossi de 1993 y 2017 respectivamente: Una nazione allo sbando. L’armistizio italiano del settembre 1943 e le sue conseguenze y Cefalonia. La resistenza, l’eccidio, il mito. Y hace poco salió un libro de Luca Baldissara: Italia 1943: La guerra continúa.
Petición a los italovenezolanos: les agradecería mucho a los descendientes de los inmigrantes italianos en Venezuela que se comuniquen con nosotros en caso de poseer una historia oral relativa a la experiencia de sus padres o abuelos en la Segunda Guerra Mundial. Sería muy triste que se perdieran todas esas vivencias. Por mi parte tengo unas cuantas recolectadas que espero algún día poder publicar, pero sigo en la búsqueda. La semana que viene esperamos hablarles de la Campaña de Bombardeo estratégico sobre Europa, que solo tratamos en la primera mitad de 1943 y ahora deseamos concluir.
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