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La España de los carroñeros

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En uno de los tantos trabajos precarios que tuve en España me conseguí con un jefe de esos que se dice y se siente cien por ciento español; en aquel año 2020, unos meses antes del encierro ilegal del covid-19, me comentaba que la situación en el país era insostenible y que eso lo iba a llevar a votar por Vox, el nuevo partido político que pretende dar oxígeno a quienes se sienten abandonados políticamente por el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), quienes han gobernado en un bipartidismo cómplice desde que murió el dictador Francisco Franco en el año 1975.

Este jefe en una de las tantas conversaciones me dijo: “España es tan grande que los españoles siempre han tratado de destruirla y no han podido”. A pesar de que las versiones que dan los afectos al partido Vox están muy alejadas de mi gusto político, hay que reconocer que los mensajes y las políticas desarrolladas por ambos partidos que han gobernado el país en estos 46 años de democracia están obligando cada vez más a que los ciudadanos que tienen derecho al voto en el país ibérico se vayan decidiendo por esta opción radical tal cual lo hicieron en el pasado por el partido de izquierda Podemos.

Ya las conclusiones de la influencia por demás desastrosa de Podemos en el poder las conocemos de sobra y quién sabe hasta cuándo España estará pagando las consecuencias de todas las medidas políticas promovidas en el gobierno Frankenstein como lo han denominado desde que se fusionaron el PSOE y Podemos y ahora la más reciente organización llamada Sumar.

Ambas organizaciones, tanto Vox como Podemos, son tan parecidas en sus estrategias de búsqueda del poder que pueden llegar a ser una buena comparación con esos animales carroñeros que prefieren comer de las sobras del animal muerto antes que buscar construir un plan de gobierno que se preocupe por las verdaderas falencias en la España actual.

Quizás es la razón por lo que un ingenuo leñador en cualquier pueblo olvidado en Extremadura o cualquier pueblo de la España vaciada siente que Vox es una oportunidad para detener lo que él en su deber ciudadano no pudo parar lo que está ocurriendo, es más cómodo comer de la carroña que esforzarse por conseguir opciones reales de cambio.

Al final el carroñero por mucho que se disfrace de cazador, leñador o en este caso de político, solo busca vivir como un rémora o un macrófago de los residuos que van dejando esparcidos por el territorio de la disputa, como por ejemplo los 46 años de democracia monárquica española.

Es por eso por lo que el carroñero se siente feliz cuando llega al poder, busca comprarse un chalet en Galapagar, paga en negro a las señoras que le trabajan en el hogar o algunos son más astutos y fundan nuevos movimientos políticos porque no pudieron y ahora solo buscan seguir sumando en sus cuentas bancarias.

Una nación amenazada por la precariedad laboral, contratos de trabajo que solo buscan la inestabilidad del empleado, asesinos que no cumplen sus condenas y andan libres cometiendo delitos de nuevo mientras el status quo del poder sigue tratando de distraer con temas superfluos que solo sirven para alimentar los cotilleos en cualquier bar; bien sea un beso robado, el ochenta cumpleaños de Julio Iglesias o la nueva aventura de Bertín Osborne.

Un chef asesino y descuartizador es una noticia que la vuelven tendencia en los medios y en las redes sociales para distraer sobre los temas realmente graves como el consumo y dependencia a las drogas, incluidos la comercialización del fentanilo o el alto porcentaje de suicidios y acosos en las instituciones educativas, donde han llevado al suicidio de los adolescentes porque las mismas instituciones no saben o quizás no quieren ocuparse del problema.

Los carroñeros prefieren apostar por mantener al gobierno de turno como el actual o en su defecto cambiarlo por otro similar en ideas populistas como Vox porque les permite mantener su nivel y estilo de vida así tengan que vender la autonomía del país ibérico.

Es como una analogía del hombre que consigue a su pareja en el sofá de la casa y decide vender el sofá para acabar con el problema.

Así están los carroñeros…

Twitter: @andcolfa1975

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