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Rawayana prendió la fiesta en su regreso a casa

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Desde hace siete años Rawayana no se presentaba en Caracas con un show propio. Solo ellos y su público, ese que los vio en aquel concierto gratuito que ofrecieron en 2016 en la avenida Francisco de Miranda por el bautizo de su disco Trippy Caribbean y que también los ha acompañado en el Cusica Fest. Para la banda, el reencuentro del sábado era importante, tanto así que la noche previa pidieron a sus fanáticos llegar temprano porque querían aprovechar cada minuto sobre el escenario y ofrecer un show memorable. Así fue.

Aunque el show de Rawayana comenzó ya entrada la noche, desde antes de las 5:00 pm las gradas de la Concha Acústica estaban casi llenas, sobre todo el área general, en la que grupos de amigos, parejas y padres e hijos esperaban atentos ante cualquier movimiento sobre el escenario. Algunos aprovechaban la imagen de fondo en las pantallas u otros espacios como la corneta gigante de la entrada –alusiva al quinto disco de la banda: ¿Quién trae las cornetas?, que salió hace una semana– para tomarse fotos, mientras que otros conversaban sobre las canciones que querían escuchar.

Rawayana

Foto Jesús Navas

Pasaba el tiempo, caía la noche y las gradas estaban llenas. Más de 5.000 personas asistieron a la Concha Acústica para cantar, bailar y festejar junto a Rawayana. Desde que se anunció el concierto en mayo los boletos se agotaron al poco tiempo, incluso se habilitaron algunas entradas más, pero se terminaron rápidamente. Nadie quería perderse el show de la banda que integran Beto Montenegro, Tony Casas, Abeja y Fofo Story, quienes emprendieron una gira mundial que los llevará por ciudades de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa hasta mediados de 2024.

Luego de la presentación de Gran Radio Riviera, grupo que abrió el show, las luces se apagaron y una cuenta regresiva apareció en las pantallas. «5, 4, 3, 2, 1…», advertían desde el escenario. Uno por uno empezaron a salir. Primero Tony, luego Fofo y finalmente Beto y Abeja tomaron su lugar en tarima. Y comenzó la fiesta. No había tiempo que perder. La canción que eligieron para abrir el show, producido por Cusica, fue «Nada malo», del álbum ¿Quién trae las cornetas?. Siguieron «Palmera del desierto», «Tucacas» y «Vénganse», de Trippy Caribbean.

Rawayana

Foto Jesús Navas

La banda prometió un setlist largo con canciones de todos sus discos y cumplió. En total, interpretaron 34 canciones en un concierto en el que en más de dos horas la agrupación hizo un recorrido musical por toda su carrera, desde las canciones más antiguas como «Bahía» y «Algo distinto», ambas de su primer disco, Licencia para ser libre, hasta las más recientes como «Brindo» o «La tormenta».

Como era de esperarse, la banda tocó más canciones de su último disco, 13 en total, pero también interpretó algunas canciones de su segundo disco Rawayanaland, con el que se hicieron más conocidos en el país, como «Vocabulario básico» y «Sin dormir». Esta última fue la única canción lenta y romántica, junto a «TQM», de la noche. En ambas el público acompañó al grupo moviendo las linternas de sus celulares de lado a lado con suavidad. Un momento en el que aquellos que fueron en pareja aprovecharon dedicarlas a esa persona especial.

Rawayana

Foto Jesús Navas

Aunque hubo espacio para el romance y la nostalgia, fue un show enérgico y bailable de principio a fin. Tras una pausa –en la que se mostró el video de «Caracas 2000», una canción de Elena Rose, Danny Ocean y Jerry Di–, Beto, Fofo y Orestes Gómez regresaron al escenario para interpretar su versión, esmoquin incluido, de «El incomprendido», de Ismael Rivera. Aún de traje, siguieron con temas parecidos como «Volero» y «Ay, ay, ay».

En las dos horas y media de show fue poco lo que habló el cantante. Las pocas intervenciones que hizo fue para referirse al tiempo que tenían para tocar, agradecer al público y hacer algún comentario sobre las canciones o contar alguna anécdota breve. «Mi papá me regaló esta guitarra cuando yo estaba empezando (en la música). Esta guitarra tenía rato que no salía y quiero saber si se escucha bien (risas). Entonces, en agradecimiento a mi papá, canten esta canción conmigo», dijo Beto antes de interpretar «Falta poco».

Rawayana

Foto Jesús Navas

En el show también hubo espacio para los invitados. El primero fue Jambene, con quien cantaron «Caney», y el segundo fue un grupo de tambor de La Sabana, estado Vargas, que se mezcló entre el público mientras tocaban y bailaban al ritmo de los tambores.

Desde el escenario Beto advertía que quedaba poco tiempo. «Ya estamos llegando al final», decía. De inmediato, el público comenzó a corear: «1, 2, 3 cua, cua», para pedir que interpretaran «Funky fiesta». La banda los complació. El punto más alto y movido del show llegó con «Hora loca», «Binikini», «Besos ricos» y, por supuesto, «High», canción que originalmente cantan con el rapero Apache. Con todas el público bailó, brincó y festejó el regreso de Rawayana a Caracas.

Rawayana

Foto Jesús Navas

El repertorio lo completaron canciones como «Váyanse a mamá», «Sádico», «Soy tu papá», «Feriado», «Bebé», «Welcome to el sur», entre otras. Un setlist variado y extenso, pero al que le faltaron temas como «No significa«, «A tu nombre» o «Gatos oliva». La banda despidió con «Dame un break» una noche de fiesta, buena música y mucha alegría. Ojalá no tengan que pasar otros siete años para que Rawayana vuelva a festejar en casa.

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