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La divulgación cultural en redes sociales: ¿acierto o banalización?

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Por VIOLETA IBARRA BRUZUAL

Hace un tiempo una amiga me recomendó un pódcast y tanta fue su insistencia que lo escuché, hablo de Deforme Semanal Ideal Total, conducido por Isa Calderón y Lucía Lijtmaer. En un principio lo oía mientras hacía otras actividades, pero todo cambió cuando en el cuarto me sorprendí con libreta y lápiz en mano para anotar las recomendaciones de libros que ellas hacían en cada episodio.

Tanto Lijtmaer como Calderón siempre han defendido que su pódcast es cultural, ¡y vaya que lo es! Gracias a este programa conocí una gran cantidad de escritoras y obras que de otra manera hubiese tardado en llegar o simplemente no hubiese conocido. ¿Acaso esto no sería un ejemplo de divulgación cultural?

Según El diccionario de la lengua española, divulgar es: «Publicar, extender, poner al alcance del público algo», entonces podríamos entender la divulgación cultural como la acción de «poner al alcance del público» información sobre las áreas del conocimiento relacionadas con la cultura.

Tradicionalmente el espacio que se tenía destinado para la divulgación de este tipo era el académico y el periodístico, pero los tiempos han cambiado y también se ha expandido el radio de acción, porque así como a mí me pasó con Deforme Semanal Ideal Total, me imagino, también le ha ocurrido a otras personas con otro pódcast, un video en alguna red social o simplemente con un meme. Pero, ¿por qué ocurre esto?

Las redes sociales gozan de gran credibilidad, sobre todo en el público joven. Por eso, es tan importante analizar cómo ellas se han convertido en una herramienta útil para la divulgación. De ahí que me pregunte ¿cuáles son las características que debe tener una cuenta de divulgación cultural? ¿Realmente llegan a un mayor público?

Partiendo de estas interrogantes, me propongo analizar cuentas de redes sociales de divulgación cultural en español como un género discursivo, para entender sus características y su relevancia en la difusión de información. Además busco determinar las características de la divulgación cultural en redes sociales; revisar la información que se presenta en cuentas de este estilo; e identificar los rasgos formativos en las cuentas de divulgación cultural.

Para lograr este análisis partiré de los Estudios del Discurso, específicamente me detendré en realizar una tipologización de las cuentas de divulgación cultural como un género discursivo, para eso me valdré del trabajo de Marta Taboada (2012), quien realiza el estudio de los géneros partiendo de la Lingüística Sistémico Funcional de Michael Halliday.

La Lingüística Sistémico Funcional y los géneros discursivos

La Lingüística Sistémico Funcional (en adelante LSF) es un modelo gramatical creado por Michael Halliday que se centra en estudiar la lengua en uso, en el que se unen elementos propios de la pragmática como es el uso que le dan los hablantes a la lengua (por eso es funcional) y también los estudios estructurales de la misma (por eso es sistémica).

Partiendo de este modelo, Marta Taboada señala en su trabajo del 2012 Los géneros: una perspectiva sistémico-funcional que el estudio del género discursivo se realiza desde la LSF para «caracterizar la estructura de los géneros a través de las etapas que la constituyen» (Taboada, 2012: 47), es decir, que la descripción de la estructura se convierte en el punto de partida del análisis.

Taboada también explica que «los hablantes perciben que un texto pertenece a un género concreto, básicamente a partir de sus características estructurales, es decir, por las etapas que lo componen» (Taboada, 2012: 50).

Entendiendo así que el acercamiento de la LSF al estudio del género discursivo consiste, fundamentalmente, en segmentar la estructura del texto, teniendo en cuenta además su contexto, para luego crear una especie de fórmula que permite entender qué elementos son obligatorios para considerarlo que pertenece a ese género discursivo.

Las redes sociales y la divulgación cultural

Al ser las redes sociales tan diversas y cada una tener sus propias dinámicas, me centré en dos de las plataformas digitales que gozan de más popularidad en Venezuela, sobre todo para la búsqueda de información: YouTube e Instagram.

También consideré las temáticas que exploran cada una de ellas, además del número de seguidores y su alcance, sobre todo por la cantidad de comentarios y las menciones de su contenido por parte de otras cuentas.

En YouTube tenemos tres cuentas de creadores españoles, la primera es Ter, una arquitecta que se encarga de explicar elementos propios de su carrera a través de canciones de la agrupación La Oreja de Van Gogh o con emojis, logrando, por ejemplo, relacionar sus conocimientos en estructuras de edificios con referencias de la cultura pop.

También tenemos a Antonio García Villarán, un pintor y doctor en Artes Plásticas que se interesa en revisitar la Historia del Arte; revisar la vida y obra de artistas y además es el creador del término «hamparte», el cual utiliza para referirse a la obra de aquellos artistas que se caracterizan por realizar trabajos donde es más importante la forma que el contenido.

Para terminar tenemos Linguriosa, la cuenta de Elena, una lingüista especialista en el subjuntivo que se dedica a explicar en su cuenta fenómenos de nuestra lengua, relacionados con la gramática, la fonología y la lexicografía, con la ayuda de un personaje llamado Dorotea, interpretado por ella misma, quien se encarga de hacerle preguntas sobre el español.

En cuanto a Instagram, me decidí por tres cuentas de creadores venezolanos y una mexicana, en las que se exploran varias áreas del conocimiento. Primero tenemos la cuenta de la profesora Inés Quintero (@inesquinterom), reconocida historiadora venezolana que desde su cuenta, al igual que en sus libros, nos presenta la historia de nuestro país de una manera amena y cercana.

Luego la cuenta de Mitchel Nisnick (@nissnickmich), un comunicador social que se autodenomina como divulgador y nos presenta curiosidades sobre cine, literatura, geografía, animales, etc. También tenemos la cuenta de María José, @bienmescribe, una licenciada en Letras que con memes, carruseles y challenges nos ofrece recomendaciones para mejorar nuestra ortografía. Para terminar tenemos a Magali de @nenamonstruo, una publicista mexicana entusiasta de la literatura que, a través de su cuenta, nos comparte las reseñas de los libros que lee, así como una sección muy popular llamada “chismecito literario”, donde comparte curiosidades sobre la vida de autores y su obra.

Análisis y discusión de resultados

Partiendo de la identificación de las características generales de cada una de estas cuentas digitales, pude determinar una serie de indicadores que me han ayudado a observar las semejanzas y diferencias que encontramos entre ellas y así construir una fórmula general que pueda ser aplicada a este género para definirlo estructuralmente.

Para lograrlo, tomé cinco publicaciones de cada cuenta para observar cuáles eran los elementos que se repetía en cada una de ellas, encontrando las siguientes semejanzas: lenguaje cercano; diseños cuidados; contexto de lo explicado; explicación teórica; edición audiovisual dinámica; interacción con los seguidores; autorreferencia; referencias bibliográficas; colaboradores académicos; uso de referencias populares; música; uso de memes; colaboradores comerciales; actuación.

Luego de la revisión de la muestra utilizando estos 14 indicadores, encontré que las siete cuentas tienen en común: un «lenguaje cercano», «diseño cuidado» y hay una «explicación del contexto de lo expuesto».

En menor medida encontramos: «explicación teórica», en el caso de los videos una «edición audiovisual dinámica», también una constante «interacción con los seguidores», tanto en los videos como en las descripciones de las publicaciones. Otro elemento común es la constante «autorreferencia» a contenidos que realizaron anteriormente y compartiendo los links de su contenido. También comparten «referencias bibliográficas», «colaboraciones con otros académicos» y uso «de referencias populares».

De los 14 indicadores, 11 son constantes y son fundamentales que aparezcan en una cuenta digital de divulgación cultural, es decir, estos serían los elementos obligatorios. Los otros cuatro varían y serían los elementos opcionales, porque aparecerían solo cuando quien crea el contenido los necesita.

Entonces, una cuenta de divulgación cultural en redes sociales debe tener de una u otra manera los elementos obligatorios, porque daría legitimidad a lo expuesto, por eso se recomienda que si vas hacer una cuenta de este tipo deberías tenerlos en consideración.

Es importante señalar que esos componentes no son ni estáticos ni definitivos, porque va a depender del interés de quien crea el contenido pero sirve de referencia. Pero sí ayudaría a que la divulgación cultural en redes sociales sea eficaz y genere confianza en quienes ven ese contenido. Por eso la divulgación cultural en redes sociales debe tomarse con seriedad.

Conclusión

Luego de hacer una revisión de la muestra que escogí para analizar la divulgación cultural en redes sociales, ¿es un acierto o una banalidad?

Yo considero que es un acierto, sobre todo teniendo en cuenta la rigurosidad que observé en las cuentas escogidas, hay un compromiso y una pasión en compartir conocimiento a más personas.

Es imitar lo que desde hace mucho tiempo se viene haciendo en la ciencia, cuando personas como el astrónomo estadounidense Carl Sagan compartía en programas de televisión sus estudios sobre el espacio, interesando a un público general sobre un tema que a lo mejor desde otros espacios no hubiesen podido llegar.

La idea es repetir este modelo en la medida de lo posible, porque las redes sociales serían un medio más de divulgación de información de nuestros intereses, como lo son los congresos, los artículos académicos y los libros. Que entendamos que pueden convivir en armonía y todos van a ser importantes, y no se va a desplazar lo existente, solo se va a potenciar.

Así que la idea es dejarle de tener miedo a los nuevos medios de difusión, es una herramienta que nos puede ayudar a llegar a más personas, a promover nuestras investigaciones y a llegarle a un público más amplio. Y si no deseas aparecer en cámara, no importa, también podemos ayudar a otras personas a crear sus contenidos y colaborar en que su información sea de calidad.

La invitación es que nos quitemos nuestros prejuicios e indagar en las redes sociales un mundo de posibilidades que nos permita mantener a las humanidades más vivas que nunca.

Referencias bibliográficas

Taboada, M (2012). «Los géneros: una perspectiva sistémico-funcional». En: M, Shiro, M.; P., Charaudeau; L., Granato (eds.) Los géneros discursivos desde múltiples perspectivas: teorías y análisis. (pp. 45-67) Madrid: Iberoamericana-Vervuert.pp.


* Violeta Ibarra (1983) es licenciada en Letras (UCAB) y cursante de la maestría de Estudios del Discurso (UCV). Tiene una significativa experiencia laboral en el ámbito de la promoción cultural.

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