Es un hecho que en Venezuela el régimen se ha salido impunemente con las suyas en todos los escenarios políticos que se le han presentado. Han pasado más de dos décadas desde que se impuso el formato de Fidel, cuando apadrinó la mal llamada revolución bolivariana que a su vez impulsó al socialismo del siglo XXI.
El régimen ha podido sortear así los embates del paro petrolero de 2002-2003, el 11 de abril del 2002, el triunfo parlamentario de la oposición en el 2015, las valientes protestas estudiantiles del 1 de abril al 31 de julio del 2017 con sus trágicas 157 muertes, los hechos de Altamira el 30 de abril de 2019, un TSJ y una Asamblea Nacional en paralelo, el gobierno interino y sus 60 países, entre otros, que fueron apuntalados en su momento por diversas formas de agrupamiento político con pretensiones unitarias, tales como: la Coordinadora Democrática, la Mesa de la Unidad Democrática y el Frente Amplio.
En el ámbito electoral, de igual forma ha salido indemne. La deslegitimación de Maduro como presidente, por parte de la comunidad internacional, encabezada por Estados Unidos, con la implementación de severas sanciones, lamentablemente no ha causado su salida y menos aún su detención y enjuiciamiento. Con el desproporcionado reparto de las gobernaciones también salió ganancioso, no solo por las 19 gobernaciones que mantienen, sino por la condescendencia de los gobernadores de la oposición con el oficialismo.
Para lograrlo, el régimen no escatimó en utilizar recursos de todo orden, naturaleza y cuantía. Diezmó a la sociedad civil y creó a su conveniencia un nuevo coto en el que alberga, formal e informalmente, a políticos “opositores”. Hizo de la migración una política de Estado, creando por un lado las condiciones para propiciarla, quitándose de encima a los venezolanos inconformes con el gobierno, hecho este que a su vez le disminuyó el gasto social que más de 7 millones de compatriotas demandaban en: alimentos, fuentes de empleo, escuelas, hospitales, agua, electricidad, etc.; y, por otro lado, no menos importante, con ello les sobrevendría el alivio de las remesas. Fidelismo puro.
Nada de esto pudo pasar de haberse presentado la oposición como un todo en cada ocasión. Monolítica, sin las fracturas e intereses grupales o personales que mermaron su poder; coherente, sin la ambigüedad que la caracterizó en los eventos electorales; valiente, digna y honesta, que no arreara las banderas de las protestas y las acciones reivindicativas, ni se aviniera con los jerarcas del régimen como lo hizo buena parte de la dirigencia.
Hoy, el chavismo, consciente del escenario que se le presenta, apela de nuevo a la misma práctica que les ha asegurado la hegemonía en el poder. Tienen que evitar a toda costa que se presente una oposición verdaderamente unida. Van a mover sus fichas con ese propósito. Se juegan el todo por el todo. Para ellos es un tema de supervivencia, existencial. Pero, para el país también lo es. No puede seguir la destrucción del país. O son ellos o el país.
La unidad opositora tendrá cara en la medida que se respeten las reglas que comprometen a los partidos y candidatos a apoyar a quien resulte electo, habilitado o no, y a hacer valer a toda costa esa decisión de la mayoría de los venezolanos. La presión interna de una oposición pétrea, amalgamada, dará a los venezolanos la oportunidad de superar por mucho la adversidad. Solo mostrándose de esta manera, sin jugarretas, será tomada en cuenta por la comunidad internacional.
Muchos son los organismos internacionales, países y líderes mundiales que están atentos y fijando posición en este caso pasa en Venezuela. Un claro ejemplo ha sido la posición del Parlamento Europeo que condenó hace poco la injerencia de Maduro en las primarias opositoras y la decisión «arbitraria e inconstitucional» de inhabilitar a políticos de la oposición venezolana. Incluso, se han formulado propuestas muy puntuales como la presentación y segura aprobación por republicanos y demócratas del proyecto de ley al Congreso de Estados Unidos, que entre otras previsiones tiene la de “Imponer sanciones de bloqueo de activos y visas a cualquier persona involucrada en esfuerzos para prohibir la participación de candidatos opositores en las elecciones de Venezuela”; como también la de “Proporcionar coordinación entre Estados Unidos y socios democráticos en Europa y el Hemisferio Occidental, así como instituciones multilaterales como la Organización de los Estados Americanos, para brindar asistencia técnica en la administración de elecciones, garantizar la integridad y seguridad de la información de los votantes, enviar observadores electorales y documentar intentos de suprimir el voto de la oposición”.
De tal suerte, que las decisiones que pueda tomar esa comunidad, estarán sustentadas en lo que la unidad opositora haga valer legítimamente conforme a sus propias reglas, apoyando en las presidenciales, sin ambages, a quien resulte electo en las primarias, habilitado o no, asumiendo su responsabilidad con el país y las nuevas generaciones.
@vabolivar
Noticias Relacionadas
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional