Nos han tocado momentos vitales en los que las preguntas sobran, estorban, no vienen al caso. Peor aún cuando en esos momentos el interrogador quiere lucirse ante muchos y sólo llega a poner la torta, no precisamente de cumpleaños. Es el caso de la idea, nada genial por cierto, de la llamada Asamblea Nacional corifea del régimen del terror, cuando se propone plantear a los venezolanos en referendo si el Esequibo es tuyo, mío, nuestro.
Usted no va a preguntarle a un ciego si quiere ver. Usted busca las maneras, si quiere y está a su alcance, de darle luz a sus ojos. Desde luego que el ciego quiere ver. Preguntar si queremos que el Esequibo nuestro sea nuestro es la más retórica de las preguntas retóricas que pueden hacerse en Venezuela. Incluso de mucho mayor alcance retórico que aquella que interroga, como lo haremos en elecciones próximamente, si usted quiere salir de Nicolás Maduro y sus secuaces. Cuando ese es un deseo supremo nacional e internacional.
En medio de la complejidad del asunto añejo de la reclamación por el Esequibo surgen varios planteamientos, ahora, cuando hay más peligro latente de perderlo definitivamente. Ante todo debe estar la elaboración mental de que existe la idea de escurrir el bulto de las responsabilidades. Usted está en un cargo. No importa cuál. Ni de qué modo. Pues asuma su responsabilidad. Cuando los ataques colombianos en épocas de Pérez Jiménez o de Jaime Lusinchi, ninguno de los dos pasó por el trámite burlesco de preguntar a los venezolanos si el golfo de Venezuela o Los Monjes, usted considera que de Venezuela son u otros infantilismos. Cuando el evento del Caldas, o el aéreo en el golfo, o cuando pretendieron desconocer allí nuestros soberanos derechos diplomáticamente se actuó con energía. Cumplieron su obligación. La obligación de quienes detentan cargos de responsabilidad ahora es defender en toda instancia el Esequibo del que quieren definitivamente despojarnos por todas las vías, políticas, diplomáticas y jurídicas. Todas deben ser atendidas sin soslayo. No en juego. Sin delegar tamañas responsabilidades.
La debilidad de Venezuela en este momento es este régimen entreguista, tan poco defensor de la soberanía, tan poco nacionalista. A pesar de decirse bolivariano, y vivir acusando a los demás, como excusa para ponerlos presos, de traidores a la patria. Más de su retórica contraria a sus actuaciones. Allí está la penetración hasta los tuétanos de las guerrillas colombianas. Allí está el abandono de las fronteras, de nuestras riquezas minerales, o la entrega que han hecho a iraníes o a otros grupos de terroristas mundiales, o al narcotráfico internacional. El mundo sabe, además, de las elementales carencias, incluso humanas de nuestra Fuerza Armada.
El interés internacional por el Esequibo no tiene que ver con el afecto para con Guyana. Es un interés geoestratégico de cuido de las riquezas petrolíferas, gasíferas y minerales que allí están brotando como manantial. Incluso el agua, casualmente. Brasil le tiene no sólo el ojo metido. También, por supuesto, Estados Unidos que necesita energía cerca, la que Venezuela ya no le suple de manera confiable y, desde luego, los chulos del continente: Cuba.
Así que el régimen debería más bien enseriarse política y jurídicamente para proteger el Esequibo. Si de verdad lo quiere defender y no va en este caso a cumplir órdenes cubanas también. En atención al Caricom. Debería dejar atrás el show y su interés de quitarle el protagonismo a la primaria en este instante, pensando en la elección nacional que se avecina por la Presidencia de la República y todas las demás. Aquí hay un interés de Estado. Nacional. No estamos para juego ante esta realidad. Con la que no se juega. Si se queda en el show, como se está planteando, la pérdida del Esequibo es inminente. Si se queda en el show que busca rédito político inmediato, habrá demostrado una vez más su escaso interés por los problemas neurálgicos del país. Su necesidad de cubrir sus carencias elementales y momentáneas por encima de los intereses de Estado. ¿Qué opina usted? ¿Estos estarán dispuestos a defender el Esequibo?
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