El artículo 141 de la Constitución Bolivariana establece en forma clara cuáles son los principios sobre los que debe llevarse a cabo el ejercicio de la administración pública. Revise usted la lista y compare el dictado constitucional con la realidad.
Uno de esos principios cardinales es el de la transparencia que significa ni más ni menos que la prohibición del secretismo, lo cual equivale a la obligación de dar cuenta oportuna y veraz de las decisiones que se toman y los compromisos que se contraen tanto en el país como en el exterior en nombre de la nación.
Lo anterior viene a cuenta a raíz de la absoluta falta de información acerca de las razones y resultados del reciente viaje del señor Maduro a China y otros lugares. Hay quienes presentan el periplo como una gira triunfal plena de logros y hay otros que comentan que el pobre Nicolás fue allá a recibir reclamos y pedir cacao ante Xi Jinping & Cía. por la falta de pago de los compromisos adquiridos oportunamente con aquel país para acometer los grandes proyectos de transformación que el desorbitado comandante tenía en sus sueños delirantes.
Según la página web oficial del Ministerio del Poder Popular de Economía, Finanzas y Comercio Exterior (http://www.mppef.gob.ve/fondo-chino-venezolano-alianza-binacional-para-el-desarrollo-delospueblos/#:~:text=El%20Fondo%20Conjunto%20Chino%20Venezolano%20se%20convirti%C3%B3%20en%20la%20primera,la%20sociedad%20y%20en%) las obras estipuladas con esos fondos eran “los proyectos de carros Chery, autobuses Yutong, la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV), el programa satelital, el plan Mi Casa Bien Equipada, el teleférico Mukumbarí, el tercer puente sobre el río Orinoco, termoeléctricas, entre otros. Asimismo, estaba contemplado “impulsar las telecomunicaciones en el país, hidroeléctricas, planes de desarrollo ferroviario y terrestre, proyectos industriales, de energía, agricultura y producción de alimentos para las familias venezolanas, entre otros proyectos que apuntan a la soberanía de la nación”.
Si usted compara la precedente “lista de mercado” con realizaciones concretas no queda más remedio que concluir que casi nada de eso se hizo y el dinero -que fluyó a través del Bandes (Banco Nacional de Desarrollo)- se esfumó, las obras que se iniciaron quedaron inconclusas, los vivos se cogieron los reales, el banco jamás rindió cuentas del egreso de los fondos que, se dice, alcanzaron los 50.000 millones de dólares, de los cuales parte se ha venido devolviendo a punta de refinanciamientos y el envío de petróleo, pero restan unos 10.000 millones cuya cancelación el camarada Xi Jinping, afirman, reclamó a Nicolás. ¿Ha habido alguna información transparente? No.
No deja de ser cierto que en lo discursivo el señor que despacha en Miraflores obtuvo el reconocimiento chino como “socio estratégico”, lo cual políticamente puede resultar significativo no tanto para Venezuela sino para China, que de esa manera consolida su presencia cada vez mayor en nuestro hemisferio. Pero los reales hay que pagarlos y meterle cuentos chinos a los chinos no resulta fácil ante un gran país con ambición imperial demostrada y ejercida a lo largo de siglos cada vez que la historia se lo ha permitido.
También es cierto que en la recientísima reunión de los BRICS (que es la agrupación informal de países con economías emergentes) celebrada en Johannesburgo el mes pasado, China apadrinó el ingreso de Venezuela al grupo originalmente conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. El celestinaje de Pekín no tuvo éxito, aunque sí se aprobó el ingreso de Argentina, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes. Venezuela “naiboa”. ¿Qué pasó?
Continuando con la opacidad -falta de transparencia-, sepa usted que Pdvsa no ha publicado balances en los últimos años, los organismos del Estado ocultan las cifras y estadísticas, la información financiera para acceder a los mercados internacionales no se da, la ejecución presupuestaria es feudo cerrado tan solo para los que están en la movida, los contratos que sigilosamente se celebran de nuevo con las petroleras transnacionales nadie los ha visto. Las tres decenas de acuerdos recién logrados con China nadie los ha revisado ni se conocen los rubros involucrados. La distribución de las actuales ventas de petróleo, quiénes son los clientes y los mecanismos para evadir las sanciones permanecen tras el velo del misterio. ¿Verdad o mentira?
Las consecuencias obvias de la obligación constitucional de transparencia exigida por el artículo 141 son la igualmente constitucional rendición de cuentas y la responsabilidad en el ejercicio de la función pública. ¿Las ha visto usted?
Saque sus conclusiones.
Mientras se redactan estas líneas nos enteramos de la iniciativa del presidente de la Asamblea -Jorge Rodríguez- de convocar un referéndum consultivo para que el pueblo vote si el Esequibo es parte inalienable de Venezuela o no. Es de suponer que todos los venezolanos nos pronunciaremos afirmativamente. El punto relevante es saber si tal pronunciamiento puede tener alguna relevancia de cara al litigio con Guyana que ya está en sus etapas finales en la Corte Internacional de Justicia en La Haya. Explotar un argumento nacionalista y pasional puede resultar interesante. Lo que se precisa es que sea efectivo. “Deseo no empreña” dicen en el llano. Los argentinos tienen alguna experiencia: Malvinas.
@apsalgueiro1
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