Al haberse colocado a un pueblo en la disyuntiva de correr todos los peligros y desasosiegos de la emigración, o sostenerse precariamente ante la amenaza diaria de muerte por hambruna, represiones y toda clase de violación de derechos humanos y enfermedades en sus lugares de origen, “los pueblos hacen camino al andar”; como ha ocurrido en la Selva del Darien. En 2022 más de 220 000 emigrantes entre niños, mujeres y hombres cruzaron el Darién en búsqueda de las fronteras de los Estados Unidos. En lo que va de este 2023 son ya más de 250 000, los que han atravesado la peligrosísima selva. Para tratar este vital tema para Venezuela y América, el próximo sábado 30 de septiembre, 11 am estamos invitando a asistir al documental: “Darien antes y después del éxodo” (informarse por la redes sociales o en correo electrónico al pie de este artículo para verlo en Miami Dade, Humboldt International University Florida).
La Agencia de la Naciones Unidas para refugiados, Acnur, señala que más de 7,7 millones de venezolanos habían salido de su país para finales de 2022. Esta cifra se ha incrementando aceleradamente en el presente 2023, cuando se ha corroborado que, en lugar de orientar su desplazamiento hacia el sur, ahora los migrantes en su mayoría venezolanos cruzan el Darién para subir por Panamá y seguir por Centroamérica y México, hasta llegar a la frontera de los Estados Unidos, Allí familias enteras se entregan a la patrulla, después de superar una travesía con robos, violaciones, amenazas de muertes y todo tipo de chantajes y agresiones.
Los países receptores de los desplazados, a menudo desbordados por tales realidades, sufren como una suerte de movimiento telúrico social, que se sabe puede ocurrir en un territorio bajo terremoto; pero que trasladado desde otras culturas provoca serios desequilibrios y desajustes de origen cultural, y que sólo la disipación de tales energías de la desesperación que lo causan en su lugar de origen podrán calmar sus efectos de impulsar las migraciones.
Sobre el cómo tratar desde los países más poderosos y de las regiones con economías más prósperas la recepción de tales desbordados flujos de migrantes por medio convencionales o tradicionales tiene mucho que ver con no entender bien el manejó de estas crisis, y de su relación de costos versus beneficios para dar lugar al aprovechamiento de la riqueza humana, laboral, social, cultural, e incluso de fortalecimiento humano, por el intercambio entre razas.
¿Qué se debería esperar de los movimientos migratorios bien gerenciados? No el actual caos que sólo pretende poner “pañitos calientes» o manipularlo, para tomar ventajas de los países afectados, y del mismo migrante. Eso es lo propio de los negociados del tráfico humano. Es preciso decidir anticipadamente el modo como se intervendrá ante la continuación y agravamiento de este vital asunto. Cuando el metabolismo socio político y económico de un país receptor, al arribo de tan abruptos continentes humanos no está preparado para ello, el caos de indigestión y de enfermedades sociales serán sus seguras consecuencias.
Debe entender y atender apropiadamente, con una serie de medidas preventivas y correctivas de la situación mediante una actuación articulada con las sociedades de origen; y cuanto antes. De lo contrario se intensificará esta problemática en toda América durante un período más largo, y con las más complejas y costosas formas.
Es tiempo de considerar diferentes alternativas, hasta de orden militar desde la aproximación humanitaria del “deber de proteger”. Se debe intervenir a los países para llevar cierto orden de modo que no se empeore más aún los éxodos masivos, ni se cree una justificación al régimen fallido en el poder; el cual casi siempre, y bajo una mafiosa tiranía, mantiene un Estado criminal para su usufructo.
Lo que parece estar claro es que no hay una receta única, pero sí que es preciso contar con la preparación y participación efectiva y bien coordinada de los ciudadanos del país de origen al que se quiere estabilizar. Desde los tiempos del Imperio Romano a esta parte, la comprensión de la cultura y el manejo de costumbres, transformación de malos hábitos de una sociedad, y hacerla de mayor orden y nivel de desarrollo humano es un reto de generaciones. La lección de Afganistán es dura y reveladora en este sentido bolivariano.
Al mafioso y rey de la manipulación Fidel Castro se le permitió vivir haciendo desestabilizaciones e intervenciones a nivel prácticamente global. Murió en el poder como reyezuelo de una larga tiranía en la que convirtió desde su régimen de isla-prisión de Cuba y ante los ojos del mundo a Venezuela en su colonia. Nuestros poderosos aliados fueron testigos de su invasión silenciosa a Venezuela, para garantizarse el control de recursos energéticos y otros. Enterado y manipulando la inevitable muerte de Hugo Chávez, anunció su funeral al tiempo cuando le convino a sus planes, para montar la sucesión de su agente incondicional en Venezuela: Nicolás Maduro.
A un mes de la que será sin duda, contando con que esto esté claro para nuestros aliados y nos apoyen en defender sin vacilación alguna la determinante victoria de María Corina Machado, se abre una nueva oportunidad para dar validación e inscripción al proceso electoral presidencial que podría ser la última oportunidad de paz para Venezuela. Comunicar al estamento militar nuestra decisión soberana de regreso al orden democrático, para la toma de medidas de un “Plan de emergencia humanitaria” que canalice desde ya las fuerzas del pueblo, del trabajo e iniciar así la reconstrucción del país es lo que toca para detener la desesperada ola migratoria del venezolano.
[email protected] / @gonzalezdelcas
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