El príncipe Harry y la estadounidense Meghan Markle, ya como duques de Sussex tras contraer matrimonio, subieron a un coche de caballos con el que efectuaron el recorrido nupcial por las principales calles de la localidad de Windsor, en cuya capilla de San Jorge tuvo lugar el enlace.
A la salida del templo se escucharon los vítores de la multitud y los recién casados se besaron ante los gritos de los allí congregados, antes de bajar por la escalinata cogidos de la mano.
La reina Isabel de Inglaterra II concedió esta mañana el título de duque de Sussex a su nieto y, en consecuencia, Markle se ha convertido a su vez en duquesa al casarse con el príncipe Harry, así como en «su alteza real».
Es tradición dentro de la familia real británica conceder un título nobiliario cuando se produce un casamiento; así, por ejemplo, la reina otorgó al hermano de Harry, el príncipe William, el ducado de Cambridge el día de su boda con Kate Middleton, el 29 de abril de 2011.
Los recién casados abandonaron el templo seguidos por los diez niños que han ejercido como pajes y damas de honor, entre ellos, los dos hijos mayores de los duques de Cambridge, el príncipe Jorge, de 4 años, y la princesa Carlota, de 3.
Los duques de Sussex se subieron a una carroza abierta -un landó Ascot- con la que recorrieron algunos de los lugares más emblemáticos de la localidad, donde más de 100.000 personas se dieron cita para seguir de cerca el acontecimiento del año en el Reino Unido.
Muy sonrientes, los duques de Sussex saludaron a la gente que les vitoreaba al paso de su carroza, tirada por cuatro caballo blancos y escoltada por el regimiento de caballería de la Guardia Real.
Miles de banderas del Reino Unido se agitaban a toda velocidad y tiñeron a la pintoresca localidad de Windsor, de 30.000 habitantes, con el rojo, blanco y azul de la enseña británica.
Durante la ceremonia, y como es preceptivo, se interpretó el himno nacional británico, «God save the Queen», en honor de Isabel II, quien además de jefa de Estado es cabeza de la Iglesia anglicana, bayo cuyo rito se ha celebrado la boda.
El matrimonio se dio un baño de multitudes durante cerca de media hora pasando por icónicos lugares de Windsor, entre ellos el Long Walk -la avenida adornada a ambos lados por castaños plantados durante el reinado del rey Carlos II en 1680- .
Además, pasaron por Castle Hill, High Street, Sheet Street, Kings Road, Albert Road, y, finalmente, regresaron al castillo, donde tendrá lugar la recepción para 600 invitados en el salón de San Jorge, utilizado normalmente para cenas de Estado.
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