Es evidente que al régimen madurista le producen urticaria las consultas democráticas, sean en un sindicato, en las universidades autónomas, en colegios profesionales o más allá, en la elección de poderes públicos. Por eso le resulta muy efectivo judicializar estos procesos y finalmente suspenderlos o amañarlos mediante sentencias, medidas cautelares típicas de su abuso de poder.
Para abordar tan espinoso tema es fundamental tomar el periscopio a fin de analizar el contexto global y atreverse a una mirada analítica que vaya más allá del ombligo local, ya que la tiranía del siglo XXI no actúa sola en un planeta donde las libertades democráticas son cada vez más limitadas, como indica el Informe Freedom in the World, (Freedom House, 2022:6). En este mundo de una población cercana a los 8.000 millones de habitantes, «solo 20,3% es libre, 41,3% es parcialmente libre y el 38,4% restante no lo es». En resumen, 80% de la población mundial es solo parcialmente libre o no es libre, dicho de otra manera, de cada 10 ciudadanos 8 sufren menoscabo de las libertades democráticas.
Ahora bien, cuando observamos por regiones el citado informe esa relación cambia sustancialmente en las Américas con 70% en condición libre, 24% parcialmente libre y 6% sin libertad alguna, (op cit pág. 22). Allí podremos ver como primeros chicharrones del queso a Cuba, Nicaragua y Venezuela, el señalado «Grupo de los Piratas del Caribe».
Esto nos indica, por una parte, que se observa un declive mundial de los derechos civiles y democráticos en la última década, y por otro resalta que los pueblos no deben rendirse ante los obstáculos gubernamentales al acceso a los derechos democráticos; por el contrario, se deben reforzar las iniciativas de conquista de espacios que restablezcan el sistema de libertad de expresión y de derecho a elegir libremente sin presión alguna del gobernante de turno.
Traemos a colación estos datos para destacar la necesidad de realizar a toda costa la consulta electoral de las primarias en Venezuela, apoyando la gestión del proceso que permita superar todos los atropellos y provocaciones que el régimen ha desatado, para impedir la participación de millones de ciudadanos dispuestos a participar el próximo 22 de octubre.
En realidad, las primarias son aborrecidas por el gobierno y por sectores de la oposición por el significado y los valores democráticos que contiene: 1.- Legitimaría un candidato opositor mayoritario con el voto masivo de la población 2.- Dotaría a la población de una nueva dirección política sustituta de las alianzas políticas derrotadas en múltiples ocasiones, bajo las siglas de Coordinadora Democrática, Mesa de la Unidad-MUD, Frente Amplio y la mas reciente Plataforma Unitaria. Unas y otras han sido señaladas por aventureras en algunos casos y colaboracionistas por otro lado con el statu quo madurista 3.- Le otorgaría confianza al elector para enfrentar al régimen dictatorial y derrotarlo. 4.- Motivará la participación de un electorado que ve en las primarias un espacio confiable para manifestar su voto, no controlado por un desprestigiado CNE artífice de las triquiñuelas electorales del régimen.
Esta consulta que es perfectamente legal en la mayoría de los países del continente americano acá está sometida al implacable fuego cruzado de las elites políticas fracasadas, tanto de los poderes públicos gobernantes como de sectores de la oposición que prefieren derrotas para mantener sus privilegios apoyando tras bastidores a la tiranía, actitud que le ha generado el profundo desprecio de la población.
La importancia de las primarias en nuestro país requiere y atrae la asistencia de la comunidad internacional democrática, como lo destaca la conclusión del Informe citado “Solo la solidaridad global entre los defensores de la democracia puede contrarrestar exitosamente la agresión combinada de sus adversarios”.
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