El derecho a la salud continúa sin ser una prioridad para el Estado. En su agenda solo existe la permanencia en el poder, sin importar el sufrimiento del pueblo.
Una demostración de lo dicho es el cierre de la unidad de hematología del hospital J. M. de los Ríos que pone en situación de riesgo a los 200 niños que eran atendidos en este centro de salud. Una medida que agrava la crisis que hay en los hospitales, donde los más afectados son los pacientes crónicos por el no cumplimiento de tratamientos como quimioterapia o diálisis, indispensables para mantenerse con vida.
Bajones eléctricos a diario que afectan directamente a los equipos, la falla de servicios como el agua y la ola de calor que se agrava con la paralización del sistema de aire acondicionado hacen un calvario la vida de los pacientes que no pueden contar con un seguro médico y dependen de los hospitales públicos. La indolencia del Estado ante esta crisis no tiene calificativo.
Exijo al Ministerio de la Salud rectificar y actuar en consecuencia. Deben hacer recorridos por todos los centros de salud para que observen de primera mano la pésima situación de los servicios y tomar urgentes medidas. Es inaceptable que además de la lucha por sobrevivir los pacientes deban lidiar con estas otras situaciones por simple negligencia del Estado. No debe morir ni un niño más en el J. M. de los Ríos. ¡Es un crimen!
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