En Venezuela, el concepto y proceso de primarias abiertas ya ha sido utilizado con anterioridad. En 1993 fue el método usado por el partido socialcristiano COPEI en el cual resultó electo Oswaldo Álvarez Paz. Los otros candidatos fueron Eduardo Fernández y Humberto Calderón Berti y en ese proceso podían votar todos los venezolanos inscritos en el Registro Electoral. En el 2021 el PSUV hizo unas primarias abiertas, donde también estaba habilitado todo el registro electoral. Y ahora, el 22 de octubre de este año serán las elecciones primarias de la oposición, realizadas de forma autónoma, sin el CNE y con el voto de los venezolanos en el exterior, a pesar de todos los obstáculos del régimen y sus cómplices. Es un triunfo de la Comisión Nacional de Primaria (CNP) y de las juntas regionales, que han superado todas las trampas del régimen, de la espía chavista infiltrada, de las ratas y de los alacranes.
El régimen le tiene terror a las primarias y por eso está enseñando su fachada violenta, mafiosa y fascista, para asustar a los líderes que recorren Venezuela y desestimular al pueblo que está desesperado y que desea un cambio.
Son innumerables las agresiones contra María Corina Machado que tiene prohibición de salida del país, que no le permiten viajar por avión, que cierran los restaurantes, hoteles y salones de convenciones que contrata para hacer sus actos; que detienen a los proveedores de servicios de sonido para sus actividades y los bloqueos que sufre en las carreteras, por colectivos o grupos de choque armados.
Pero también se ha comprobado la existencia de francotiradores, voceros que se autocalifican de opositores y que atacan a las primarias; que buscan desmoralizar al pueblo y sembrar miedo para debilitar la voluntad de los venezolanos que añoran un cambio. Esos opositores disfrazados ven atacada su zona de confort y no les interesa salir de Maduro. Algunos están cómodos en sus gobernaciones y alcaldías; y otros haciendo negocios enchufados con el madurismo. Ellos quieren que permanezca el status quo para poder conservar sus privilegios y que no se logre el objetivo de las elecciones primarias, que van más allá de elegir a un candidato opositor para las elecciones presidenciales del 2024. Ese propósito y objetivo final es la escogencia del líder que después del 22 de octubre, sea capaz de enfrentar a Maduro, que preparará la estrategia a seguir para recuperar nuestro país, en todos los escenarios y con los apoyos nacionales e internacionales que sean necesarios.
Pero, como dice María Corina Machado, no podemos perder el foco. Debemos concentrarnos en lograr unas elecciones primarias impecables, en las que participe muchísima gente y en la que todos salgamos confiados de los resultados.
Este 22 de octubre será un día de fiesta. Todos debemos acudir a los centros electorales a votar y a cumplir nuestro papel como testigos, coordinadores de mesa, monitores de centro o para apoyar a todos esos ciudadanos que soñamos con una Venezuela mejor y que decidimos ir hasta el final.
*Abogado
Miembro de Vente Venezuela
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